jOANES Aierbe no continuará defendiendo los colores del Ordizia. A sus 36 años, el capitán ordiziarra ha decidido colgar las botas esta temporada. Después de haber sido un componente fundamental de los equipos que lograron subir en dos ocasiones a División de Honor B, ascender a la máxima categoría, consolidar al club en la elite y conquistar dos Copas del Rey, Aierbe pondrá fin a 22 años de carrera en la que ha protagonizado el crecimiento del conjunto goierritarra hasta convertirse en uno de los grandes clubes del estado. El ordiziarra no solo ha aportado su juego y su esfuerzo durante los partidos, sino que desde hace tiempo ha sido el gran capitán que ha dirigido a sus compañeros sobre el campo y que ha empujado con sus ánimos al equipo. Tras dos décadas de entrega, el líder del Ordizia ha decidido despedir su carrera ahora, cuando su club de toda la vida está en el mejor momento de su historia.
El talonador dejará el rugby junto a otros de los veteranos del Ordizia, como Urtzi Abanzabalegi, Iñaki Suso o Mateo Mattaruco, toda una revolución generacional que Aierbe contempla con optimismo: "En el rugby la experiencia cuenta y quiero pensar que nos echarán de menos, pero no demasiado. No sé si se lograrán los resultados que hemos tenido hasta ahora, pero el equipo funcionará y tirará para adelante".
retirada
"Seguiré vinculado al grupo"
El talonador ordiziarra no dejará totalmente el equipo: "Me retiro de la competición, pero voy a seguir entrenándome con el grupo para transmitir mi experiencia, y voy a seguir vinculado al club. El año suele ser duro y siempre se necesita gente para entrenar y para ayudar".
La razón por la que no seguirá jugando es que "el rugby es un deporte duro y exigente tanto física como psicológicamente. Durante el año ya veía que estaba un poco cansado, más que nada psicológicamente. Ya he cumplido 36 años y ya es hora de dar el relevo".
El capitán ordiziarra comenzó a jugar a rugby con 14 años. La situación del club entonces no tenía "nada que ver" con la actual: "Ahora está mucho más estructurado, y hay mucha más gente en torno a él".
Los primeros años en la primera plantilla fueron duros para Joanes Aierbe y sus compañeros: "Cuando llegamos al primer equipo lo estaba dejando la gente más veterana, y nos encontramos en el primer equipo un montón de gente joven con poco rugby. Ahora los chavales con 18 o 20 años que suben al primer equipo están más preparados. Fue un salto bastante grande. Nos tocó sufrir durante unos tres año para no bajar a Liga Vasca, y poco a poco fuimos hacia arriba. Estuvimos en División de Honor B, bajamos -en la 1998-99-, volvimos a ascender -en 2003- y hace ocho años subimos a División de Honor A. Ahí también nos tocó sufrir, y mucho. Es un cambio muy grande de ritmo, de agresividad, y de mentalidad. Subes a División de Honor A pensando que eres algo y viene un equipo más experimentado y te gana porque sí. Estuvimos cuatro años librándonos de descender en las últimas jornadas, y eso también te marca y te da experiencia, y esa experiencia también es válida para sacar adelante las finales y los partidos complicados. Creo que estas tres últimas temporadas han sido el premio por trabajar muchos años".
Crecimiento
"El éxito ha sido llegar adonde estamos"
Aierbe deja el Ordizia en el mejor momento de la historia de la entidad: "Mirando a los títulos podemos decir que es así, pero el éxito ha sido llegar poco a poco adonde estamos y mantenernos, hacer una buena afición, e ir creciendo como club no solo en Ordizia sino en todo Goierri, y atraer al rugby a mucha gente que hasta hace poco desconocía este deporte. Hasta hace poco un chaval iba a casa diciendo que quería jugar al rugby y le decían que eso era de brutos. Creo que hemos demostrado a todo Goierri que es un deporte atractivo". Para el talonador, "Axio Araña ha sido una pieza fundamental en el progreso del club. Empezó en el primer equipo cuando nosotros empezamos en Primera Nacional, hace unos 18 años".
Los trofeos de Copa logrados los dos últimos años "son muy importantes, porque los títulos son los que más cuestan. Pero también me quedo con el partido que jugamos hace cuatro temporadas en Sevilla para ver si nos manteníamos en la División de Honor en la última jornada (12-19). Cualquier jugador que tuvo la oportunidad de jugar aquel partido lo tendrá bien marcado".
