Jon Rahm quiere conocer lo que se siente al ganar la FedEx Cup. “Muchas veces no me doy cuenta de la magnitud de las cosas hasta que suceden”, confesó antes de afrontar desde hoy su séptima participación consecutiva en el Tour Championship de East Lake. Hace dos años estuvo a solo un golpe de llevarse el trofeo que distingue al mejor de la temporada en el PGA Tour. Partirá a cuatro golpes de distancia de Scottie Scheffler, el jugador con el que se ha batido desde enero. A dos golpes tendrá a Viktor Hovland y a uno a Rory McIlroy, con el que compartirá hoy partido. Son los tres jugadores que le adelantaron después de no alcanzar su mejor nivel en los dos primeros play-offs.

La empresa no será sencilla ya que “se supone que los que están aquí son los que mejor están jugando ahora mismo”, aunque el barrikoztarra tiene dos precedentes. Él mismo salió hace dos años a cuatro golpes de Patrick Cantlay y llevó al californiano hasta el hoyo 72. El año pasado, McIlroy arrancó a cuatro golpes y se proclamó campeón superando a Scheffler en la última jornada. En todo caso, Rahm, que ha logrado cuatro victorias en 2023, más que nadie, reconoce que el formato no termina de convencerle. “Se entiende mejor que el anterior, pero puedes ganar 20 torneos y si tienes una mala semana aquí en East Lake acabas el trigésimo. Y si llegas el trigésimo, puedes acabar el quinto”, explica. Con todo, el golfista vizcaino no va a dar su brazo a torcer y confía en que su juego le permita responder al desafío y “saber lo que siente al ganar la FedEx Cup. Lo estoy deseando”.

Al margen de los aspectos competitivos, Jon Rahm ha alertado en East Lake sobre un asunto preocupante que es la proliferación de apostadores entre los espectadores de los torneos. “Espero que el PGA Tour tome cartas en el asunto antes de que se nos vaya de las manos. Pasa más a menudo de lo que se cree, aunque también entiendo que puede ser difícil controlar a 50.000 personas”, comenta. “En el golf los espectadores están muy cerca e incluso si no te hablan directamente a ti, estás lo suficientemente cerca que si uno dice a su amigo, te apuesto 10 dólares que va a fallar, lo oyes”, añade. Además, recientemente algún jugador ha sido distraído al ejecutar un golpe precisamente para provocar su fallo y ganar una apuesta. l