La tuvo Ramis. La tuvo Pedro León, hasta dos veces. La tuvo Gálvez. Pero ayer no quería entrar. Cosas del fútbol. El Eibar marcó en su primer acercamiento para encarrilar las recientes victorias contra Las Palmas y Celta. Ayer en Sevilla frente al Betis, en cambio, no estuvo tan acertado ante la portería rival, y lo pagó con una dolorosa derrota. El resultado supone un tropiezo en el camino hacia una posible clasificación europea. Pero no debe coartar al cuadro armero de aquí al final del campeonato. Por encima de circunstancias puntuales que condicionaron el duelo, los de Mendilibar fueron ayer un equipo vivo, muy vivo, que apunta a competir con garantías los seis compromisos que le quedan de aquí al 20 de mayo. Cuidado, porque no han dicho su última palabra.
Se puede perder como lo hizo ayer el Eibar en el Benito Villamarín, aunque seguro que a su entrenador todavía le escuece el 1-0 del Betis en el primer minuto del partido. Fue tras un saque de banda en el sector izquierdo de la defensa azulgrana, en una acción aparentemente inofensiva. Sin embargo, Rafa Navarro y Joaquín combinaron con facilidad para poner un centro perfecto en la cabeza de Jonas. El encuentro prácticamente no había empezado y el equipo de Mendilibar se veía obligado a nadar contracorriente, una circunstancia poco habitual durante las últimas jornadas. Tocaba remontar, y en primera instancia la reacción del equipo armero resultó muy positiva.
Antes de sufrir una nueva lesión que condujo a su sustitución, Iván Ramis tuvo en su cabeza el empate, igual que Pedro León, cuyo disparo cruzado se marchó fuera rozando el palo. El Eibar se enfrentaba a un adversario que intentaba presionar arriba, pero que luego se veía obligado a replegarse ante el juego directo de los guipuzcoanos. Estos merodeaban el área andaluz y buscaban centros que la zaga local, poblada con tres centrales, despejaba sin problemas. Pero la sensación general apuntaba a que el tanto de la igualada se encontraba bastante más cerca que el segundo del Betis.
mejoría local El caldo de cultivo que generaba el encuentro se estaba poniendo muy favorable para un Eibar que veía cómo la afición verdiblanca, de uñas desde un inicio, comenzaba a silbar a su equipo, descontenta ante el evidente dominio territorial de los armeros. Fue entonces, quién sabe si espoleado o no por el enfado de su parroquia, cuando el Betis mejoró y firmó un buen epílogo de la primera mitad. Los de Víctor Sánchez del Amo dispusieron de dos claras oportunidades para aumentar su ventaja. Primero, en una falta escorada que Joaquín utilizó a pierna cambiada para, en lugar de buscar el centro, intentar sorprender a Yoel. Poco después, el propio extremo gaditano colocó un balón perfecto en la cabeza de Pezzella, cuya peinada superó al meta gallego del Eibar y se marchó fuera a solo centímetros del poste izquierdo.
Durante el descanso, Mendilibar prescindió de Bebé, extremo zurdo de inicio, y apostó por Takashi Inui, una sustitución que, al menos en el corto plazo, no solucionó las cosas. De hecho, el panorama del encuentro comenzó a deparar constantes intentos de contragolpe del Betis, animado por el estado adelantado de la defensa del Eibar. Si los andaluces se llegan a mostrar mínimamente acertados en dos o tres situaciones claras de las que dispusieron, habrían conseguido dejar a alguno de sus delanteros solo ante Yoel, pero los azulgranas pudieron mantener su mínima desventaja con vistas al arreón final.
Este solo se produjo de forma muy tímida, y tuvo en una clarísima oportunidad de Gálvez a su máximo exponente. El defensa se encontró dentro del área con un disparo lejano de un compañero convertido en un pase perfecto. Pudo controlar e intentó una volea a bocajarro que Adán rechazó a córner, iniciándose así una fase en la que el conjunto armero, de nuevo por mediación de Pedro León, tuvo el 1-1 en su mano tras un centro retrasado de Inui. El empate no llegó, el final del partido se acercó sin más ocasiones y el Betis aprovechó un contragolpe para vivir con desahogo los minutos de descuento.
El partido se vio completamente condicionado por el tempranero gol del Betis, pero el Eibar compitió y estuvo siempre dentro del encuentro. No se apreciaron en su comportamiento síntomas de decadencia ni de agotamiento. Y la séptima plaza, muy susceptible de tener premio europeo a finales de mayo, está a solo dos puntos. Cayeron los de Mendilibar en Sevilla, pero siguen muy vivos. Así que conviene reaccionar en el duelo directo contra el Athletic el lunes que viene, pero tampoco existen motivos para encender ninguna luz de alarma.
2-0