donostia - Imanol Garmendia (3-5-1992) se proclamó el domingo en Varese (Italia) campeón del mundo sub-23 en la modalidad 4 sin ligero, haciendo honor a las siglas CRO de su equipo, el Club de Remo Olímpico Orio. Además, estuvo acompañado en el escalón más alto del podio de otro remero aguilucho, el santurtziarra Ander Zabala. Ocho años después, la entidad oriotarra logra una presea dorada en este campeonato, e Garmendia, un luchador incansable, sy quita la espina del cuarto puesto cosechado en la misma categoría en el Mundial de 2013.

Dos remeros de Orio, campeones del mundo sub’23. Suena muy bien.

-Ander y yo llevábamos unos cuantos mundiales buscando el objetivo. El año pasado, en este mismo campeonato, quedé cuarto -en el 4 sin ligero-, a centésimas del pódium, y él, sexto -en el doble skull ligero-, así que este oro es nuestro mejor resultado de largo.

Cuando se dan estos éxitos, siempre se comenta que son los frutos de un trabajo bien hecho durante años.

-Sin duda. Llevo en el club siete años y desde que llegué no he tenido nunca problemas para hacer banco móvil. Cuando vi que podía dar la cara en este deporte y estar en la selección española, aposté fuerte y me fui a Sevilla tres semanas a concentrarme con todo el equipo para sacar un buen resultado que, por suerte, hemos conseguido.

Está en un club que siempre ha tenido tradición de remo olímpico y que ha logrado grandes resultados, aunque llevaba ocho mundiales sin lograr un oro. En el club le habrán felicitado.

-Bueno, como su propio nombre dice, es un club de remo olímpico, sus inicios tienen que ver con esta modalidad y ahora nosotros le estamos dando continuidad a este deporte. No en vano, además de Ander y yo, en la selección también está Jon Carazo, que ahora se encuentra en Sevilla preparando con la absoluta el Campeonato del Mundo que se va a celebrar en Amsterdam a finales de este mes.

¿Esperaban la victoria?.

-Nosotros sabíamos que teníamos claras opciones de ganar. El jueves, en la eliminatoria, pasamos holgados, pero no pudimos medirnos con Italia y Gran Bretaña, nuestros máximos competidores, que iban en la otra tanda. Una vez visto el nivel que dimos en la eliminatoria, estábamos convencidos de que, si no ganábamos, íbamos a estar muy cerca.

Ha logrado el oro bogando con un vizcaino, un andaluz y un gallego. ¿Qué tal la convivencia?

-(Risas) Parece el inicio de un chiste. Llevamos desde diciembre entrenando los tres -el andaluz vive en la capital hispalense- en Sevilla y, al final, hemos creado una relación de amistad muy buena que ayuda mucho a sobrellevar los entrenamientos y estar lejos de casa.

Esta victoria animará a los jóvenes que entrenan cada día en el banco móvil en Gipuzkoa. ¿Hay futuro?

-Aquí lo que normalmente mueve a toda la gente es el banco fijo, y este oro demuestra que los que practicamos el remo olímpico también existimos y, si la gente sigue nuestro ejemplo, que fue abstraernos totalmente de la trainera y trabajar y luchar durante unos cuantos años, se puede llegar, dar la cara y sacar un resultado como el nuestro. Las cosas no salen nunca a la primera, hay que continuar intentándolo siempre, golpe tras golpe.

En ese sentido, ¿tiene en mente dar algún día el salto al banco fijo?

-Bueno, hace tiempo que elegí esta modalidad, pero estando en el club que estoy, y habiendo visto toda la vida el banco fijo, llegado el momento en el que vea que no tengo más recorrido en esta disciplina, sí me gustaría remar en la trainera de Orio y competir con ellos.

¿Y desde el sur también se sigue la Liga ACT? ¿Cómo ve a la San Nikolas?

-Sí, suelo ver todos los fines de semana las regatas. Nos juntamos unos cuantos gallegos y vascos, cada uno con su camiseta, y lo seguimos con bastante fervor. Orio ha pegado un bajón este fin de semana, pero es una Liga, son muchas regatas, y si al final uno falla, es casi seguro que a las dos semanas errará el otro, ya sea por calles, por tandas o por cualquier cosa. El equipo que tienen es envidiable y, si siguen así, van a optar a todo. Yo confío plenamente en ellos.