​Esta vez tocó la de arena y el Bidasoa perdía en Granollers (30-29) donde la falta de acierto en portería, las quince pérdidas acumuladas y la mala definición en los remates terminaron por condenarle. A poco que hubiera mejorado sus prestaciones, a estas horas sumaba dos puntos más en su casillero. Es obvio que, con estos aspectos negativos, perder solo por un gol de diferencia pone en valor otros detalles positivos que no fueron suficientes para conseguir el triunfo buscado.

El partido comenzó con los vallesanos situados en la décima posición de la tabla y los irundarras, en la segunda. A priori no hay tanta diferencia entre ambos equipos, pero como este es un año extraño, el Granollers ha jugado tres partidos menos que la mayoría y puede llevar a engaño verle en esa situación. Los de Antonio Rama disponen de un plantel de nivel al que se sumaron este verano Chema Márquez y Esteban Salinas. El primero, que no aceptó otras ofertas, decidió incorporarse al equipo de su hermano Alex, ausente ayer por lesión. El pivote, por su parte, se encontraba con Rodrigo, aunque defendiendo intereses diferentes. Estaba cantado que el pivote quiso sacarse la espina y demostrar su condición marcando ocho goles y convirtiéndose en una permanente pesadilla. No falló ni una.

El Bidasoa no entró redondo al partido y no fue hasta poco después del minuto veinte cuando logró su primera ventaja. Acababan de excluir a Antonio García por un cambio mal realizado. En el aclarado, el pivote de Urretxu superó a Marc Guardia llevando al marcador la mínima diferencia (10-11). A partir de ahí, las cosas cambiaron para bien. Tres tantos consecutivos llevan el 11-14 al tanteador del Palau Olimpic. La exclusión de Bonanno permitió recortar diferencias a los catalanes y De la Salud marcaba el último gol del primer periodo (13-15). El propio central lograba el inicial tanto del segundo tiempo, pero el Bidasoa entró en barrena. Se le fundieron los plomos de tal manera que desconcertaba a propios y extraños.

A todos, menos a su oponente que supo aprovechar los errores que se repartían en las dos áreas. Del 14-16 se pasó al 21-16 en siete minutos. Para entonces, el Bidasoa sumó otras dos exclusiones (Racotea y Bartok). Es posible que sea por ahorrar gastos, pero ya clamó mucho que en Puente Genil arbitraran dos colegiados andaluces y que anoche se repitiera el proceso con dos catalanes que no repartieron justicia por igual. Tampoco fue el suyo un trabajo brillante, pese a que les hayan elegido para pitar una semifinal de Champions. Hay decisiones que no se sostienen. La suma de todos estos elementos condenó al Bidasoa.

Jacobo Cuétara solicitó dos tiempos muertos en tres minutos ante la magnitud del incendio. Los irundarras pasaron de ir ganando (15-18) a perder (24-20, es decir un parcial contrario de 9-2 que sentenciaba la contienda bastante antes del final. Sus jugadores se vinieron debajo de modo difícil de entender. El apagón de unos minutos termina por condenarle. El único jugador que se echó el equipo a la espalda y sobre todo el que veía portería fue Rodrigo Salinas. Antes y después el equipo elevó a los altares al meta vallesano. Marc Guardia lograba porcentajes escandalosos de aciertos, marcando una clara diferencia con la otra portería. De la recuperación de esos balones se aprovecharon el central Chema Marquez y el referido Esteban Salinas, con el buen apoyo del flanco derecho del ataque local en donde brillaban Valera y Gassama.

El cuadro amarillo, quizás un poco tarde, cambió la defensa convirtiendo el 6-0 casi en un 3-3. Se dio cuenta el técnico local Antonio Rama que en el minuto compartido con su equipo trató de ajustar el plan de ataque. No le salió bien. Bidasoa fue recortando (28-24, 29-27) pero no le dio tiempo para seguir en esa lucha y evitar la derrota por la mínima. Segundo disgusto consecutivo lejos de casa que forma parte de la trayectoria de un equipo en competición. Puede ganar, perder o empatar. Anoche bailó con la más fea, dio la de arena y no puede confirmar todavía su plaza en la próxima Copa Asobal. Toca esperar y trabajar para que el equipo recupere las mejores capacidades. La primera oportunidad que se le brinda llega este martes con la visita del Puerto Sagunto a Artaleku.

DATOS DEL PARTIDO:

GRANOLLERS: 30

BIDASOA: 29

GRANOLLERS (13+17): Marc Guardia; Chema Márquez (6), Borja Lancina (1), Valera (4), Edgar Pérez (3), Esteban Salinas (8), Sergi Franco - siete inicial- Pol Sastre (ps), Jan Gurri, Marc García, Adriá Martínez (2), Marc Ferré, Mamadou Gassama (4), Antonio García (2), Armengol y Víctor de Sande.

BIDASOA IRUN (15+14): Xoan Ledo; Crowley (2), Kauldi (4), Racotea (1), Tesoriere, Matheus, Rodrigo Salinas (7) -equipo inicial- Sierra (ps), Zabala (1), Tao Gey (2), Julen Aginagalde, Iker Serrano (2), Bonanno, Bartok (1, de p.), Sergio de la Salud (5) y Jon Azkue (4).

ÁRBITROS: García Serradilla y Marín Lorente (Comité catalán). Exclusiones de Pol Valera (2) y Antonio García, por los granollerenses; Racotea (2), Bonanno, De la Salud y Bartok, por los guipucoanos.

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 3-1, 6-4, 7-6, 10-9, 11-13, 13-15 (descanso), 14-17, 18-19, 21-20, 25-22, 28-25, 30-29

INCIDENCIAS. Palau Olimpic de Granollers. Sin presencia de aficionados en las gradas.