ppagadas las luces, en la oscuridad del auditorio, el brillo de las luciérnagas que pedalearon durante décadas iluminó la sala que abrazó la puesta en escena del Euskadi Basque Country Murias. El firmamento del ciclismo vasco se proyectaba mágico con fogonazos evocadores de Jesús Loroño, Patxi Gabika, Txomin Perurena, Miguel Mari Lasa, Marino Lejarreta, Peio Ruiz Cabestany, Julián Gorospe, Fede Etxabe, Miguel Indurain, Abraham Olano, Joseba Beloki, Roberto Laiseka, Igor Astarloa, Iban Mayo, Haimar Zubeldia, Igor Antón, Mikel Landa, Mikel Nieve y Ion Izagirre. Una visión rotunda. Majestuosa. Fotogramas gloriosos del linaje del ciclismo vasco, cuya heráldica continúa. Cinema paradiso. Una película que no tiene fin. Los eslabones de una cadena que sigue avanzando a pedales.
De ese firmamento se desprendieron imágenes que cegaron con su fulgor a la cuneta de triunfos magníficos en el Tour, de recuerdos de la cinta de pelo de Gorospe, de la fuerza de Etxabe y la efigie de Indurain, emperador del Tour, del podio de Beloki en París, de su sufrimiento camino de Gap, el día que le escupió la brea blanda de la carretera, del Mundial que pintó de colores a Igor Astarloa, del triunfo de Iban Mayo en Alpe d’Huez y de Roberto Laiseka en Luz Ardiden, de Igor Antón agarrando Bilbao como un peluche en la Vuelta a España, de Mikel Landa festejando su gloria en Garrastatxu, de Mikel Nieve victorioso y de Ion Izagirre cantando bajo la lluvia en Morzine, su baño de alegría en el último Tour.
Todos esos flashes alumbraron una noche en la que numerosos ciclistas se sentaron en las butacas para empujar con su presencia el proyecto que quiere continuar alimentado pasión y recuerdos a través del maillot verde del Euskadi Basque Country Murias. Se reunió un pelotón fantástico en las butacas, más mullidas, sin duda, que los sillines de competición, tan pensados para la eficiencia y tan alejados de la comodidad, que jamás han casado con el ciclismo. Azkuna Zentroa se convirtió en una convención de ciclistas que fueron y que lo siguen siendo. Allí charlaron distendidamente Perico Delgado, Abraham Olano y Julián Gorospe, armados de sonrisas, anécdotas y pose para las fotos. También acudió José Miguel Echávarri, mítico director del Reynolds y de Banesto, que llevó a Indurain a reinar en Francia.
En el seno del gran grupo, de un pelotón extraordinario, mostraron sus dorsales Joserra Uriarte, Gorka Gerrikagoitia, Joseba Beloki, Álvaro González de Galdeano, Iker Camaño, Koldo Fernández de Larrea, Pedro Horrillo, Roberto Laiseka, Peio Bilbao y Beñat Intxausti, entre otros, todos ellos encolando la ilusión de la plantilla del Euskadi Basque Country Murias, que estrenó indumentaria y grandes esperanzas para la presente campaña en una noche sin luna, iluminada por la luz de un pelotón de estrellas.