Aunque ni lo pretendía primero ni quiera creérselo después, Maialen Chourraut (Lasarte-Oria, 1983) es toda una estrella de los Juegos Olímpicos, sobre todo en su modalidad: el piragüismo en aguas bravas. Sus tres medallas, esas que la convierten en la deportista vasca más laureada de la historia, así lo certifican.
Misma motivación, misma ilusión
Pero lo que realmente convierte a la palista guipuzcoana en una genio y figura es su motivación. Su hambre por seguir devorando Juegos y preseas. Solo así se entiende cómo la deportista de Basque Team acude con la misma ilusión de siempre a la que será su quinta cita olímpica. Que se dice pronto. Solo así se comprende cómo asiste con la misma ambición de siempre a los que serán los Juegos que prosigan a la plata que consiguió en Tokio 2020, al oro que logró en Río 2016 y al bronce que se colgó en Londres 2012.
Pero es que la primera edición olímpica a la que acudió Chourraut fue Pekín, donde pecó de novata y terminó décimo sexta. “En 2009 acudí a mis primeros Juegos, ahí me llevé mi primer sopapo olímpico serio y eso me motivó para preparar con fuerza el Campeonato Mundial del siguiente año, el del 2009”, dijo la propia palista en declaraciones a Basque Team.
París
Mucho ha llovido desde entonces, demasiadas paladas como para recordarlas todas. Y ahora, con 41 años, acude a París con la ilusión de una juvenil y con las ganas de una primeriza; sobre todo porque no oculta que se encuentra ya en el remate de su carrera. “Siempre digo que estoy estirando un chicle que ya está estirado. Estoy hacia el final de mi trayectoria deportiva pero no sé en qué momento va a acabar.
Aquí estoy con 41 años, gozando con el piragüismo motivada y dando un poco de guerra, que no está mal”, continúa Chourraut. Con todo, lo que sí parece tener claro la lasartearra es que el estadio Náutico Vaires-Sur-Marne, ubicado al este de la capital francesa, será con casi toda seguridad el escenario de sus últimos Juegos. Por ello, acude a ellos sin más expectativas que las de disfrutar y rendir bien.
Nueva oportunidad
Aunque, claro está, sin ponerse techo: “Cuando visualizo los Juegos de París veo una nueva oportunidad de seguir haciendo lo que me gusta, con el público, con el ambiente especial de los Juegos Olímpicos, de competir con los mejores piragüistas del mundo. Veo la oportunidad de estar yo también en ese juego. Y vivir ese momento especial merece realmente la pena porque ese momento no lo vas a sentir ya nunca más. Te sientes tan viva, es todo tan extremo, que voy de cabeza a estar ahí”.
De hecho, Chourraut está ahora tan centrada en sus quintos Juegos, que no quiere pensar qué habrá después de ellos. París es el refulgente horizonte, por lo que es imposible ver más allá de él. “¿Después de París qué? La vida sigue adelante, pero en este momento no le dedico ni un minuto a esa pregunta. Ahora estoy disfrutando mucho de ser piragüista. En París seré piragüista y después de París también lo seguiré siendo”.
Sin embargo, hubo un momento en el que Chourraut estuvo a punto de dejar de sentirse piragüista. Fue después de los últimos Juegos, los de Tokio, en los que se colgó la medalla de plata al cuello. Afortunadamente, un cambio en el programa olímpico le estimuló esa competitividad y la impulsó a seguir adelante. A continuar un ciclo olímpico más.
Kayak cross
El cambio en cuestión fue la inclusión del kayak cross como nueva modalidad del piragüismo, una especialidad en la que cuatro palistas saltan a la vez al agua y deben de competir al mismo tiempo y sobre el mismo circuito para terminar la bajada entre las dos primeras tras superar todas las pruebas. “Después de Tokio no sabía si dejarlo o seguir y fue el kayak cross lo que me empujó a seguir. La ilusión de poder volver a casa con dos medallas”, concluyó la lasartearra.
Dos opciones de podio
Así, Chourraut participará en dos competiciones diferentes. La primera será la de siempre, el eslalon K1 con el que ha ganado ya tres medallas y que tendrá lugar los días 27 y 28 de julio; y la segunda será la nueva, el kayak cross, que la lasartearra disputará del 2 al 5 de agosto. “En París tendré por primera vez la oportunidad de ganar dos medallas. Y, aunque parece que esta nueva modalidad ha llegado a los Juegos de repente, para nosotros ha sido un proceso lento. El kayak cross es lo que hace Lucas Eguibar con el snowboard, pero sobre el agua”, finalizó.
De hecho, si Chourraut logra subirse al podio en ambas pruebas sumará la friolera de cinco medallas olímpicas, algo que a nivel estatal solo han conseguido los también piragüistas Saúl Craviotto y David Cal. Cinco medallas que la convertiría, si no lo es ya, en la más brava del Olimpo.