donostia. El próximo domingo, el cine Trueba de la calle Secundino Esnaola de Gros cerrará sus puertas de modo temporal con el fin de renovar sus instalaciones. El establecimiento cultural, que dispone de dos salas especializadas en cine de autor y minoritario, dejará de proyectar películas durante unos dos meses para abordar la reforma interior de las salas y la digitalización de las cabinas de proyección.
Las cintas encargadas de despedir esta etapa del cine Trueba son Midnight in Paris, en versión original, de Woody Allen; La doctrina del shock, de Michael Winterbottom y El viaje del director de recursos humanos, de Eran Riklis. El local inició su actividad en 1991, con la película Beltenebros, de Pilar Miró. Antes de ese momento, el cine Trueba ocupaba prácticamente toda la manzana y se entraba a él por la calle Miracruz.
En sus últimos tiempos, las dos salas de las que dispone se han especializado en versiones originales y películas no demasiado comerciales. A pesar de ello, y quizás por ese mismo motivo, es el único local cinematográfico de la ciudad que no ha perdido cuota de mercado en el último año.
Para mantener la fidelidad de los espectadores, la empresa propietaria ha optado por mejorar la calidad de las proyecciones y del visionado de las películas. El público, tras la reforma, podrá contemplar mejor las imágenes gracias a que en ambas salas aumentará la pendiente del patio de butacas. Además, en busca de una mayor comodidad, se ampliará el espacio entre las filas, lo que conllevará una reducción en el número de los asientos. La sala grande, por ejemplo, pasará de los 221 actuales, a 169.
Los colores del tapizado también supondrán un cambio drástico, ya que las butacas formarán dibujos en colores morado y amarillo.
Ya en el exterior, la fachada será modificada e incluirá pantallas pequeñas en las que se mostrarán tráilers de las próximas películas. Además, se instalará un nuevo cartel de neón más acorde con la estética actual.
Por el momento, la empresa no tiene intención de abordar nuevas reformas en sus salas del cine Príncipe, aunque recuerda que algunas cabinas ya están digitalizadas.