El apoyo del público es un punto en común entre la Zegama Aizkorri y las grandes maratones urbanas. Uralde relata que las majors “son diferentes al resto en cuanto a animación y participantes. En estas maratones hay entre 40.000 y 50.000 participantes. La organización es brutal. Es otro mundo, muy diferente. En una major, prácticamente en los 42 kilómettros del recorrido tienes gente que te está animando. Eso es lo que las diferencia de una maratón normal. En Donostia hay puntos donde hay público, pero en otros no hay gente. En una major, por muy mal que vayas, te pones a correr. En la Zegama, evidentemente, no va a haber gente a lo largo de los 42 kilómetros, pero hay puntos en los que sí”. En cualquier caso, “siempre digo que correr la maratón de Donostia tiene el mismo mérito que correr en una major. Al final, son puro negocio. Las inscripciones son muy caras. Nosotros hemos cogido el hábito de correr una de estas maratones al año como excusa para pasarte una semana con los amigos y para conocer otra cultura y otras ciudades. Y luego está la maratón. Para mí, es como la guinda al pastel”.

Además de la maratón alemana, el corredor hernaniarra también ha participado en Nueva York, Londres y Chicago: “Siempre te quedas con la primera, Berlín. Nos pusieron en el primer cajón. Primero salieron los profesionales y a los dos minutos nosotros. Cuando miras hacia atrás y ves a toda esa marea de gente te impresiona. Casualmente, fue donde mejor tiempo hice. Siempre he andado entre 3h20 y 3h40. Hemos tenido mala suerte con la climatología. En Londres, Chicago y Nueva York nos hizo calor”. Uralde también tiene un gran recuerdo de la cita neoyorquina. “Nueva York es Nueva York. Correr debajo de esos rascacielos es espectacular”.

“Fuera hay otra cultura. Aquí el nivel es otro, somos mucho más competitivos”

Mikel Uralde - Corredor

Uralde ha observado una mentalidad distinta en estas carreras: “Yo aquí soy un korrikalari mediocre, vas a una maratón de esas y en la clasificación te ves el 3.000 de 50.000 con un tiempo de tres horas y 20 minutos. Fuera de aquí hay otra cultura. Hay mucha gente que hace la maratón andando, o que la hace en cinco o seis horas, y les da igual. El objetivo de más de la mitad de esos 50.000 participantes es terminar. Aquí el nivel es otro. Somos mucho más competitivos. Con ese tiempo, me planto en una maratón de aquí y termino de la mitad para abajo”. 

Al margen de las majors, Uralde también ha corrido las maratones de Valencia y Atenas, que “es preciosa. Te llevan a Maratón, que es un pueblo pequeñito. Es una carrera muy dura, con mucho desnivel. Es como la suma de dos behobias, pero el final es espectacular. Terminas en el antiguo estadio olímpico de Atenas. No es una major pero tiene su xarma. Nos encantó”.