- La experiencia es más que un grado en el Dakar y la escudería Toyota es una de las clásicas. La marca ha vivido de todos los colores y conoce los detalles de esta carrera a la perfección. En una edición en la que Audi y Prodrive sorprendieron con sus novedades y llamaron a que una nueva generación de vehículos tomara el mando, la escudería japonesa dejó claro que lo tradicional sigue funcionando. Sin conformarse con el liderato de Nasser Al-Attiyah, los tres vehículos del equipo dieron un paso adelante y aprovecharon la mayor facilidad del recorrido para volar sobre él. Toyota firmó un triplete con Giniel de Villiers a la cabeza, seguido a solo nueve segundos por Henk Latteman. El catarí fue tercero, pero aumentó su distancia con Sébastien Loeb en un minuto más.

Ese dominio de una marca y su líder no tuvo su réplica en la categoría de motos. En esta clasificación la igualdad es notable y los líderes no paran de intercambiarse. Ayer fue el turno de colocarse en lo más alto para Matthias Walkner. El austriaco de KTM volvió a repetir la estrategia de las ediciones anteriores y que ya le sirvió para vencer en el Dakar de 2018. Sin ser el más rápido, pero con un ritmo constante se mantuvo en la pelea y a pocos días del final consiguió encaramarse a lo más alto. Aunque lo hizo sin ganar la etapa. Ese honor fue para José Ignacio Cornejo, que, pese a protagonizar una mala primera semana, sigue siendo muy rápido.

En la categoría de clásicos, los tres vehículos con representantes vascos continúan alejados de los primeros puestos. El mejor clasificado es el Toyota de Dionisio Santos e Iñigo Ruiz, en el puesto 50º. En el 82º están Rafael Priego y Facun Vitoria. Y más retrasado, el 124º, están Ignacio Corcuera y Óscar Ordóñez.