"El Líbano fue colonia francesa, por lo que su repostería se parece mucho a la de ese país"
Sabores exóticos han calado en Donostia de la mano de 'Le Petit Patissier', una pastelería libanesa que Lama Yammine y Toni Meghames abrieron hace pocos meses. Sin embargo, a pesar de la actual coyuntura económica, el arranque del negocio está siendo "mejor de lo esperado"
donostia. ¿Cuándo abrieron el establecimiento?
Abrimos la tienda una semana antes de Navidades, unas fechas, sin duda, inmejorables para poner en marcha el negocio. Desde que abrimos, trabajamos mucho más de lo que pensábamos. Para entonces, la gente ya suele tener comprados los dulces y productos que consumirá durante las Navidades, pero lo cierto es que nosotros trabajamos muchísimo.
¿Cuál está siendo la respuesta de los donostiarras?
Está siendo un éxito total, muchas familias y sociedades nos han comprado hasta el momento nuestros productos. Ninguna persona que lo haya hecho se ha quejado de nada. Al contrario, muchos nos han felicitado por el trabajo que estamos llevando a cabo, sobre todo con los dulces de Oriente Medio -conocidos como baklawa-. De hecho, tenemos ya clientela fija.
¿Es el "baklawa" su producto estrella?
Sí, así es. Se trata de un dulce elaborado a base de agua de rosas, hilo de hojaldre -la versión más fina del hojaldre-, pistacho y almendras. Tenemos unas veinte variedades, y todas gustan mucho. Este dulce árabe milenario de Oriente Medio, originariamente está elaborado con miel. Pero es muy dulce, por lo que antes de abrir la tienda y comercializar el producto, hicimos unas diez pruebas con diez versiones, y la que más gustó era la que estaba elaborada con agua de rosas en vez de con miel. Está gustando muchísimo a todo el público, tanto a la gente joven como a mayores y, asimismo, sirve para tomarlo como postre, con café...
¿Qué puede encontrar quien se acerque hasta la tienda?
Además del libanés baklawa, hemos dedicado un apartado completo de la tienda a los dulces de Gorrotxategi, que es nuestro amigo. Tenemos también bombones, ahora vamos a empezar a hacer chocolates de París, helados, batidos, copas, licores... Asimismo, unas tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes), nos suelen traer una exclusiva gama de productos desde París, unos 50 ó 60 en total, entre los que destacan chocolates de alta gama, seis tipos de fondant, macaron -un dulce que únicamente se elabora en la capital francesa-, tartas de chocolate, mousse de mascarpone, tiramisú... Estos productos los fabrica Philippe Urraca, que ganó el primer premio al mejor obrador de Francia. El Líbano fue colonia francesa, por lo que su repostería se parece mucho a la de ese país, y hay que tener en cuenta que Francia fue la pionera en la repostería.
¿Por qué decidieron abrir esta tienda?
Aquí, en Euskadi, hay productos muy buenos (pantxineta, pastel vasco...), pero nosotros queríamos algo diferente. La gente sabe mucho acerca de la gastronomía. Es por eso por lo que queríamos hacer algo nuevo y hemos tenido la suerte de coger el mejor sitio de la Parte Vieja, entre las calles Fermín Calbetón y San Juan, y una de las calles más transcurridas de Europa. Sin embargo, nos ha costado mucho arrancar.
¿Qué sucedió?
En tiempos de crisis, en vez de facilitar las cosas a las personas emprendedoras, se ponen muchas trabas. Llevamos meses pagando alquileres, gastos enormes, los permisos de obra... Asimismo, al principio, teníamos idea de traer a pasteleros libaneses, que en el último momento, cuando ya teníamos incluso el piso alquilado para ellos, nos dijeron que no podíamos, porque había más de cien pasteleros en Gipuzkoa en paro. Sin embargo, todo salió bien, nos pusimos en contacto con Urraca y, como trabaja mucho con libaneses, todo ha sido mucho más fácil. La ayuda y el apoyo de la familia, además, ha sido imprescindible en todo este proceso.
¿Por qué Donostia?
La idea, sin embargo, se nos ocurrió en el Líbano, charlando con nuestra familia. Y, un día, paseando por la Parte Vieja, vimos este local en alquiler y supimos que tenía que ser nuestro. Yo llevo aquí dos años y medio y mi pareja, Toni, ha vivido toda la vida en diferentes ciudades del Estado y conoce otros muchos países. Pero desde el principio nos sentimos aquí como en casa, la gente nos acogió muy bien. Por eso mismo quisimos decorar y pintar el local con los colores de la Ikurriña, el rojo, verde y blanco.
Más en Donostia
-
El 100% de los pisos de Cuarteles de Loiola serán de promoción pública
-
Donostia debatirá este viernes sobre la vivienda en un Pleno Extraordinario
-
Fomento de San Sebastián y Elkargi siguen sumando fuerzas para apoyar nuevas iniciativas empresariales
-
Donostia abre once expedientes a agencias no locales por incumplir la regulación de grupos turísticos