xAVI García nació en Manresa (16 de agosto de 1972), se formó allí como técnico, fue segundo y primer entrenador del Basquet Manresa... es decir, lleva al Manresa en el corazón. Pero ahí dentro también tiene un hueco para el Gipuzkoa Basket, donde estuvo un año como segundo de Porfi Fisac, el del estreno del club en la ACB en la temporada 2006-07. Fue un año convulso, tanto a nivel colectivo como a nivel personal, para el entrenador catalán. Pese a ello, guarda un muy buen recuerdo de su estancia aquí: "Estoy muy conectado a Donostia. Fue un año muy intenso, para bien y para mal. Desde que me fui, hace ya seis años, he vuelto cuatro o cinco veces". Este sábado se miden, por tanto, sus dos equipos ACB.

Además de verlo con el interés de ser un encuentro clave para evitar el descenso, Xavi verá el encuentro fijándose en los dos entrenadores, en sus gestos, en lo que transmiten a sus jugadores, en la actitud de estos ante momentos de extrema dificultad como los que viven. Y es que el catalán ha dejado por ahora de lado los banquillos. Tras el GBC, fue a Vic, donde ascendió al equipo a la LEB Oro y luego lo mantuvo en la categoría de plata antes de que el club desapareciese por motivos económicos. Sus últimas experiencias en los banquillos fueron algo "traumáticas", como reconoce él, y decidió dar un giro a su vida profesional formándose en el coaching.

"Mi historia contiene éxitos y fracasos. Estos últimos no han sido por mi aptitud o conocimientos, sino por carencias en mi habilidad en las relaciones o en la gestión emocional. Por este motivo, he dedicado los últimos años a formarme al máximo nivel en estos ámbitos para entender mejor la mente y las emociones humanas", explica en su propia página web. "Seré entrenador toda mi vida aunque esté retirado de los banquillos, pero estoy trabajando desde el coaching. Mi objetivo es trabajar para ayudar al máximo posible a los entrenadores. Mi motivación es ayudarles a que sean mejores de lo que fui yo en la gestión emocional, que fue mi límite y lo que me causó problemas en mi carrera. Creo que hay muchos entrenadores que este tema lo tienen desatendido y hay mucho por hacer. Estoy en ello", añade vía telefónica desde su Manresa natal.

"Tengo experiencias traumáticas con el poder en Donostia, Manresa y Vic. Me di cuenta de que tenía que reciclarme, girar al tema mental-emocional. Empecé a formarme, pero me gustó tanto que empecé a dedicarme a esto. Hago formaciones para deportistas y entrenadores, y por otro lado también ayudo a empresas y personas particulares desde la perspectiva del coaching y del liderazgo", cuenta Xavi García. Y es que las vivencias del deporte se pueden trasladar al resto de aspectos de la vida: "Totalmente. En un equipo de elite estás obligado a sacar lo máximo que tienes, y ese es un modelo que la sociedad necesita. El liderazgo, el sacar lo mejor de uno mismo, la actitud adecuada... son cosas que te ayudan a vivir mejor en tu vida personal y profesional".

Xavi García cree que el futuro en el baloncesto, y en el deporte profesional en general, está en la mente, en la gestión de las emociones y en el liderazgo. Por ahora, en la elite son reticentes a adentrarse en este mundo: "He trabajado con algún jugador, también de ACB, pero no con entrenadores de ese nivel. Pero bueno, es como todo. Hace 20 años, un cuerpo técnico era el entrenador, luego vinieron el segundo, el preparador físico, el fisio, el médico... Se dice que el entrenador es el psicólogo, pero ¿es buen psicólogo? Hay una resistencia, pero poco a poco vamos tomando conciencia de que la siguiente evolución en el deporte es este ámbito, porque el físico, táctico y técnico está muy igualado".

dificultades compartidas

"Sito Alonso y Ponsarnau son dos casos de estudio"

Xavi García está siguiendo muy de cerca al Lagun Aro y al Manresa, especialmente a sus técnicos: "Es una situación nueva, porque normalmente no mantienen a un entrenador con un balance de 4-18. Lo habitual es cambiar y que eso haga que se regenere la confianza perdida. Pero ahora, esa regeneración semanal tienen que hacerla ellos, con su losa de derrotas, con sus problemas de desconfianza de algún jugador... eso requiere una mentalidad de trabajo envidiable. Son casos de estudio. Los dos, además de saber muchísimo de baloncesto, son buscadores de respuestas. Tengo ganas de hablar con ellos y aprender de esta experiencia que están teniendo".

El Manresa no ha podido tener peor suerte con las lesiones: "En el coaching trabajamos esto. Tienes dos opciones: enfocarte en qué mala suerte tengo o en qué tengo que hacer, cuál es mi capacidad de respuesta o qué recurso tengo que usar para lograr un resultado. El Manresa está haciendo lo segundo".

El duelo directo en Illunbe será clave: "Es difícil que se salven los dos por un tema puramente matemático. Veo a los dos mejor que al Fuenlabrada, pero el que pierda el sábado lo va a tener muy difícil es una final para los dos".