Donostia - “Nosotros teníamos pensado que para ganar a Danel Elezkano y Mikel Urrutikoetxea había que jugar al menos una hora y media. Por suerte, no fue así. Aimar Olaizola acertó con el gancho, hicimos daño en el ancho y conseguimos una victoria más holgada de lo esperado”, dice Andoni Aretxabaleta (Markina, 1992). El zaguero habla desde una posición ventajosa dentro del torneo Bizkaia del Cinco y Medio, en el que se encuentra como pez en el agua.

El guardaespaldas está en la final del presente curso junto al cazador de Goizueta al tumbar a un dueto muy complicado el lunes en Etxebarria por 22-9. Será su tercera final de la modalidad.

No obstante, a pesar de las loas, Aretxabaleta es consciente de que “he tenido momentos mejores de juego”. “En los últimos tiempos he andado con las manos a vueltas pero estos últimos partidos he acabado bien de manos. Ahora, lo que tengo que hacer es coger confianza y a ver si los partidos me la dan”, desvela el zaguero. Y es que, desde que alcanzara la final del Parejas de 2014 junto a Aimar, en la que cayeron derrotados por Juan Martínez de Irujo y Abel Barriola, el markinarra no ha conseguido sumar la misma regularidad. Su talón de Aquiles: las manos. “Ese es mi calvario”, analiza Aretxabaleta, quien asume que “no hago carrera con ellas. Cuando llevo unos partidos buenos, me fastidio otra vez. Llevo más o menos año y medio que no levanto cabeza. Espero este verano encontrar mi punto de juego y dar un nivel óptimo en la cancha”.

Cuenta el vizcaino que, durante este tiempo, ha estado buscando alternativas: “Cambias los tacos y cambias la manera de entrenar. Al final, tratas de buscar soluciones. Yo todavía no he encontrado la buena. Se trata de tener paciencia. Soy optimista, sé que llegará la solución. Si te quedas en el sofá, no viene nada”.

Respecto a las probaturas de las protecciones, Andoni asevera que ha pasado por varios materiales para intentar que las manos le respeten. “He probado con tacos más duros, cambiando agujeros, poniendo esponjas? Hemos tratado de encontrar alternativas. Aun así, en los últimos ensayos me he sentido bien y a ver si cojo continuidad y el nivel”, admite Aretxabaleta, quien apostilla que “aquí nadie te regala nada y eres tú el que tienes que sacarte las castañas del fuego. Es un deporte individual y tienes que trabajar por estar bien. Este año y medio no he conseguido ese punto por las lesiones, pero espero que lo pasemos pronto”. El pelotari de Markina quiere ver su mejor versión en la cancha: “Siempre he sido un pelotari que ha buscando la pared izquierda y, durante este tiempo, no he encontrado ese golpe”, desbroza.

cómodo en la distancia Así las cosas, Aretxabaleta se mece en su tercera final del Cinco y Medio, una especialidad en la que se siente “cómodo” y puede probar cosas nuevas. “Es una distancia que me va bien. Para mí, es bonito jugar dentro del acotado de parejas. En todo el año, yo no juego ni Manomanista ni Cuatro y Medio y es algo distinto. Tienes que jugar más de abajo y más de lado. Estoy muy contento por jugar con Aimar”, declara el markinarra, que ya compartió gerriko con el goizuetarra el curso pasado y llegó a la final ante Irujo-Barriola. “Perdimos 22-8 y no tuve mi día. En 2014, junto a Urruti, hicimos buen papel, pero el gran Barriola, cómo no, y Xala nos ganaron”, recuerda.

De hecho, el veterano manista lei-tzarra, cuestionado acerca del vizcaino, le echa flores. “Yo crecí con él, viéndole jugar, que diga esas cosas de mí es bonito. Aun así, el que más juega es él. Lleva cinco años: ha ganado tres títulos y ha alcanzado dos finales. Eso no es casualidad. Se adapta mejor que nadie”, finaliza Olaizola.