donostia - "Llevamos mucho tiempo trabajando muy bien en el primer equipo y en la cantera y puede que no se viera tanto entonces, pero en los últimos cuatro o cinco años se están recogiendo los frutos. Quizás hayamos metido más horas que otros equipos". La frase pertenece a Anabel Flores, una de las grandes veteranas de la Real Sociedad de hockey, y podría aplicarse perfectamente al Bera Bera, otro de los conjuntos femeninos de Gipuzkoa que continúa en la cresta de la ola. Ambos lo demostraron este pasado fin de semana. Las jugadoras de balonmano se trajeron la Copa de la Reina de Alcobendas -su segundo título consecutivo en el torneo del KO, el cuarto en los últimos ocho años- y las de hockey estuvieron a punto de seguir el mismo camino, pero cayeron en la final ante el Club de Campo, con lo que ya acumulan cuatro subcampeonatos consecutivos.

Después de unos torneos tan intensos, con tres partidos en otros tantos días (viernes, sábado y domingo), los dos equipos tenían ayer día libre para descansar, pero Anabel Flores, Chiara Tiddi, Alba Menéndez y Esther Arrojería aceptaron amablemente la invitación de visitar la redacción de NOTICIAS DE GIPUZKOA para charlar sobre la Copa y más cosas. "Es difícil valorar el subcampeonato, estábamos convencidas de que nos traíamos la Copa a casa", reconocía Anabel, aún con la amargura de la oportunidad perdida. "Disfrutamos mucho, ha sido una gran Copa", decía Alba, la otra cara de la moneda. Después de que ambos equipos celebraran juntos el título liguero hace menos de un año, otro doblete para Gipuzkoa estuvo cerca. Unos penaltis lo impidieron. Eso sí, ambas escuadras comparten un logro: que la atención mediática del territorio se haya centrado en estos dos equipos femeninos durante unos días.

"No jugamos bien y nos pusimos nerviosas"

"Estábamos convencidas de que podíamos ganar, pero lamentablemente no pudo ser, estamos con mal sabor de boca", señala Chiara, elegida mejor jugadora de la Copa. "Son ya cuatro subcampeonatos seguidos, y esta vez estábamos dispuestas a ganar la Copa, pero los shoot-outs cayeron del lado del Club de Campo, a diferencia de la final de la pasada Liga. No fue un tema físico ni nada, no hicimos un buen partido. Ya en la segunda parte se veía que el equipo que marcase iba a ganar. El Club de Campo achuchó mucho y nos metimos atrás, pensando en defender y salir a la contra, pero no pudimos hacerlo", explica Anabel. Su compañera de equipo ahonda en la idea: "No encontramos nuestro juego. Pasaban los minutos, veíamos que no podíamos jugar a lo nuestro y eso también nos puso más nerviosas. Nos tiramos un poco para atrás, no aprovechamos las pocas ocasiones que tuvimos y en los shoot-outs ellas estuvieron mejor".

Para el Bera Bera, en cambio, todo salió a pedir de boca. Imanol Álvarez se llevó a toda su plantilla y todas las jugadoras respondieron. Fue un triunfo coral. El Bera Bera era favorito y respondió con la solvencia de un grande. A diferencia del pasado año en Porriño, cuando levantó el título después de tres partidos agónicos, en esta ocasión el conjunto donostiarra ganó con comodidad los cuartos y las semifinales, y no sufrió en la final ante el Rocasa, un rival poderoso. "Hemos tenido finales de partido tranquilos porque hemos hecho un buen trabajo. Incluso pudimos disfrutar de los últimos minutos de la final, saboreando el triunfo y jugando con alegría", dice Alba. "En los tres partidos hemos participado hasta 17 jugadoras y ha sido importante repartir los minutos para llegar frescas a la final. Es algo que nos vino muy bien, porque el Rocasa llevaba mucha tralla", añade Esther.

El desparpajo de Esther y Alba

El peor momento de la final fue el 6-3 para el Rocasa mediado el primer tiempo. "Pasamos una racha de pérdidas de balón, pero reaccionamos y a partir de ahí fuimos para arriba", explica Esther. "Eran pérdidas que ni siquiera estaban provocadas por el rival. Ajustamos eso, hicimos un parcial de 4-0 y a partir de ahí tuve la sensación de que el partido estaba en nuestras manos. Sabíamos que si lográbamos salir al contraataque las íbamos a fundir", comenta Alba.

La Copa ha supuesto un espaldarazo para las dos jugadoras guipuzcoanas. Alba Menéndez fue incluida en el siete ideal del torneo -junto con sus compañeras Ana Temprano, Eli Pinedo, Adriana Castro y Silvia Ederra-, un reconocimiento "inesperado" para ella: "Estaba celebrando el título y escuché mi nombre. No me lo creía. Normalmente soy una jugadora más de defender, pero en las semifinales y en la final empecé a lanzar, entraron los balones y seguí lanzando". En total, la lateral marcó once tantos en tres partidos.

El reconocimiento para Esther Arrojería fue la convocatoria para la selección estatal júnior, que se concentrará en Madrid la próxima semana para disputar tres partidos amistosos. La propia jugadora, que mostró un desparpajo poco habitual para alguien con 20 años que debutaba en una Copa, cuenta cómo recibió la noticia: "El viernes, al acabar el partido de cuartos, vino Tati Garmendia, y me presentó a la seleccionadora, Sagrario Santana, que me dijo que estaba convocada. Para mí es un regalo. Este año he tenido minutos por lesionas en primera línea, he jugado bastante y lo he notado en confianza. Tengo el déficit de la altura -mide 1,63, poco para una jugadora de primera línea- pero las pequeñas también podemos dar guerra".

