Perfume

LA plaza de los Tilos en Hernani o la plaza de Gipuzkoa de Donostia son solo dos de los emplazamientos que, a lo largo de este mes de junio, cambian de personalidad. Un aroma persistente emana de las flores de estos árboles e inunda los alrededores de estas plantaciones.

El aroma de los tilos es el más llamativo de cuantos pueden percibirse en las ciudades de nuestro entorno. Aunque otras especies también expelen agradables fragancias, como los magnolios o los pittosporum, los tilos pueden considerarse los reyes del buen olor a lo largo del mes de junio. Quienes quieran disfrutar de él deben pasear, preferentemente al atardecer de un día caluroso, por los numerosos lugares que están jalonados por estos árboles. La avenida de Tolosa o el paseo de Francia, en Donostia, son algunos de los lugares en los que puede disfrutarse del olor de las flores amarillas que, una vez secas, constituyen la famosa infusión tranquilizante que, según los últimos descubrimientos, es buena también para el hígado.

En la plaza de Gipuzkoa de la capital guipuzcoana, un cuadrilátero en el que conviven numerosas especies de árboles, hay ahora un importante grupo de tilos, que fueron plantados hace poco más de 30 años, después de que los olmos que se asentaban en el jardín diseñado por Pierre Ducasse se secaran por una enfermedad. En este tiempo, estos ejemplares han llegado a adquirir grandes dimensiones y hoy aportan sombra para los días de calor.

UTILIDADES

Tila y miel

Pero el aroma embriagador de esta especie también tiene contraindicaciones, en este caso, para los insectos. Según explica el responsable del jardín botánico de Iturraran en Pagoeta, Paco Garin, las flores del tilo plateado (Tilia tomentosa), el más frecuentemente plantado en nuestras ciudades y pueblos, puede llegar a narcotizar a las abejas y abejorros, que caen mareados al suelo y, aunque no perecen, puede ser víctimas de otros depredadores. Por otra parte, las abejas que sobreviven al perfume dulce de los tilos fabrican después un tipo de miel muy apreciado, precisamente, por su regusto a tilo o tila.

Otra de las características que los paisajistas y jardineros urbanos destacan de los tilos es que, al ser de hoja caduca, no dan sombra en invierno.

Los tilos plateados -una cara de sus hojas tiene este tono- ubicados en calles y parques son, en general, comprados en el mercado internacional de la jardinería o en viveros locales, pero su origen procede de otras zonas europeas, Asia y el este de Norteamérica. En nuestro entorno existen también dos especies autóctonas, los tilos de hoja ancha y estrecha - Tilia platiphylos y tilia cordata; en euskera, ezki hostotxiki y ezki hostozabal- que también se emplean en jardinería.

lugares

Anchas avenidas

Los tilos son un tipo de árbol de gran desarrollo para anchas avenidas porque requieren espacio tanto en el suelo como para la copa. Es habitual que alcancen grandes alturas, de hasta 30 metros, y en ocasiones se encuentran solos. Entonces sus copas se desarrollan en plenitud y adquieren forma de globo.

Si se plantan en calles estrechas pueden presentar ramificaciones caóticas y problemas estructurales, tal y como recalca el experto del Ayuntamiento donostiarra, Juan Mari Odriozola. Este especialista señala que, precisamente por este motivo, Donostia y otras localidades "plantan nuevas especies y variedades adaptadas a las distintas tipologías de urbanización" que ofrece el mercado viverista. "Además, las calles de las nuevas zonas residenciales no siempre ofrecen las condiciones para plantar este maravilloso árbol", añade.

También recuerda que si estos árboles "no se adaptan pueden producir problemas en las estructuras y copas mal formadas. Y pueden interferir el paso de autobuses y camiones si la plantación se realiza a distancia insuficience del vial".

El Consistorio donostiarra es el que más gasta en el territorio en la compra de árboles y arbustos: una partida anual de unos 120.000 euros.