La Supercopa de España se disputará a partir de mañana en Yeda, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita, situada junto al Mar Rojo, con la primera semifinal entre el Valencia y el Real Madrid. Se trata de un torneo menor, hasta incómodo en su anterior formato, en pleno mes de agosto, con los grandes clubes más pendientes de sus business por el mundo que de una copa marginal. Con la nueva configuración, de dos semifinales y la final, la Supercopa ha adquirido una nueva dimensión. La dimensión que da el dinero, la lejanía, el público ajeno a los equipos participantes. Habrá televisión finalmente, pero por vez primera hay que pagar para ver los partidos, que serán retransmitidos por Movistar.

Los clubes que antes la denostaban ahora están sumamente interesados y agradecidos a su gestor, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que ha procurado con las autoridades de Riad un negocio redondo: unos 50 millones de euros a repartir entre los cuatro contendientes y la RFEF. Los dos equipos finalistas se embolsarán cada uno 12 millones de euros, y 8,9 se llevarán los dos equipos que pierdan en las semifinales, que se jugarán mañana y el jueves, y el resto va a parar a las arcas de la Federación.

Con estas cifras ninguno de los finalistas ha puesto ningún reparo de orden deportivo o cuestionado lo más mínimo la idoneidad de disputar un torno oficial español lejos, y en un reino donde no se respetan los Derechos Humanos.

El éxito de público también está asegurado. Serán aficionados saudíes, con algún que otro ciudadano español con posibles, no en vano se calcula que la excursión sale por 3.000 euros por persona, y eso nada más comenzar la cuesta de enero. Eso sí, los cuatro clubes concernidos han tenido el detalle de sufragar las entradas para asistir al King Abdullah Sports City Stadium, con un aforo para 62.0000 espectadores.

Unos 20 aficionados acompañarán al Real Madrid en su aventura por Yeda, a los que hay que sumar 26 valencianistas, 50 hinchas del Atlético de Madrid y 250 del Barça. Poco importa. El lleno está garantizado para los tres partidos. "Es un desastre cómo lo han organizado. La Federación, al menos tenía que haber subvencionado la Supercopa de España. No tiene sentido", afirma Efigenio Albadalejo, presidente de la peña Ramón Mendoza y portavoz del grupo madridista que viajará para ver el torneo en directo.

El acuerdo cerrado por Luis Rubiales, presidente de la RFEF, y el príncipe saudí Abdullaziz bin Turki Al-Faisal contempla que la Supercopa tendrá su sede en Arabia al menos otras dos ediciones más. Un negocio redondo que Rubiales trató de disfrazar de humanismo, asegurando que el reino saudí está tomando en los últimos años decisiones aperturistas, sobre todo con las mujeres, y que torneos como la Supercopa ayudarán a fomentar el cambio.

televisión de pago El torneo se disputaba a doble partido entre el campeón de Liga y el de Copa hasta el año pasado, que ya se jugó a partido único y fuera del Estado español. Concretamente en Tánger (Marruecos), con el Barcelona y el Sevilla como contrincantes y no poca polémica por parte de los aficionados, que se quedaron sin el derecho de vivir el torneo en sus respectivos estadios. Ese problema ha quedado zanjado. Los espectadores serán saudíes, en su inmensa mayoría, aunque finalmente la Supercopa sí se podrá ver a través de la televisión, pero también por vez primera en un canal de pago, Movistar. TVE, tradicional socio federativo, se negó a pujar por los derechos televisivos argumentando el carácter represivo que tutela el régimen del monarca Salmán bin Abdulaziz. El resto de los canales generalistas también se retiraron de la puja, sobre todo para no quedar señalados.

la experiencia italiana Aunque en el fútbol estatal el nuevo formato de la Supercopa representa una novedad estimable en otras latitudes europeas hace años que se apostó por este modelo por la misma razón: el dinero.

En Italia, doce de las 32 ediciones de la Supercopa del estado transalpino se han jugado en el extranjero. Sin ir más lejos, hace un mes, la Lazio y Juventus se enfrentaron también en Arabia Saudí, concretamente en el estadio King Saud University de Riad, con triunfo lacial, y el año anterior el equipo de Cristiano Ronaldo y el Milan se disputaron el trofeo en Yeda.

La Supercopa es el único torneo que cuenta con la autorización de la FIFA para disputarse en el extranjero, a diferencia de LaLiga, donde las iniciativas de Javier Tebas por llevar un partido a Miami por la misma motivación crematística, la pasada temporada con el Girona-Barcelona, y esta con el Villarreal-Atlético Madrid, se encontró con la oposición frontal de Rubiales bajo el amparo de la FIFA.