DONOSTIA. El Lagun Aro GBC continúa firme en su objetivo de mantener la categoría. Tan firme que ya se lo cree plenamente cuando hace apenas un mes y medio parecía una quimera salvarse. Tan firme que si el Fuenlabrada pierde hoy en Bilbao volverá a estar fuera de los puestos de descenso gracias a una fantástica racha de cinco victorias en siete partidos. Desde el parón de la Copa, el equipo de Sito ha ganado en Illunbe a Valladolid, Manresa, Murcia y ayer el CB Canarias, ha superado a domicilio al Fuenlabrada, y solo ha perdido en sus visitas al Caja Laboral y Bilbao Basket, segundo y quinto clasificado de la ACB, respectivamente. Una trayectoria impecable de un equipo que sigue creciendo, que ayer volvió a hacer un partidazo y que superó con solvencia (89-77) a un rival que en la primera vuelta le había superado por quince puntos. Pero es que el Lagun Aro ha mejorado tanto que si en la primera parte de la temporada parecía condenado a la LEB, ahora mismo, viendo su nivel de juego, es difícil de creer que vaya a bajar.
Solo el tremendo lastre que arrastraba y el difícil calendario que le espera podrían dar al traste con los intentos de salvación de un equipo con todas las letras, en el que cada jugador conoce su rol y aporta su granito de arena. En el que cada jugador se esfuerza en defensa y sabe lo que tiene que hacer en ataque. Un equipo que además ha encontrado un líder, algo siempre necesario y más en una batalla tan agónica y dura como es la de la salvación. Ese líder es Qyntel Woods. El americano, simplemente, se salió. En un partido que parecía reñido, marcó la diferencia con su brutal talento. Once puntos consecutivos en cuatro minutos mágicos del segundo cuarto, 25 en total. A eso añadió tres tapones, diez rebotes y, quizás más importante, una actitud impecable del minuto uno al 40. Y si a su talento se le une una cabeza bien amueblada, el americano puede resultar imparable.
Ahora todos nos subimos al carro de Qyntel Woods, al carro ganador. Pero es el mismo jugador que criticamos sin piedad durante los tres primeros meses de la competición. Su transformación se debe al apoyo recibido por parte de sus compañeros y sobre todo al trabajo realizado con él por parte de Sito Alonso y todos sus ayudantes, desde el preparador físico, Eugenio Rodríguez, que ha ido puliendo su físico, hasta Lolo Encinas y Jon Txakartegi, los ayudantes de Sito. Todos han conseguido que ese jugador que parecía tener un pie fuera -lo reconoció él mismo en una entrevista a este periódico- sea ahora el mejor. Woods está feliz. Ayer un poco más porque su hija mayor está en Donostia y vio en directo su exhibición en Illunbe. Y rinde al 100% de sus posibilidades, que en su caso son muchas porque en sus 203 centímetros de altura hay mucho talento.
11 puntos seguidos de woods El partido no marchaba del todo bien para el Lagun Aro hasta mediado el segundo cuarto. El CB Canarias, menos presionado y con una defensa especialmente intensa sobre Morris Finley, dominaba con comodidad (28-34). Hasta que surgió Woods. Se supone que no estaba al 100% por su esguince de tobillo. Menos mal. En cuatro minutos destapó el tarro de las esencias con tres triples y una canasta de dos, once puntos consecutivos para un parcial de 11-0 que dieron la vuelta al marcador e hicieron que el Lagun Aro llegara al descanso con cuatro puntos de ventaja (41-37).
La mejor versión de Qyntel Woods debió inspirar a sus compañeros porque el Lagun Aro retornó a la cancha con mucha energía y finiquitó el partido en un brillante tercer cuarto, en diez de sus mejores minutos de la temporada como conjunto. La defensa funcionó como un reloj y el ataque fluía con facilidad. Finley, Doblas, Neto, Paunic Ibekwe, Rubio... todos anotaron, todos disfrutaron. Los bases repartieron juego, los exteriores se multiplicaron en defensa y en ataque y los pívots se hicieron los dueños de la zona. El Lagun Aro, intenso y acertado, ganaba por 16 puntos al término del tercer cuarto (68-52). Se podría decir que Woods empezó el trabajo, prendió la mecha, y sus compañeros se encargaron de rematarlo.
Una discutible técnica a Paunic dio paso a los únicos minutos de zozobra ya en el último cuarto del Lagun Aro, que encajó un parcial de 0-8 que apretó el marcador (79-71). Pero una antideportiva de Lampropoulos fue aprovechada por Ibekwe para volver a abrir brecha y evitar nervios innecesarios. De todas maneras, Woods había vuelto ya entonces a la cancha y selló su exhibición con un triple y un 2+1 para completar su mejor partido desde que está en Donostia y liderar una convincente victoria de un equipo en el que todos sus integrantes jugaron bien y que se cree capaz de todo. Hoy, a eso de las dos de la tarde, el Lagun Aro puede estar fuera de los puestos de descenso, pero más importante que eso fueron las inmejorables sensaciones que ofreció ayer, con actitud y con talento, porque solo luchando no se anotan 89 puntos. Illunbe, con un público entregado y entusiasmado, ya es un fortín -cuatro victorias seguidas en casa-. Ahora toca trasladar esa misma fortaleza a los partidos de fuera. El siguiente reto: ganar en el Príncipe Felipe de Zaragoza.