Real Madrid91

Valencia Basket68

REAL MADRID Campazzo (15), Carroll, (12), Deck (7), Randolph (16), Tavares (9) -quinteto inicial- Causeur (8), Rudy (0), Laprovittola (0), Reyes (4), Llull (6), Thompkins (9), Taylor (5).

VALENCIA BASKET Vives (8), Marinkovic (2), Doornekamp (7), Dubljevic (7), Ndour (4) -quinteto inicial- Colom (9), Abalde (12), Labeyrie (5), Tobey (11), San Emeterio (0), Sastre (3).

Parciales 18-11, 34-20 (descanso), 67-44, 91-68.

Árbitros Hierrezuelo, Peruga y Oyón. Sin eliminados.

Incidencias Palacio de Deportes José María Martín Carpena, ante 10.437 espectadores.

Donostia - El Real Madrid jugará hoy su séptima final de Copa consecutiva ante el Unicaja -se impuso al Andorra por 92-59- al dar buena cuenta del Valencia Basket en un encuentro sin historia en el que los blancos fueron netamente superiores gracias a su gran disposición defensiva, que sacó de ritmo a los de Jaume Ponsarnau, y a un eficaz juego ofensivo en el que Facundo Campazzo volvió a ejercer tanto de maestro de ceremonias como de brazo ejecutor. El base argentino acabó con 15 puntos, nueve asistencias, siete robos de balón y 31 créditos de valoración y fue la punta de lanza de un equipo que contó además con el acierto ofensivo de Anthony Randolph y el dominio debajo del aro de Walter Tavares como grandes argumentos ante un rival que le provocó muchos menos quebraderos de cabeza que el Bilbao Basket en el cruce de cuartos de final. Porque en el Valencia Basket casi nada funcionó. Su ataque fue un constante quiero y no puedo en la primera mitad, con solo 20 puntos totales anotados, y solo pudo reaccionar cuando su rival aflojó al tener ya el encuentro totalmente a su favor.

Los de Pablo Laso arrancaron la contienda viento en popa y a toda vela, con un parcial de 9-0 en el que Campazzo fue gran protagonista. Los taronjas necesitaron más de cuatro minutos para subir su primer punto al marcador, pero de la mano de Aaron Doornekamp amagaron con equilibrar el duelo (9-7). Sin embargo, fue un mero espejismo. El Real Madrid se rehizo a base de triples, cerró el primer cuarto con un 18-11 favorable a sus intereses y ya no volvió a mirar atrás. Entre Randolph y Jeffery Taylor abrieron el segundo cuarto con un 10-2 (28-13 a ocho minutos del descanso) y a partir de ahí el Valencia Basket se limitó a caminar sobre el alambre, a aprovechar que su rival, que veía el partido demasiado fácil, abusaba del triple y fallaba una y otra vez: 5 de 20 hasta el ecuador de la contienda). Su problema radicó en que sus porcentajes en tiros de campo (7 de 27) fueron incluso peores y que también salió perdedor en la guerra del rebote. Así las cosas, el 34-20 al descanso era un perfecto resumen de lo acontecido en pista.

En la reanudación, los blancos salieron decididos a darle carpetazo al partido. Con Campazzo dirigiendo el show y Randolph y Tavares anotando a placer, su ventaja superó la veintena de puntos a seis minutos de la conclusión del tercer acto (52-31). El Valencia Basket recuperó sensaciones ofensivas, pero la explosión madridista en ataque fue todavía más abrumadora y con 67-44 a falta de diez minutos por jugarse el partido careció ya de historia. Lo de Ponsarnau solo pudieron maquillar un déficit en el marcador que llegó a ser de 30 puntos para acabar rendidos ante el vendaval blanco.