- ¿Qué explicación lógica puede aclarar la temporada que ha realizado la Real y que le ha colocado, por primera vez en su historia, en Europa?

-(Risas) Empiezas ganando los dos primeros partidos de Liga y sigues ganando los siguientes. Si bien uno de los objetivos que se mencionó, quizá un tanto a la ligera, a principio de Liga, fue ese, el por qué no entrar en Champions, con los buenos resultados que hemos ido teniendo desde el principio, al final nos lo hemos ido creyendo, convirtiéndose en un objetivo real.

Con todas las dudas que hubo a principio de verano, ¿han tapado muchas bocas?

-No jugamos para tapar bocas. Desde luego que no. Somos un grupo nuevo, con nuevas ilusiones, con gente nueva, con objetivos igualmente ambiciosos que en años anteriores, pero, bueno, este año se ha dado así. Hemos congeniado muy bien todas y no es cuestión de tapar bocas o no, es cuestión de hacer tu trabajo de la mejor manera y de una forma ambiciosa.

Es lo que más llama la atención, la manera en la que han logrado conjuntarse para acabar entrando en la Champions...

-Sí, sin duda. Quitando los partidos contra el Barça, que es un equipo al que no sabes por dónde agarrarlo, y algún otro en el que no nos salieron las cosas bien, en el resto hemos competido de diez, jugando bien a fútbol, haciendo disfrutar a la gente y disfrutando nosotras también por la forma de jugar. Somos jugadoras que nos gusta tener el balón. Y este año ha salido todo redondo. Íbamos con ese flow y cuando un equipo, además de ser equipo, está con esa chispa, es imparable.

¿Cuándo se dieron cuenta de que no era un sueño, de que podía ser una realidad?

-Desde las primeras jornadas. Al final, te lo crees y si antes de empezar la Liga era un planteamiento más a la ligera, a medida que iban pasando las jornadas, te decías: Igual nuestro objetivo tiene que ser la Champions. El hecho de no desinflarnos y como nos han acompañado los resultados nos ha plantado en la segunda posición a falta de dos jornadas.

Para alguien como usted, donostiarra, de la Real, ¿qué significa este logro?

-Es un éxito enorme poder llevar tu escudo por Europa, competir con las mejores, poder hacer que nuestra Liga tenga una mejor posición en el ranking FIFA... Siendo de casa, lo llevas con más orgullo.

La Champions ya son palabras mayores...

-Europa es lo máximo a lo que nosotras podemos aspirar porque ahora mismo, tal y como está el Barça, que está intratable, hablar de ganar ligas, para mí, es imposible. Lo digo porque básicamente en dos partidos nos han marcado un montón de goles. Lo que hemos hecho es historia, es algo que nos hace mucha ilusión y vamos a ir a competir con todo. No vamos a pasearnos ni a verlas venir. Todo lo contrario. Vamos a hacer un equipo competitivo que el año que viene pueda competir contra cualquiera.

¿Ve al equipo capacitado para competir en Europa?

-Creo que sí. Con la experiencia que hemos ganado este año, si seguimos avanzando en nuestra forma de trabajar y teniendo un poco de suerte en esa primera fase previa, que no te toque un tiburón, creo que podemos estar fácilmente en la fase de grupos.

Como quien dice, este grupo acaba de empezar a andar...

-Por eso. Somos un equipo muy joven. Muchas de nosotras somos de casa. Cuando viene mucha gente joven con ilusiones, que no está cansada de entrenar, que afronta la pretemporada como un nuevo reto, con nuevas aspiraciones, cuando se junta todo, la dirección de todas es la misma y, al final, sin querer compites bien.

¿Cuánta culpa tiene Natalia Arroyo en este logro?

-Su parte de culpa, la que le corresponde, la misma que tenemos todas. Aquí todo el mundo tiene su rol. Una clave de nuestro éxito es que, jugase quien jugase, el equipo respondía. Y ella elige quién va a jugar. Tiene una parte importante de culpa, pero esto es culpa de todas.

Usted ha reconocido que el actual Barça es inalcanzable, pero, ¿cada vez está más cerca?

-No, cada vez lo veo más lejos porque ellas avanzan a un ritmo en el que nosotras todavía no estamos avanzando. Hace unos años veía más asequible ganar al Barça. Ahora, ganarles...

¿Desmotiva?

-No, motiva porque cuando vas a jugar contra el Barça, vas de verdad, convencida de que le puedes ganar, pero, luego, te pones, y te das cuenta de que no hay por dónde cogerlo. Físicamente son mejores que tú. Hablando de corpulencia, también. Todas miden de 170 centímetros para arriba. Es un equipo muy trabajado, que mete muchas horas. Pasan mucho tiempo juntas, desayunan, comen allí. Es un equipo de alto rendimiento. El nuestro también, pero a otra escala. Ahora mismo está muy difícil igualar al Barça.

