LAS horas no pasan para los vecinos del barrio donostiarra de Egia. Y si pasan, no se nota. Hace meses que uno de los relojes principales del barrio se encuentra anclado en el tiempo y no deja que segundos y minutos hagan mella en la realidad. Los días parecen pararse como en alguna escena de una película de Tim Burton.

Quien descienda por la calle Egia y alce su mirada hacia el edificio de Tabakalera comprenderá a qué se deben estas palabras. Desde un par de meses, el reloj de este edificio marca siempre la misma hora: las doce.

Con el comienzo de las obras de Tabakalera, el 14 de abril de este año, el aparato de medición de Egia dejó de emitir su tic-tac y las agujas se congelaron sobre el número doce de la esfera.

Los trabajos que se están llevando a cabo en el edificio donostiarra, buscan convertir Tabakalera en el Centro Internacional de Cultura Contemporánea (CICC). En este momento se está acometiendo la primera fase de las obras que culminará en agosto. Se está procediendo a la demolición de los edificios auxiliares, el almacén, el transformador y el desmantelamiento de las instalaciones del bloque principal. El coste de los trabajos de esta primera etapa ascienden a 276.857 euros.

Polémica

Propuestas y rechazos

La polémica siempre ha girado en torno al proyecto. Hace un año, ante la posibilidad de "replanteamiento y redimensionamiento" de Tabakalera, "tanto en su aspecto conceptual como arquitectónico", su director general, Joxean Muñoz, decidió dimitir. Tras abrir un proceso selectivo el pasado abril, el concurso quedó desierto. Un nuevo proceso de selección ha sido puesto en marcha, pero todavía no ha culminado.

La última de las polémicas tuvo relación con la propuesta jeltzale de aprovechar los sótanos de la construcción como estación del Tren de Alta Velocidad. De hecho, el candidato a la Alcaldía por el PNV, Eneko Goia, defendió esta propuesta en campaña. No obstante, el exalcalde socialista Odón Elorza se negó a esta propuesta y la tachó de "barbaridad".

Se estima que el año de finalización de las obras sea en 2015. Quién sabe si antes de esa fecha las agujas del reloj de Tabakalera dejarán su posición estática y comiencen a marcar las horas de los egiatarras.