"TODO vino de un cabreo", afirma el egiatarra Joseba Gurutz de Vicente, miembro de la asociación naturalista Haritzalde. Recuerda aquella tarde en la que llegó a sus manos la publicación que el Ayuntamiento había realizado sobre Cristina Enea. "Con seis años ya me escapaba a dar de comer a los patos de este parque. Me hizo mucha ilusión saber que habían publicado algo sobre él", asegura el autor. Pero añade que, sin querer despreciar aquel trabajo, "el libreto no contaba ni de lejos toda la vida que hay en este lugar".

El enfado derivó en "una especie de enciclopedia" compuesta por 687 páginas y 943 fotografías. Parque Kristina Enea-Gladys es el título de un trabajo que le ha costado diez años completar. Una amplia recopilación, documentación y redacción que recoge la realidad de 71 especies de árboles y 115 clases de animales. El libro es un intento de sintetizar 95.000 metros cuadrados de biodiversidad en una práctica guía al servicio de cualquier paseante interesado en, además de mirar, aprender.

La portada del libro recoge, precisamente, el icono innegable del parque y, casi, de la capital guipuzcoana también: el pavo real. Tras él, todo un mundo por descubrir.

Historia

El Duque, Gladys y actualidad

El libro comienza contando cómo Fermín Lasala y Collado, el Duque Consorte de Mandas, se fue haciendo, poco a poco, con los terrenos que hoy conforman el parque. Compró los caseríos de alrededor y ordenó construir los diferentes edificios que acabaría acogiendo el recinto. El volumen reúne, asimismo, la extensa biografía del hidalgo, el testamento en el cual cede los terrenos al Ayuntamiento de Donostia y el legado que poco a poco ha ido perdiéndose.

De Vicente también dedica un espacio de la obra a la historia de Gladys de Estal, una activista egiatarra que murió en una manifestación antinuclear a manos de las fuerzas del orden. El suceso conmocionó sobremanera a la opinión pública donostiarra y fueron muchas las actividades que se llevaron a cabo en el parque para honrar su memoria. Entre ellas, la de rebautizar popularmente el lugar con el nombre de Gladys Enea.

Haritzalde ha querido prestar especial atención a las intervenciones que el Ayuntamiento ha realizado en la última década en el parque: El asfaltado de caminos, la "tala masiva" de árboles centenarios, la "destrucción" y modernización de charcas, la implantación de césped y la desaparición de otras plantas necesarias para el mantenimiento de ciertas especies animales son algunas de las actuaciones que el autor critica al actual Gobierno municipal. Aunque el autor también se atreve a ser constructivo y plantea algunas mejoras.

Flora

Árboles, plantas y frutos

Tras repasar la historia del parque, el autor mira hacia sus principales habitantes, las plantas. Aclara que el libro no ha recogido todas y cada una de las especies florales existentes en el parque, que serían bastantes más, porque el objetivo es que el lector identifique sin dificultad las plantas mencionadas cuando pasee por Cristina Enea.

De este modo, son 94 las clases botánicas alóctonas -no originarias del lugar donde se encuentran- y 120 las autóctonas que analiza la obra. Narra cuáles son sus características generales y su aspecto, cómo florecen y se forman las semillas, así como cuál es su proceso de distribución. Además, el libro incluye datos de interés sobre las plantas en cuestión: desde sus facultades medicinales, al lugar de procedencia.

fauna

Una variedad inimaginable

De las plantas, De Vicente gira la mirada hacia los verdaderos protagonistas de la obra y a quienes más atenciones reciben por parte de los niños, jóvenes y mayores que visitan su hogar. Parque Kristina Enea-Gladys recoge un total de 115 diferentes tipos de animales. Una gran colección de predadores y predados: empezando por los invertebrados, los anfibios o los peces, y siguiendo por las aves, reptiles y mamíferos que a sus anchas campean por los jardines del palacio.

Según palabras del autor, lo que más le ha gustado de toda esta labor ha sido "dar a conocer los pasajes y los comportamientos de todas las especies de fauna presentes en el parque durante las tres décadas de observación". De este modo, la guía nombra alrededor de 25 invertebrados, 18 anfibios, 21 peces, 10 reptiles, 36 mamíferos y un sinfín de aves. Desde las silvestres a las semidomésticas, asegura que es imposible determinar la totalidad de pájaros que sobrevuelan este parque, porque para muchos de ellos Cristina Enea es una simple estación en la anual emigración invernal.

A su vez, la marisma de Riberas de Loiola -hoy en día edificada- acoge una gran variedad de peces que, en muchos casos, se encuentran en peligro actualmente. Ese es el caso, por ejemplo, del atípico salmón en ocasiones encontrado en el Urumea y que también tiene su sitio en las páginas del libro.

Entre los invertebrados son destacables las figuras del ciervo volante y el gran capricornio, dos escarabajos protegidos que el autor ha tenido la suerte de fotografiar en pleno acto homosexual entre especies.

Son pocos los reptiles que pueden encontrarse en el parque egiatarra, pero el libro los recoge todos: desde los invasores galápagos que por su mundial comercialización amenazan ya el hábitat de Cristina Enea, a la lagartija rockera o el tan característico lución de las riberas.

Pero la fauna más dañada del parque son, sin duda, los anfibios y los mamíferos. Los primeros por contar con una sola charca donde reproducirse -ya que otras se han secado- y los segundos, por la desaparición de mucha de la arboleda del parque "a razón de embellecer el parque".

cariño y respeto

Invitación abierta

Especies desaparecidas, sus causas, la jurisprudencia medioambiental actual, las actuaciones de Haritzalde y los posibles métodos de recuperación de la biodiversidad de estos jardines son algunas de las informaciones que recoge este libro que, sin lugar a dudas, ha sido escrito, según el propio autor, "desde el cariño y el respeto" a Cristina Enea.

"Hasta que no haya un conocimiento más amplio de nuestro entorno y una justicia más eficaz con los presuntos delitos ecológicos, no habrá una aplicación total de la normativa conservacionista", concluye el libro. Bajo un punto de vista naturalista y crítico, invita a todos los donostiarras a recorrer y querer todos los recovecos de los jardines de Egia.

l Especie: Pavo Real azul. Ave de gran tamaño y plumaje.

l Costumbres: Comen de todo: cereales, brotes, plantas, insectos... Duermen en los árboles y temen a los perros.

l Situación: Es una especie semi-doméstica y en el parque se alimenta de la comida que le dan los visitantes. Es el símbolo de Cristina Enea y de la ciudad.

l Especie: Rana Bermeja. Anfibio típico de lugares montañosos.

l Costumbres. Se alimentan de invertebrados y ponen más de 2.000 huevos.

l Situación: En peligro de extinción en el parque por la contaminación de la única charca existente y la aparición de especies invasoras como el cangrejo americano y el galápago.

l Especie: Lución. Reptil nocturno no venenoso ni agresivo.

l Costumbres: Se reproduce cada cuatro años y basa su alimentación en insectos, lombrices, arácnidos...

l Situación. Población en declive por la alteración del hábitat y la gestión ajardinada del parque. Además, la gente los confunde con serpientes y los mata.

l Especie: Lirón gris. Mamífero roedor de costumbres nocturnas.

l Costumbres: Es trepador, cría en junio e hiberna en octubre. Es tranquilo y come frutos, ballas y brotes.

l Situación: En Euskadi está catalogado como vulnerable, por lo que sería conveniente recuperar zonas frondosas con lianas en las que suele habitar.