¿Cuál es el techo de este equipo?

-Mejor de lo que hemos hecho es imposible hacerlo. Nos tocó el Barça en la Copa, que nos eliminó, y ahora esperamos quedar segundas. Por eso vamos a trabajar para conseguirlo el domingo. Si me hablas sobre qué más podemos hacer, este año, si quedamos segundas, hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos. Pero también te digo que este equipo tiene margen de mejora. El año que viene va a ser un buen punto de mira el ver cómo competimos en la Champions. Competir contra las mejores es lo más difícil. Pero igualar lo que hemos hecho este año, perder tan pocos puntos como hemos perdido, va a ser algo súper complicado. Claro que tenemos cosas por mejorar. Cada semana nosotras trabajamos cosas que aplicamos el fin de semana. Somos mucho mejor equipo que hace ocho meses, cuando empezamos.

¿Qué se le pasó por la cabeza cuando escuchó el pitido final?

-Lo ibas viendo, porque el resultado fue holgado, pero, cada vez que metíamos los goles, ver la grada del z7 dándonos la espalda y saltando, tal y como celebra la grada de Anoeta un gol, es súper emotivo. Muchas veces te olvidas de que estás jugando porque se te pone la piel de gallina solo de mirarles. Son momentos que hay que disfrutarlos. Estar enfocada es importante, pero ver desde dentro que fuera hay gente disfrutando contigo eso es inigualable. Creo que tenemos una gran afición; para mí, la mejor que he conocido y tengo trayectoria en otros equipos. Tenemos una afición sana, respetuosa, familiar, con muchas niñas y niños pequeños que nos ven como referentes. Desde el respeto, yo me siento súper querida y valorada en este club por parte de la afición. Nos quieren muchísimo. Nos tratan con una admiración impresionante.

¿Se imaginaba que podía vivir todo esto cuando decidió venir a la Real?

-Por supuesto. Cada vez que viene una nueva temporada sueño en grande, sueño en cómo mejorar mi año anterior. No sé en qué pensaré la temporada que viene, pero los tiros irán por hacer un buen papel en la Champions y por igualar o tratar de seguir manteniendo la misma dinámica, de competir bien en el día a día, que es lo que te lleva al éxito.

Con 26 años es una de las veteranas. ¿Cómo ha vivido desde dentro toda esta temporada?

-Es muy difícil y muy duro tener que dar el callo cada fin de semana para conseguir el objetivo que tanto se nos había metido entre ceja y ceja. Mucha presión después de cada partido porque el partido que venía de inmediato era el más importante. Estábamos obligadas a ganar. Se me ha pasado muy rápido, pero ha sido muy duro en cuanto a que, si queríamos la Champions, estábamos obligadas a ganar.

Usted ya sabe lo que es ganar una Copa de la Reina con la Real. ¿Se puede decir que esta temporada ha sido más especial?

-En global, sí. Esto es toda una temporada. Empieza en septiembre y termina en mayo. Cuando ganamos la Copa, jugábamos una eliminatoria cada mes, pero en realidad son pocos partidos, lo vives de otra forma. Cuando la Liga le va bien a un equipo, la temporada es más fácil de llevar porque es el día a día.

Cuando empezó a jugar a fútbol, ¿esperaba vivir algo parecido?

-Siempre he soñado en grande, siempre he querido ser futbolista. Cuando era niña, me gustaban las jugadoras del Athletic. Me he formado en Lezama. Mis padres viven en Sopelana y, siempre que podían, me llevaban a Lezama o a San Mamés, y yo encantada. Quería ser como ellas, lo conseguí, llegué a ganar una Liga con ellas y ahora estoy súper feliz en el equipo de mi ciudad.

¿Cómo fue la celebración?

-Lo celebramos con el público al final del partido. Estuvimos súper a gusto con la afición, que estuvo de diez. Cantamos el Txoriak txori, hicimos el indio todo lo que pudimos. Algunas se desperdigaron con sus familias, porque era el día de la madre. Y otras nos fuimos a comer a la sidrería Oianume, que nos tratan siempre de diez, y acabamos en un bar del centro de Donostia, pasándolo bien y bailando un poco.

Queda certificar de manera matemática ese segundo puesto. ¿Es complicado centrarse de nuevo en la competición tras el subidón de este fin de semana?

