Donostia. El escolta catalán fue testigo directo de un momento impactante, las graves lesiones que sufrieron sus compañeros Javi Rodríguez y Charles Ramsdell (ambos con rotura de ligamentos en la rodilla derecha) en dos jugadas consecutivas del entrenamiento del pasado viernes. Ambos estarán seis meses de baja.

Usted está bien, ¿no?

Sí, sí. La semana pasada me perdí varios entrenamientos por unas molestias en la espalda, pero después de la lesión de Javi y de Charles se me pasó el dolor de espalda de repente. Ahora estoy bien.

¿Qué pasó en aquel entrenamiento del pasado viernes?

Nada fuera de lo normal. Mala suerte. Fue en el último minuto del partido que estábamos echando. Charles hizo un reverso y se le quedó la rodilla clavada. No parecía tan grave. Y lo de Javi fue una jugada que un compañero cayó al suelo, él fue a parar encima y desde el principio se vio que se había hecho algo importante.

Imagino que sería un palo tremendo para ustedes, pero 48 horas después estuvieron a punto de ganar al Joventut.

Era un partido importantísimo y que dos días antes se te lesionen dos de tus mejores jugadores es un palo. Intentamos competir al máximo, pero en el último cuarto nos faltaron las fuerzas y no logramos el resultado que nos hubiera gustado.

Esta temporada se les han escapado en el último cuarto partidos que tenían bien encarrilados.

Ha habido cuatro o cinco partidos que se nos han ido en el último minuto. Incluso contra el Valencia perdimos por un triple de un pívot (Lauvergne) en el último segundo. No sé si es falta de experiencia o qué, pero esa fortuna necesaria en los finales apretados nos ha dado la espalda. Pero bueno, de poco sirve lamentarse ya, hay que aprender de esos finales y tirar adelante.

Su situación y la del Lagun Aro es muy complicada.

Sí, sí. Estamos los dos últimos, empatados con cuatro victorias, y tienen que cambiar mucho las cosas para salir de ahí. Es cierto que los dos equipos hemos ido mejorando, pero los demás también mejoran en el último tercio de liga, así que habrá que dar un paso adelante más para salir de abajo.

El partido de mañana es vital.

Sí. Es así. Nosotros ya sabíamos que los últimos catorce partidos, tras la Copa, iban a ser finales, pero este más si cabe. Es un rival directo, que aquí nos ganó en la prórroga por un punto. Perder sería un golpe duro y ganar nos daría esa confianza que tanto nos hace falta.

El equipo que más cerca tienen es el Fuenlabrada, a dos victorias. ¿Piensa que algún otro puede caer a la zona baja?

No podemos pensar más allá del partido de Illumbe. Al Fuenlabrada le ganamos en nuestra casa y esa pequeña ventaja la tenemos. Lo que tenemos que hacer es ganar, nuestras opciones de alcanzar a alguien pasan por ir sumando victorias.

Ya estuvo en la ACB con el Lleida. Ha vuelto siete años después y le está tocando vivir una temporada muy difícil a nivel colectivo.

A nivel personal, estar en la ACB es increíble y estoy intentando aprovechar cada minuto, aprender de esta situación negativa y que me sirva para crecer como jugador. Está siendo difícil por la clasificación, ahora por las lesiones... pero estoy contento de volver a estar en la ACB. Ojalá pueda seguir muchos años en esta liga.

En verano estuvo en la selección de España B con David Doblas. Supongo que recordarían el ascenso logrado en Cáceres.

Fue un placer volver a coincidir con David. Claro que recordamos el ascenso, para eso siempre hay tiempo. Es uno de los momentos más importantes de mi carrera deportiva, fue muy bonito.

Tres jóvenes de aquel equipo como usted, Arteaga y Faverani se están consolidando en la ACB.

Teníamos un equipazo. Panko, Andrade, Hopkins, Doblas, Uriz... Solemos comentar entre nosotros que era un equipazo. Muchos hemos crecido desde entonces y estamos ahora en la ACB.

Después de estar en Donostia, se lesionó.

Sí, justo después, en Lleida. Era un equipo para jugar los play-off. Me llegó una lesión grave en la rodilla, un bache en el camino que superé y ahora me encuentro perfectamente.

Luego fue al Ourense, pero explotó el pasado año en Melilla, donde coincidió con Troy DeVries.

Me ha costado volver otra vez a la elite, han sido muchos años dando vueltas por la LEB Oro. El año pasado disfrutamos de muy buen año, DeVries era imparable y yo intentaba aprovecharme de eso, porque las defensas se centraban en él. Y en verano me dieron la oportunidad de la ACB en Manresa, que es como mi casa. Estoy súper agradecido.

DeVries viene de anotar 34 puntos contra el Joventut.

En pocos partidos he visto a un jugador tan caliente. Es un referente ofensivo. Es muy bueno, muy trabajador, vive mucho el baloncesto y lo que hace no es sorprendente si lo ves entrenar todos los días.

De 2002 a 2004 estuvo con Sito Alonso en el Monzón de Liga EBA.

Sí, tuve la suerte de estar dos años con él y guardamos buena relación.

Dicen que era súper exigente.

(Se ríe) Recuerdo aquellos dos años de un baloncesto súper exigente. Yo venía de mi pueblo, donde iba a entrenar básicamente para pasármelo bien. Con Sito me di cuenta de lo que era el baloncesto y de que si quería conseguir algo tenía que aplicarme al máximo y esforzarme. Sito es un maestro en hacerte entender eso.

Ahora está con Ponsarnau, otro técnico de gran fama. ¿Cómo es?

Antes de fichar hablé con muchos jugadores y todos me hablaron bien de él. Como persona es excepcional, respeta mucho al jugador y te da mucha confianza. Eso es importantísimo. Aparte, sabe muchísimo de baloncesto, sabe muy bien qué quiere en cada momento. Para este equipo es el entrenador perfecto.