Quién lo iba a decir. El momento de mayor felicidad para la hinchada armera este fin de semana no se sitúa en Ipurua, ni siquiera en un partido disputado por el Eibar. Hoy lunes es buen día para mirar al cielo y dar las gracias por la remontada que el Real Madrid firmó el sábado en Valdebebas contra el Elche. Bendito Karim Benzema. Porque el equipo de Mendilibar lleva tiempo metido en un lío. Pero ese lío sería ya un laberinto de complicada escapatoria de haber ganado el conjunto franjiverde en el feudo blanco. Resumiendo: el Eibar es penúltimo en la clasificación y tiene a dos puntos al 17º, el propio Elche. Si los de Escribá llegan a sumar la victoria, la referencia sería ya el Valladolid, cuatro por encima. Con lo que se cotiza cada gol, cada empate, cada victoria, a estas alturas de la temporada.

Los números hablan claramente de la complicada situación que atraviesa el Eibar. Pero las estadísticas no lo son todo. El fútbol también entiende de sensaciones, y por los encuentros del cuadro armero apunta ahora, claramente además, a que la dinámica resulta peligrosa a más no poder. Ayer encaraban una cita clave y recibieron un gol en el primer minuto de juego. Más adelante, poco después de encajar el segundo, dispusieron de un penalti a su favor desperdiciado por Esteban Burgos. Falló como falló Dmitrovic la semana pasada en Cádiz. Marcaría luego Sergi Enrich. Y el Villarreal jugó además el último cuarto de hora en inferioridad tras la expulsión de Capoué, aunque fue el propio equipo amarillo el que aprovechó el periodo final para mover el electrónico y sentenciar la victoria. Nada. Está visto que no es la temporada. Hecha esta afirmación, con solo once partidos por delante, queda únicamente salvar los muebles y abrochar la permanencia como sea, porque los efectos que tendría un descenso a Segunda no hace falta ni explicarlos.

El partido empezó con fuerza, con un arrancada veloz de Bryan Gil a los quince segundos que acabó con un tiro que detuvo el portero. La réplica inmediata llegó con un magistral pase de Gerard Moreno, que culminó a la perfección Moi Gómez por el costado izquierdo. Todo un mazazo para el Eibar, al que esta temporada además le cuesta un mundo hacer gol. El Villarreal, con el marcador a favor, manejó a su antojo el partido y Bacca no tardó en volver a crear peligro, pero el Eibar, equipo siempre valiente, poco a poco fue creciendo y empezó a creer que podía dar la réplica.

Pero un error defensivo de Esteban Burgos propició un robo de Manu Triguero y un contragolpe letal de Gerard Moreno, que permitió a Bacca incrementar la ventaja con su primer gol de la temporada. El 0-2 ponía las cosas muy cuesta arriba al Eibar. Pero la esperanza volvió en el minuto 40 gracias a una mano del ecuatoriano Pervis Estupiñán dentro del área a un centro de Arbilla, aunque duró poco, ya que Burgos lo lanzó flojo y mal y detuvo Sergio Asenjo con el pie.

Mendilibar movió el banquillo tras el descanso con la entrada de Kevin Rodrigues y de Sergi Enrich en lugar de Aleix García y del japonés Takashi Inui, para buscar más mordiente ofensiva. El Eibar apostó una vez más por la valentía. No le quedaba otra. Y le permitió acortar distancias con un disparo de Sergi Enrich que en principio no se señaló por el árbitro, ya que Asenjo lo sacó inmediatamente cuando apenas había llegado a entrar en la portería, pero tras revisarse la jugada se vio que había sido lo suficiente para subir al marcador.

El tanto levantó los ánimos del conjunto vasco, que hizo sufrir más al Villarreal. Aun así, a la contra tuvo también sus opciones para sentenciar, pero las alarmas saltaron cuando a los 80 minutos Etienne Capoue fue expulsado con roja directa por una dura entrada sobre Diop. Esta circunstancia incitó aún más al Eibar a lanzarse al ataque, pero otra vez careció de acierto y otro contragolpe, con un gran pase de Gerard Moreno, lo aprovechó Alfonso Pedraza para sentenciar.