Otro encuentros especialmente duros fueron "los play-off de descenso a Liga Vasca, en los que te jugabas el trabajo de diez-quince años. Esa presión de tener que ganar, que nos poníamos nosotros mismos, era dura, y luego la alegría también era enorme".
Cambio de campo
"Trevijano era nuestro campo"
En sus inicios, Joanes Aierbe comenzó jugando como flanker antes de reconvertirse a dos: "Empecé de siete, y luego cuando subimos de División de Honor empecé de talonador. Son dos puestos diferentes, pero los dos son bonitos y atrayentes. En tercera línea juegas más, tocas más balón, recorres más campo, pero siendo talonador eres el jefe de la mélé".
Estos últimos años, Aierbe también ha ejercido como capitán: "No voy a decir que sea un honor, pero sí algo parecido. Es una responsabilidad, pero también un reconocimiento. En el rugby el capitán tiene que motivar a los compañeros y eso también pesa, y es duro estar al 100% mentalmente".
Entre los cambios que ha conocido el jugador ordiziarra está también la mudanza desde Trevijano hasta Altamira. Aierbe se queda, "sin duda", con el viejo campo, "con toda la gente cerquita. Todo el mundo que haya estado en Trevijano se acordará del vapor, el ruido que había en cada placaje y en cada melé, era hierba natural, era nuestro campo... La pena es que nos echaron para hacer no sé qué hace unos cuatro años y todavía no han hecho nada. Para un pueblo pequeño como Ordizia igual es un lujo tener un campo de hierba natural para el rugby pero, viendo cómo se está desperdiciando el solar, nos da un dolor de tripas impresionante pensar que podríamos estar allí. Pero la economía manda, qué se le va a hacer. Es un cambio obligado".
Un parón forzado
"Tenía claro que quería volver"
La carrera de Joanes Aierbe se quedó a un lado cuando le diagnosticaron un linfoma en el estómago. El capitán recuerda perfectamente su último partido antes de tener que dejar de practicar el rugby; "ante la Santboiana", un 12 de diciembre de 2010, y el encuentro de su reaparición casi un año después, "ante el Gernika. Ganamos los dos partidos". "En Sant Boi vencimos y luego me diagnosticaron el problema. Quieres seguir pero no sabes si vas a poder. Son fechas que tienes en cuenta". Su tenacidad y su lucha por reponerse saltó a los medios de comunicación: "Nunca fue mi intención ser ejemplo de nadie, pero si he ayudado a alguien, mejor. ¿Si a mí me ayudó el rugby? Sí, estar dentro del equipo y los ánimos de los compañeros ayudan mucho también". Aierbe nunca pensó en la retirada entonces: "Tenía claro que si la enfermedad me dejaba volver quería hacerlo, y por suerte así fue. Son dos fechas que tengo en cuenta, pero quiero dejarlas como una anécdota personal".
el futuro
"El equipo funcionará"
La próxima temporada, el Ordizia no solo perderá a Aierbe. Además del talonador, también colgarán las botas el medio melé Iñaki Suso, el pilier Urtzi Abanzabalegi y el tercera Mateo Mattaruco, que se suman a las bajas de Danny Kroll, Clinton Sills y Tom Quarrie. A pesar de todas estas salidas, Aierbe confía en la nueva generación de jugadores: "Este año ya han entrado chavales que han funcionado. En el rugby la experiencia cuenta y quiero pensar que nos echarán de menos, pero no demasiado. No sé si se lograrán los resultados que hemos tenido hasta ahora, pero el equipo funcionará y tirará para adelante. El año pasado también hubo bajas y se decía lo mismo. En liga quizás no llegamos tan lejos como queríamos, pero hemos conseguido otra Copa, y el próximo año ya se verá".
El sucesor natural de Aierbe como dos, en principio, debería ser José Javier Malkorra. El veterano delantero espera que al canterano no le pese la presión de sustituirlo: "Uno se busca su presión. Esta temporada ha tenido ocasión de demostrar lo que puede hacer y creo que lo hará bien".
Aierbe no se ve "como entrenador. Igual ayudante en categorías inferiores sí, pero de momento aportaré lo que pueda y luego ya se verá". Lo que tiene claro es que el adiós a la práctica del rugby no significará su despedida de Altamira, solo que ahora acudirá como otro espectador más: "No sé cómo me amoldaré al cambio, pero estaré nervioso, seguro".