- Al snowboarder donostiarra le toca esperar entre el gusto por el triunfo inolvidable de Sierra Nevada y la decepción por no conseguir otras victorias que acarició. No está satisfecho con los resultados logrados. En la soledad del Pirineo, trata de ordenar las experiencias precedentes y mirar al futuro. No piensa en la retirada.

La situación planteada le pilla en Formigal. La nieve está muy cerca sin poder tocarla ¿Cómo se supera esa tentación?

-De la misma forma que convivimos todos en casa, supongo. Estamos en un momento duro para todos y hay que ser responsable. Aunque solo tenga a unos metros la nieve me tengo que quedar en casa.

Formigal es una cita obligada para los esquiadores. La Semana Santa, una fecha habitual para que esa estación se abarrote. Pistas, hoteles, restauración... A esta hora, ¿qué sensaciones se tienen ahí ante la imposibilidad de que acuda nadie?

-Es muy rara. Ver cómo están las pistas y que no haya nadie... incluso por el pueblo no se oye ni un solo ruido. Es muy raro todo esto.

Vivir en una casa en compañía de otro deportista hace más llevadero el confinamiento. ¿Cómo es una jornada entre ustedes?

-Hay días que me pongo a entrenar nada más levantarme y otros que necesito un buen desayuno primero. Después de comer nos vamos a nuestra siesta obligatoria, ja ja ja, y a la tarde volvemos a hacer algo de ejercicio. O también nos dedicamos a hacer otras cosas como leer, estudiar, o jugar a la Play. Lo bueno de vivir con un amigo deportista es que si yo no estoy motivado él sí lo está, o al revés. Nos ayudamos mutuamente a seguir con mentalidad positiva en estos días.

Ese deportista al que se refiere es Alex Villar, especialista en salto base que consiguió pasar a más de 200 kilómetros por hora por el Arco de Piedrafita de modo inverosímil.

-Es muy bueno. Este invierno hizo ese salto que antes nunca lo había hecho nadie, pasando por un agujero aquí en Aragón. Lleva un equipamiento especial para volar, aterrizar y detenerse. Estudia la geografía de la zona con enorme minuciosidad y diseña las coordenadas para realizar el vuelo del modo más seguro.

Felizmente para usted, el momento de la suspensión se produce con casi todo el calendario completo. ¿Quedaba algo importante por disputarse?

-Solo nos faltaba el campeonato nacional. La copa del mundo estaba terminada. Por ese punto, no podemos quejarnos. Hay otros deportistas que se estaban jugando cosas muy importantes y esto les ha parado en seco. No quiero pensar cómo estaría yo si eso me sucediera.

Lucas, llevaba tiempo sin ganar hasta que llegó la prueba de Copa del Mundo en Sierra Nevada. ¿Qué significó el triunfo y el modo de conseguirlo? ¿Lo necesitaba?

-Por supuesto que lo necesitaba. Ha sido una temporada dura para mí. Sabiendo y demostrando en varias carreras que estaba junto a los mejores, y no conseguía hacer un gran resultado. Y por fin llegó, y en qué momento, en casa. La mejor victoria de mi carrera. Ese día salió todo perfecto.

Faltó la rúbrica de Veysonnaz. Ganó la final de consolación y terminó cuarto en la general de la competición. ¿Aspiraba a más?

-Sí, terminé cuarto en la general de la Copa del Mundo. Como he dicho antes, ha sido una temporada dura. He hecho grandes carreras y a buen nivel pero con solo un resultado bueno, el de Sierra Nevada. En todas las carreras estuve marcando los mejores tiempos en entrenamientos y clasificaciones. Saber que soy rápido y después no hacer buenas carreras frustra.

Parece claro que la temporada de nieve está terminada. ¿Cómo valora su rendimiento?

-Repito un poco lo mismo de antes. El rendimiento ha sido bueno pero los resultados no. Así que no lo valoro muy bien este año.

Los deportes de nieve están en mitad de un ciclo olímpico. De Pyeongchang 2018 a Pekín 2022. Teniendo en cuenta lo que está sucediendo con los de verano ¿temen que les pueda afectar el aplazamiento de alguna manera?

-Creo que queda muchísimo para nuestros Juegos y para entonces todo habrá pasado. O eso espero. Ahora solo pienso en lo mejor para mis compañeros que están trabajando duro para ir a los Juegos Olímpicos de verano. Ahora tendrán que esperar un año y eso lo trastoca todo. Les toca volver a empezar.

Los deportistas olímpicos dependen mucho de las subvenciones y convenios. El nuevo marco económico que se intuye después del COVID-19 les puede afectar. ¿Le preocupa de alguna manera?

-De momento,

me preocupan más otras cosas como que se mejore esta situación en la que estamos, la de contagios que está habiendo y la de fallecidos que hay. Los presupuestos, subvenciones y convenios que vamos a tener de momento están en un segundo plano. Así que ya nos preocuparemos de eso más adelante.

Sus veranos suelen ser muy ocupados. Argentina o Chile son lugares a los que suelen acudir para entrenar. Allí entonces es invierno y eso ayuda. ¿Dispone ya de un calendario, entrenadores, técnicos, o todo está en el aire?

-De momento acabamos de cerrar la temporada. Es muy pronto para pensar en eso y menos teniendo en cuenta el entorno en el que nos movemos. Ahora toca hacer análisis de todo...

¿La próxima temporada contará con Lucas Eguibar en la competición o se plantea la retirada?

-De momento tengo ilusión y ganas de seguir adelante. Llevo dos años quedando el cuarto del mundo y estoy motivado para trabajar duro y subir a lo más alto. No me planteo la retirada.