DONOSTIA - Las traineras de la Liga Eusko Label ya están listas para navegar sobre un mar de dudas. La máxima categoría arrancará este fin de semana en Coruña una atípica edición marcada por los efectos del COVID-19, que trastocaron por completo la preparación de las tripulaciones. En el caso de los clubes vascos, por ejemplo, los botes no pudieron ejercitarse en el agua desde el 14 de marzo hasta el 8 de junio, y aún no se ha realizado ninguna regata que sirva como escaparate del potencial de los equipos. Los descensos de Hondarribia y Orio, en febrero, y de San Pedro, en marzo, quedan ahora muy lejos, y las tradicionales pruebas de Mutriku o Lekeitio, que precedían a la competición, no han podido realizarse en esta ocasión. En estas condiciones, los clubes comenzarán a competir con la incógnita de si habrán acertado con su propia puesta a punto y sin ninguna pista sobre el estado de forma de sus rivales. Pero el coronavirus sigue presente, y durante este verano las nuevas medidas de seguridad para evitar la propagación de la enfermedad acompañarán a los remeros en cada regata. Además, está por ver cómo afectarían a los clubes y a la competición los posibles contagios. Entre todas estas interrogantes, la certeza es que Orio defenderá su condición de campeón tras haber estrenado su palmarés en la pasada campaña.

El bote que dirige Jon Salsamendi conserva el bloque de 2019 que conquistó la liga y se impuso en ocho regatas, y se ha reforzado con el regreso de dos veteranos como Unai Etxeberria y Jon Iriondo.

Entre la lista de aspirantes al título también figura Hondarribia, que fue segunda el pasado año, con seis victorias, y que también mantiene la base de su tripulación. La Ama Guadalupekoa siempre hace gala de una gran regularidad y ya está acostumbrada a moverse por las posiciones altas de la clasificación. El técnico de los bidasotarras, Mikel Orbañanos, no podrá contar con dos históricos como Iñigo Vertiz y Gonzalo Carrión, y tampoco con Adrián González.

Santurtzi, en cualquier caso, no se lo pondrá fácil a los aguiluchos ni a los hondarribiarras. La Sotera, tercera en 2019 y ganadora de tres banderas, se ha reforzado bien con veteranos como Óscar Viudez y Miguel Ángel Ruiz con pasado en Urdaibai, Adrián González ex de Hondarribia y con el regreso a la popa de Asier Zurinaga, y hay quien ve a los morados como los favoritos al título. Los de Iker Zabala no se conformarán esta vez con luchar por las banderas, y tratarán de instalarse en el liderato.

Otra tripulación que podría soñar con el título sería Urdaibai si mejora mucho el nivel que ofreció el año pasado, cuando solo pudo ser quinta. El club bermeotarra ha confiado en Jon Elortegi, exentrenador de Deusto, para la difícil misión de reverdecer sus laureles.

Donostiarra y Zarautz

La ambición de Donostiarra está un escalón por debajo. La tripulación de Igor Makazaga luchará por asentarse en la tanda de honor y lograr alguna bandera. La trainera de la capital guipuzcoana, sexta en 2019, logró su primer triunfo en la elite el pasado año. Entre las bajas de Donostiarra destacan Hegoi Intxauspe técnico del bote B y Alain Osanbela ahora en Hondarribia, Julen Elizasu o Ibon Basterretxea. Entre las novedades, a su vez, figuran Iñaki Urtubia procedente de Ondarroa o Joseba Larrarte ex de Zierbena. Precisamente, la trainera de los galipos, cuarta el año pasado, tendrá el mismo objetivo.

Ondarroa, Cabo y Kaiku terminaron en los puestos séptimo, octavo y noveno la pasada liga, y este verano aspirarán a remar en una tranquila segunda tanda.

Lekittarra, décimo en 2019, y los recién ascendidos Ares y Zarautz aparecen como los teóricos candidatos a luchar por la permanencia.

Diez años después de su última participación, la Enbata regresa a la máxima categoría con una tripulación muy joven, y plagada de canteranos, en la que tan solo cinco de sus integrantes vivieron su anterior etapa en la elite del remo. En la elite, el bote que ahora dirige Gari Uranga vivió momentos de gloria y llegó a ganar una bandera, pero todo indica que este verano tendrán que sufrir para mantener su plaza en la Liga Eusko Label. Un objetivo que no pudo lograr el año pasado San Pedro, que después de trece campañas consecutivas en la elite competirá este verano en la ARC-1.