Donostia. Las obras para la reurbanización del cerro de San Bartolomé arrancarán en diez días con la instalación de un nuevo tendido eléctrico. Será el paso previo para el desarrollo de esta zona de Amara Zaharra, que necesita de más potencia eléctrica para albergar la construcción de las 534 nuevas viviendas que está previsto edificar allí en los próximos ocho años.
La energía será trasladada desde la subestación eléctrica más cercana, situada en la calle Javier Barkaiztegi de Amara Berri. A partir de ahí, comenzarán una serie de derribos que afectan a 172 viviendas y unos 160 propietarios. A diez días del arranque de las obras, aún son nueve los afectados que no han dado el visto bueno al convenio propuesto por la sociedad promotora, San Bartolomé Muinoa. Las negociaciones con ellos siguen abiertas. Las obras, entre tanto, seguirán el camino marcado en el calendario, aunque pueden verse condicionadas por la oposición que planteen los que no han firmado.
El primer edificio en caer será el número 10 de la calle Arroka, antigua sede de la fábrica de calzados Tello y que cuenta también con una zona destinada a viviendas. El acuerdo con sus propietarios ya es un hecho. En los últimos meses, además, se ha desalojado de allí a las tres familias que vivían en régimen de alquiler, a las que se ha realojado en otras viviendas de la zona.
La firma de dicho acuerdo, el desalojo del edificio y el mal estado del mismo han hecho que éste bloque sea el primero en caer. Un derribo "simbólico", según el propio Ayuntamiento, pero que dará paso a nuevas demoliciones una vez que se cumplan los requisitos fijados en los que está previsto tirar.
Otro de los edificios situados en el punto de mira es el número 12 de la calle Amara. El plan inicial preveía incluirlo entre los primeros derribos, pero la oposición de dos de sus vecinos ha hecho posponer la demolición de este bloque. San Bartolomé Muinoa -el Ayuntamiento posee una participación del 37% en esta sociedad- negocia con ellos las condiciones del convenio por el que serán realojados en otra vivienda.
El resto de propietarios que aún no han firmado el acuerdo, hasta nueve, se ubican en las calles Arroka y sobre todo en el entorno de la calle y plaza Easo, donde también se prevé derribar dos edificios y reconstruir un tercero. Su posibilidad de resistirse a un plan de semejante envergadura pasa, en última instancia, por los tribunales, que fijarían, en ausencia de acuerdo, la indemnización a percibir por el perjuicio causado. Según la dirección de San Bartolomé Muinoa, el objetivo es "tratar de llegar a acuerdos con todos ellos sin llegar a eso" y el propio "Ayuntamiento está participando en las negociaciones".
Entre tanto, las obras comenzarán en diez días con las obras del tendido eléctrico, que costarán 200.000 euros y durarán 60 días laborables, cerca de tres meses. San Bartolomé Muinoa acaba de cerrar con nueve entidades financieras un complejo acuerdo de financiación por valor de 100 millones de euros para afrontar esta operación urbanística.