-No, porque sabemos que por muchos motivos nuestro objetivo es quedar segundas. No sería una decepción, pero es algo que lo tenemos tan alcanzable, algo que nos beneficia tanto de cara al año que viene, que vamos a por ello. Celebrar esto está bien, nos encanta celebrarlo, pero lo celebraremos con mucho más fuerza si quedamos segundas.

Antes era algo muy difícil ver a una jugadora de la Real en la selección. Ahora, Nerea Eizagirre y Amaiur Sarriegi son fijas para Vilda; Vanegas lo es en la seleccióncolombiana; Gaby, en la de Venezuela; Franssi, con Finlandia...

-A nivel internacional, es algo que nos da mucho. Sacar jugadoras internacionales no es tan fácil y no todos los equipos tienen tantas como nosotras tenemos. Nos da mucho valor y prestigio. Que disfruten todo lo que puedan porque son súper jóvenes y tienen que vivir esa época. Los fines de semana que no hay jornada entrenamos aquí cuatro gatos. Eso es guay.

Personalmente hablando, ha sido una temporada muy complicada a nivel físico. ¿Cómo se encuentra?

-Ahora muy bien. He superado todos los problemas que tenía de aductores. No sé muy bien de qué tenía problemas, si era más de aductores o de pubalgia, pero los resolví. Y de la lesión de rodilla estoy fenomenal. Estoy en mi mejor momento.

Ahora que se acaba la temporada...

-Pero necesitamos que se acabe también, para descansar. Mentalmente, ha sido una temporada muy dura y muy exigente todo el rato. De lunes a sábado aquí y luego los domingos esa presión de tener que ganar para quedar segundas. Ahora descansar nos va a venir muy bien. Vamos a tener, quitando las internacionales, unas buenas vacaciones.

¿Que es lo que nunca va a olvidar de este año?

-Lo vivido este domingo no se me va a olvidar nunca jamás. Y el grupo, me quedo con el equipo humano que hemos hecho, que, más allá de querer competir cada una a nivel individual para ganarse un puesto, y que todo el mundo es ambicioso y quiere jugar por encima de todo, este año la generosidad que estamos teniendo, el compañerismo, todos esos valores que para un equipo son importantes, nosotras lo estamos cumpliendo a la perfección. Si tengo que definir lo que significa la palabra equipo, yo digo Real Sociedad femenino.

Tiene contrato hasta 2023...

-Es un año más, pero se podrá alargar en el tiempo. Me siento muy realizada porque siento que el equipo responde, me gusta lo que hago, soy feliz y me encanta jugar a fútbol. Estoy súper contenta en el equipo. Creo que tengo un rol especial que ha hecho sentirme importante.

Cuando llegan las jóvenes al equipo, ¿qué les dice la veterana?

-Lo primero ongi etorri (risas). Vienen súper cohibidas porque tú te ves como alguien normal, pero para ellas eres una referente, alguien a quien tomarle el relevo, alguien a quien quitarte el puesto y quiere compartir contigo un montón de momentos. Yo les digo que entrenen todo lo que puedan, que se cuiden, que aprovechen el momento porque el fútbol femenino está en un buen momento, incluso económico. Van a tener muchas posibilidades. Las de 18 años van a poder vivir del fútbol de una manera muy cómoda. Les digo eso, que aprovechen, que ahorren, que gestionen bien su patrimonio, para que en un futuro vivan más tranquilas. Que no dejen de estudiar, que la carrera deportiva se va a acabar y que disfruten lo que puedan. Y que se vayan fuera, que vivan en otros países y jueguen en otros equipos.

El buen hacer de algunas jugadoras hará que los grandes se fijen en ellas. ¿Hay temor a que alguna salga de la Real pese a que futbolistas como Nerea o Amaiur acaban de renovar?

-Ese miedo lo deberá tener el club. Nosotras, como jugadoras, siempre queremos mejorar y que un equipo más grande, a priori, que la Real, porque compite a diario en la Champions, se fije en ti, siempre es gratificante. Es algo bueno para nosotras que equipos grandes se fijen en jugadoras de la Real. Eso dice mucho de la jugadora y del club. Yo soy de aquí, yo lo siento y yo lo vivo, he mamado la Real Sociedad y jugar la Champions es lo máximo. Pero para alguien que viene de fuera, muchas veces, jugar en la Real es un trampolín. Lo que sí te puedo garantizar, y pongo la mano en el fuego, es que todas tenemos un sentido de pertenencia muy grande. Es algo que hemos creado este año y que se palpa, se ve.

"No jugamos para tapar bocas. Desde luego que no. Era una cuestión de hacer tu trabajo de la mejor manera y de una forma ambiciosa"

"Va a ser complicado repetir o mejorar lo realizado esta temporada. El Barça es, a día de hoy, inalcanzable, pero hay margen de mejora"