Una cuesta demasiado empinada
Una mujer con minusvalía renuncia al trabajo ganado en una oposición del Ayuntamiento ante la falta de seguridad de obtener un puesto de trabajado adaptado y adecuado a sus circunstancias.
UNA mujer con minusvalía que había logrado un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Donostia, tras presentarse a una oposición en el apartado reservado para personas con discapacidad, ha renunciado al trabajo, a pesar de que hubiera supuesto una mejora tanto de categoría como económica. Los obstáculos e incertidumbres sobre el puesto que debería desempeñar finalmente y sobre su ubicación y turnos, han hecho que esta mujer que se desplaza en silla de ruedas haya tirado la toalla y haya desistido de tomar posesión de la plaza, según ha comunicado por carta al Ayuntamiento. La opositora, que prefiere mantenerse en el anonimato, seguirá en su actual trabajo en otra administración pública, un puesto en el que cobra unos 180 euros mensuales menos.
La mujer ha dado carpetazo a su pelea burocrática por asegurarse, antes de su incorporación, un puesto de trabajo ya adaptado a su minusvalía. El Ayuntamiento le ha pedido que reconsidere su decisión y se ha comprometido por escrito a cumplir con la obligación de otorgarle el puesto de trabajo correctamente adaptado. Pero no ha sido suficiente.
Explica que desconoce si tendrá que trabajar en turnos partidos de mañana y tarde y si tendrá que hacerlo en dos sedes diferentes, tres días en una y dos en otra, como podría corresponderle en el área de Bienestar Social, en la que ha sido asignada.
En su caso, no saber si existe un lugar para aparcar junto a la oficina así como las condiciones de accesibilidad de los baños, por ejemplo, le han hecho abandonar. La cuesta se le ha hecho demasiado empinada. Ha preferido no arriesgar y olvidarse de la oposición a la que se había presentado con intención de mejorar su nivel profesional.
La historia, según relatan fuentes sindicales, comenzó hace un año cuando, tras pasar las pruebas de administrativo y obtenerlas en el cupo de personas con discapacidad, la protagonista pidió al Ayuntamiento una alteración en el orden de elección de los puestos, con el fin de poderlo elegir entre los ya adaptados a ella. "O la plaza está adaptada ya o se les suele dejar elegir en primer lugar", afirman estas fuentes, que explican que esta práctica persigue evitar que los puestos de trabajo que queden sean inapropiados para las personas con dificultades físicas. Asimismo, lamentan "que el Ayuntamiento no haya estudiado la casuística concreta" de los aspirantes del cupo de personas con minusvalías y recuerdan que una persona con problemas de audición está trabajando en un puesto que no estaba previamente adaptado y en el que la atención al público es una de sus principales funciones, con el consiguiente trastorno para los ciudadanos y para el propio trabajador.
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