Pese a no ganar la Copa, la Real también recibió un reconocimiento individual, ya que Chiara Tiddi fue elegida mejor jugadora del torneo: "Es un placer recibir un premio así, se agradece pero prefería la Copa, esto no compensa la derrota. Sin el equipo no me lo habrían dado, así que se lo agradezco a todas".

En el caso de Anabel Flores, ella es probablemente la jugadora que afrontaba la Copa con más ilusión, porque tiene decidido retirarse a finales de esta temporada y quería hacerlo con el título del torneo del KO bajo el brazo: "Llegué al primer equipo con 18 años, en 2002, y gané la Copa. Estos últimos días pensaba que sería bonito retirarme con mi segunda Copa. Me dio muchísima pena perder la final". La donostiarra espera sacarse la espina en la Liga: "Sería la bomba ganar ese título, vamos a darlo todo para tener el factor cancha a favor y ganar el título en Aiete. Desde que estoy en la Real he perdido algo así como nueve finales entre Copa, Liga y Europa". El título liguero se decidirá en los play-off, que disputarán los cuatro primeros al término de la Liga Regular, a la que le faltan tres jornadas.

El Bera Bera, por su parte, afronta como líder las siete últimas jornadas, con dos puntos sobre el Alcobendas y tres sobre el Rocasa. "Los dos partidos clave que nos quedan son las visitas a Elche y Alcobendas. Si los ganamos, la Liga es nuestra. Podemos permitirnos un tropiezo, pero mejor no pensar en eso, sino en ganar todo y ya está", señala Alba.

Lo cierto es que, independientemente del resultado en la Copa y de lo que hagan en la Liga, ambos clubes están destacando por su buena labor en los últimos años, que les ha permitido situarse en la elite a nivel estatal y jugar con asiduidad en Europa -el Bera Bera ha jugado la Champions y la Real afrontará del 18 al 21 de abril el Eurohockey, máxima competición continental-. Ambos son un ejemplo a la hora de cuidar la cantera. "El otro día en el viaje de autobús a Madrid hicimos la media de edad del equipo y nos salió 22,6 años", cuenta Chiara, de 24 años, que vino hace cinco de Roma, su ciudad natal. "Lo bueno de este equipo es que las jóvenes seguirán varios años más". La italiana es una de las jugadoras del primer equipo que entrena en la cantera: "Llevo a un equipo infantil y a uno cadete, y me acaban de elegir seleccionadora de Euskadi sub'16. El jueves nos vamos a Madrid a disputar el Autonómico". Compaginar la carrera como jugadora con la faceta de entrenadora -que puede ser muy útil en el futuro- es uno de los alicientes que ofrece la Real a sus extranjeras, a falta de un contrato más goloso.

"Tiene carácter para ser entrenadora", le apoya Anabel, que estudió Periodismo: "Estoy buscando trabajo. Me encuentro en ese momento de transición, saliendo de la vida deportiva y tratando de entrar en la laboral, a partir de junio me centraré en tratar de encontrar trabajo".

"Es un deporte amateur, exige un gran esfuerzo"

Desde luego, la cantidad de horas invertidas en el campo no tienen una recompensa económica. El hockey hierba femenino no da para vivir: "Es un deporte totalmente amateur, en el que el esfuerzo que hay que hacer es importante. A nosotras nos gusta mucho y lo hacemos porque disfrutamos; si no, sería difícil mantener el nivel de exigencia".

Algo mejor es la situación del Bera Bera, al menos comparada con la del resto de equipos de balonmano femenino en España. "Como equipo profesional en toda la Liga solo estamos nosotras, que tenemos Seguridad Social y cotizamos". Las cantidades no son importantes. "Algunas de nuestras jugadoras son mileuristas, y muchas ni eso", señalaba durante la Copa Tati Garmendia, exjugadora y actual directora deportiva del Bera Bera. "Es un paso más que ha dado este club, que además trabaja muy bien la base", añade Alba.

La zarauztarra compagina los entrenamientos y los partidos con los estudios, en su caso Empresariales: "Me lo tomo con calma. El año pasado entrenábamos mañana y tarde, y no pude hacer mucho. Este año un poco más, porque como tenemos tantas jóvenes que estudiamos (algunas como Maitane Etxeberria y Maria Akuña aún van al colegio), hemos cambiado los entrenamientos a las tardes para que podamos estar todas". Esther estudia Enfermería: "Lo llevo bien. Por la mañana voy a clase y por la tarde entreno. Estudiar, pues cuando puedo. A veces en algún viaje en autobús intento estudiar, pero la verdad es que no sé si son horas muy productivas", dice, provocando la risa de su compañera de equipo, que añade: "Los libros van mucho de viaje".

Tanto el Bera Bera como la Real están deseando contar con apoyo económico privado para seguir sosteniendo proyectos muy bien trabajados, pero siempre al límite en el aspecto monetario, con un sacrificio importante por parte de las jugadoras. "Creo que salir más en los medios de comunicación es el primer paso, así se acercarán más sponsors", opina Alba. Anabel tiene claro su discurso, no en vano quiere dedicarse al periodismo: "El deporte femenino vende, pero si no se enseña no se conoce. El año pasado, por ejemplo, se dio mucha repercusión a la final de Liga que jugamos y mucha gente se acercó por primera vez a Aiete. La grada se llenó". Chiara apoya a la donostiarra con un ejemplo: "A raíz del título liguero, la escuela de hockey de la Real tiene más chicas. Han venido bastantes niñas de entre siete y once años. Ver tantas chavalitas en la escuela es una gozada". "En Gipuzkoa estamos haciendo cosas importantes en varios deportes. Nos gustaría tener más repercusión". Desde luego, ellas reclaman con hechos un mayor apoyo.