Aimar Olaizola lleva un tiempo despidiéndose de los grandes frontones industriales, en los que ha forjado su leyenda como gran campeón durante más de dos décadas, antes de despedirse definitivamente de la pelota profesional el próximo 13 de noviembre, fecha en la que cumplirá 42 años y en la que disputará su último partido en Goizueta, su localidad natal. Y ayer fue el turno del Labrit, recinto que se llenó hasta la bandera para un día histórico en el que Aimar, después de recibir infinidad de agasajos por parte de su empresa y de las instituciones navarras (también del público), jugó y ganó su último compromiso en Iruñea con el gerriko de Baiko: 22-14 a Laso y Aranguren en compañía de Mariezkurrena.