Gipuzkoa se aferra a sus orígenes
La giza proba afronta un futuro prometedor al rememorar el estilo de vida que se desarrollaba en euskal herria
Donostia
eN Euskal Herria, con el paso de los años, prevalecen las raíces que hacen de este territorio algo diferente al resto. Ejemplo claro de ello serían los herri kirolak, actividad que engloba diversas modalidades cuyos orígenes están estrechamente ligados al medio rural y que, por naturaleza, requieren de una gran resistencia, fondo físico y demostración de fuerza. Desde hace décadas, todas las profesiones laborales que se desarrollaban en nuestros caseríos se han ido transformando en pruebas deportivas. Los aizkolaris, harrijasotzailes, segalaris y demás modalidades rememoran hoy en día aquellos inicios cuando los vascos necesitaban mover grandes cantidades de materiales para la construcción de bordas y caseríos.
El estilo de vida de nuestros ancestros, basado en la subsistencia en un entorno natural difícil, ha quedado prácticamente intacto en las diferentes disciplinas de herri kirolak. Ha llovido mucho para que el deporte rural vasco se asiente, sobre todo porque, en la actualidad, su importancia ha disminuido por la estructuración y ayudas en el deporte. Cuando las federaciones de herri kirolak se crearon las raíces se fueron asentando poco a poco para su posterior práctica. Para los organizadores de pruebas, es un éxito total ver cómo las plazas de los pueblos se abarrotan ante desafíos complicados. Puede que la cifra de un millar de espectadores, en comparación con el fútbol o el baloncesto siendo extremistas, parezca sumamente escasa, pero la motivación que los ánimos engendran en los atletas es algo incalculable.
La localidad guipuzcoana de Aia aglomeró el pasado domingo en su probaleku alrededor de 800 personas. Se celebraba el Campeonato de Gipuzkoa de giza proba por equipos, una de las modalidades más desconocidas, hasta ahora, del deporte rural vasco. En la final participaron Orio -que se coronó campeón posteriormente tras dominar la prueba-, Berrobi -ganador de la temporada pasada-, Aiztondo -tercer clasificado este año- y Urretxu -localidad que quedó en último lugar-. Unai Amenabar, técnico de la Federación Guipuzcoana de Herri Kirolak, comenta que "es un deporte que hace cuatro años no era oficial" porque carecía "de normas". Sin embargo, debido a que la practican numerosos jóvenes, es "una prueba en auge que hoy en día tiene sus torneos y reglas".
un deporte con dificultades
Se hizo oficial hace tres años
Gipuzkoa ve cómo la modalidad de giza proba por equipos crece desde hace cuatro años. Unai afirma que este deporte "comenzó su andadura con simples desafíos entre los pueblos de Orio y Aia" y actualmente, en cada exhibición y campeonato, la actividad "se renueva porque vamos creciendo". La Federación Guipuzcoana ha tenido innumerables problemas para hacer de este deporte algo oficial, pero parece ser que el esfuerzo ha traído la calma.
Garikoitz Etxeberria, secretario de la federación, informa sobre los precedentes de esta modalidad: "La giza proba por equipos empezó hace cuatro años, aunque el individual, que tiene su importancia en Bizkaia, ya lleva quince". Podría decirse que la categoría de individual es la tradicionalde este deporte, con más historia, y consiste en que una persona tire de una piedra de 800 kilogramos. "La prueba por equipos es más novedosa, llevamos años luchando para que vaya cogiendo importancia", dice Garikoitz. "Antes, los clubes tiraban de la piedra gracias a un hierro, pero ahora, para que sea legal, hay que hacerlo con una cadena". Los campeonatos y exhibiciones que se vienen dando son oficiales por esa legalidad que desde hace tres años, para darle uniformidad, la Federación Guipuzcoana otorgó al crear un número de reglas para el avance de este deporte rural.
La progresión de esta actividad ha sido también, en parte, por el movimiento masivo de todos sus aficionados. Garikoitz cuenta que "aunque parezca mentira, tiene muchos seguidores". Cuando comenzaron hace tres años a querer organizar campeonatos oficiales "la respuesta del público fue intachable para llegar hasta hoy". Gipuzkoa cuenta, con el torneo del pasado domingo en Aia, con cuatro campeonatos que se han celebrado por y para la afición. El primero que se disputó en Aia en el 2010, "por temas de papeleo", no pudo ser oficial. Fue entonces cuando los componentes de las diversas organizaciones aunaron recursos y fuerzas para "ponernos de acuerdo y tirar con las labores de un sueño que veíamos cerca", dice Garikoitz.
Siendo viable y oficial, "el de 2011, cuando se celebró el segundo Campeonato de Gipuzkoa, fue clave", anuncia un Garikoitz que también es componente del equipo de Aiztondo. "Estuvimos en Zizurkil y ver a 3.000 personas animándonos fue algo muy grande". Por ese motivo, probablemente, el año siguiente (2012) volvieron a Zizurkil: "El tiempo no acompañó aquella vez, pero la gente nos respaldó y llenó el probaleku". Se citaron mil personas esa tarde, síntoma de que "la cosa iba avanzando". Cuatro años de historia de la que Aia y el aficionado de giza proba, este mismo domingo, también han formado parte: "Me gustaría agradecer a toda la organización, personas, público y demás componentes que hacen de esto algo real", formula un Garikoitz contento. "Sin la participación de los pueblos esto no sería posible, las ayudas de los seguidores son importantes para seguir con ganas".
el movimiento de una piedra de 900
Ocho participantes por equipo
La giza proba por equipos tiene diversas reglas, pero las fijas son la participación de ocho integrantes por equipo tirando, mediante una cadena, de una piedra de 900 kilos. Cada conjunto ha de completar, normalmente, dos tandas de quince minutos y, para que la prueba sea igual para todos, los competidores se intercambian las piedras y calles en los diez minutos de descanso que hay entre tanda y tanda.
"No puede haber un peso superior a 660 kilogramos por cada equipo", aclara Garikoitz. "Si nos pasamos, por reglamento, se suelen añadir dos kilos a la piedra por cada kilo de más". Esto se suele dar para fomentar la práctica de un deporte limpio donde se prima el equilibrio de fuerzas entre los competidores. Como curiosidad, este año se ha incluido la modalidad femenina: "Es una pasada, tienen más desafíos que la categoría masculina". Tanto Garikoitz como Unai auguran un "buen futuro a este deporte", sobre todo porque "hay gente joven probando en los pueblos y así se hace cantera". Hace tres años "solo éramos cuatro, pero ahora somos siete o más gracias a la amistad que nos une", finaliza un Garikoitz optimista.