donostia - El rugby vasco tendrá la oportunidad de medir su potencial frente a una selección mundialista este domingo. El equipo de Euskarians, formado por jugadores de diferentes clubes de todo Euskal Herria, se enfrentará entonces en Getxo al combinado de Uruguay, una de las selecciones que disputará la Copa del Mundo que arrancará dentro de unos días en Inglaterra.

No será la primera vez que un conjunto euskaldun juegue ante un rival de esta entidad. Bajo diferentes denominaciones, con mayor o menor presencia de jugadores de Iparralde, varios combinados compuestos por algunos de los mejores jugadores vascos han representado a Euskal Herria ante otras selecciones o frente a algunos oponentes de primer nivel, tanto en categoría masculina como en femenina.

El nombre de Euskadi, por ejemplo, ha servido para citar tanto al equipo de la Comunidad Autónoma Vasca como a una selección de todos los herrialdes. Con esta denominación, por ejemplo, se jugó el histórico partido de 1990 en San Mamés, frente a Catalunya, con la presencia de los lapurtarras Serge Blanco o Peio Álvarez (56-15). Euskarians, creado oficialmente en 1997, es un club que reúne ocasionalmente a jugadores o jugadoras cedidos por otros equipos vascos, y en los últimos tiempos las selecciones euskaldunas han competido en el ámbito internacional con el nombre de Basque Country, sobre todo en torneos de rugby a siete donde han tenido la oportunidad de medirse a otras selecciones nacionales.

El primer combinado euskaldun de la era moderna jugó su primer partido en 1980, en Baiona, en un duelo benéfico a favor de las ikastolas de Iparralde y sin ningún jugador de Hego Euskal Herria en el XV inicial. Los vastos tuvieron enfrente a un potente rival, los Wolfhounds, compuesto por jugadores de cinco potencias europeas y con varios internacionales en sus filas.

Hubo que esperar casi tres años para que el equipo vasco pudiera medirse a una verdadera selección nacional. Finalmente, el 14 de mayo de 1983, en Gernika, el combinado de Euskadi logró enfrentarse nada más y nada menos que a Gales. Salva Mujika, seleccionador del combinado euskaldun, relató aquel partido para NOTICIAS DE GIPUZKOA.

El técnico compaginaba entonces su labor al frente del Atlético San Sebastián con su faceta de seleccionador de Euskadi. Mujika aseguró que el encuentro supuso “una motivación para que los chavales siguieran machacándose cada uno en su club y, además, para los clubes fue quizás un punto de inflexión para que trabajaran un poquito más en serio”.

El partido se organizó por iniciativa de las federaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, ya que la Federación Vasca no nació oficialmente hasta 1985. Mujika recuerda que “hubo también algún problema y algún roce con la Federación Española, pero eso lo toreó Tozi” -José Luis Peña, quien luego fuera primer presidente de la federación autonómica-.

¿Cómo es posible que una selección del potencial y del prestigio internacional de Gales se dignase a jugar en Hegoalde? Mujika explica que este milagro fue posible por obra de Gérard Murillo, antiguo jugador de Francia y de la SA Mauléonais y exseleccionador de España: “Iba mucho a Gales y a Irlanda, y hacía allí stages con los jugadores del Saint Jean de Luz Olympique. Tenía muy buenas relaciones, es una gran persona y un gran entrenador”.

Mujika considera que “aquel partido fue ilusionante. Para nosotros fue un acicate que la selección de Euskadi jugase contra otra nación. Y, además, era Gales”, que había dominado el rugby europeo en los años 70. “La mitad de los jugadores que vinieron eran del primer equipo, con gente como el segunda línea Paul Moriarty o un pilier gigante, Williams”.

El exseleccionador está orgulloso del partido que realizaron los jugadores vascos: “Perdimos 24-3, pero tal y como estaba Gales entonces, para nosotros fue un triunfo. Gales fue el mejor equipo europeo durante diez años, y todavía quedaban algunos de esa época. La gente cumplió y se hizo un buen partido, porque ellos tenían un potencial impresionante. Nosotros teníamos gente bastante joven y falta de experiencia. Quizás no hicimos más puntos precisamente por la ambición de querer hacer demasiadas cosas. Nos precipitamos demasiado, intentamos cosas que no habíamos preparado”. Y eso que el encuentro “no fue una pachanga, fue un partido duro. A mí me gustó. Ellos sabían que eran superiores y no vinieron con los brazos caídos, vinieron a jugar. Nosotros éramos inferiores y teníamos que luchar y que trabajar mucho para contrarrestarlos”.

un solo jugador de iparralde El combinado que se enfrentó a Gales se formó exclusivamente con jugadores de clubes de Hegoalde. Mujika explica que “la idea era hacer una selección de la Comunidad Autónoma Vasca y, luego, ir ampliándola en lo posible” con refuerzos de Iparralde, aunque “por parte de los organismos del otro lado de la muga no parecía haber demasiada voluntad de colaborar”.

Sí hubo, sin embargo, un jugador de Iparralde, Laurent Pardo. El apertura baionarra, internacional con Francia, pudo disputar ese partido porque justo en esos momentos estaba jugando en las filas del Atlético.

El seleccionador reivindica que “Euskadi era un buen equipo. Habíamos jugado el Campeonato Autonómico antes y los jugadores ya se conocían. El equipo estaba más o menos conformado, aunque siempre había alguna variación. Los delanteros eran casi todos del Atlético, y atrás había gente del Getxo. En cuanto cogían un balón suelto...”.

El partido de Gernika fue todo un éxito: “Vino muchísima gente de todo Euskadi. La prensa, la radio e incluso la televisión se portaron muy bien, porque supuso un hito en ese momento. Hubo mucho ambiente”. El tercer tiempo se prolongó hasta mucho tiempo después del partido en Gernika, y ahí los británicos también demostraron su larga tradición.

El choque frente a Gales fue el primer partido de un combinado vasco ante otras selecciones nacionales. Los combinados euskaldunes se midieron después a rivales como Portugal, Inglaterra sub’23, Escocia sub’19 o Catalunya. Este domingo se sumará a esta lista Uruguay.