Donostia. Las cintas transportadoras y las escaleras mecánicas de la calle Lizardi ya están en funcionamiento desde hoy, de 7.00 a 23.00 horas. Se trata de una infraestructura que ha supuesto una inversión de 2,6 millones de euros, pero que no satisface a la asociación de vecinos Izbe.
"No podemos darnos por satisfechos", ha declarado la asociación de vecinos Izbe en un comunicado. Por una parte, denuncia que el Ayuntamiento haya desoído las peticiones de dar prioridad a la instalación de ascensores "como solución técnica que permite su utilización a toda la población", tal y como manifestó el Ararteko, en marzo del año pasado cuando recomendó que se diera "prioridad a la instalación de ascensores para la conexión del paseo de Zubiaurre con el Paseo de Zarategi de Intxaurrondo, frente a la instalación pretendida de cinco rampas mecánicas en la calle Lizardi, como solución técnica que permite su utilización a toda la población". El grupo cree que un sector de los vecinos con problemas de movilidad no tendrá oportunidad de hacer uso de las cintas y se quejan del hecho de que éstas solo transporten en un sentido.
Además, la asociación recuerda que "otro número muy importante de vecinos de las zonas de Los Luises-Gaztelu y El Coro, que son las que tienen unas condiciones de accesibilidad más deficientes, no se van a beneficiar de esta obra" y que, por tanto, "van a seguir teniendo las mismas dificultades".
cortes Aún perduran los trabajos para adecentar el paseo de Lizardi. Los operarios continúan con sus labores de pintar la carretera, de colocar barandillas en las aceras y de dar los últimos retoques a las rampas que hoy entrarán en funcionamiento. Si todo ha ido según lo previsto, la apertura ha tenido lugar esta misma mañana, y no el pasado lunes como estaba previsto.
Las informaciones erróneas y las pruebas de funcionamiento que se han ido sucediendo el fin de semana y hasta el día de ayer, han creado malentendidos entre los vecinos. Es más, los residentes y habituales de la calle Lizardi estaban convencidos de que las instalaciones se habían averiado. "El domingo, al ir a misa, vi que las rampas estaban en marcha y subí", explica Paquita, una vecina del lugar, pero añade que "el lunes ya estaban estropeadas".
La desinformación en torno a cuándo y cómo arrancarían las rampas ha sido tal que algunos vecinos, convencidos de que se habían averiado, ya apuntaban a supuestos culpables: "Los chavales le dan al botón de emergencia, porque está demasiado a la vista", explica Rosa Pardavila, una habitual del lugar. Según comenta, ya ha visto a "los primeros chavales bajando las cuestas en bici y con patinetes".
En total, la obra ha requerido una inversión de 2,6 millones de euros -de los cuales 900.000 pertenecen al Plan Hiriber del Gobierno Vasco- y seis meses para finalizar. Una adecuación en la movilidad de 562 familias y que ayudará a 1.500 personas a salvar los 27 metros de longitud entre el paseo de Zubiaurre y el de Zarategi, donde irá ubicada la nueva estación de Topo. La cuesta, que cuenta con un desnivel del 30%, supera con creces el 10% permitido por la legislación urbanística actual y ha supuesto un problema de accesibilidad para mucha gente mayor que reside en Lizardi.