UNa vez recorridos prácticamente dos tercios del campeonato liguero, el Lagun Aro se encuentra hundido en el fondo de la tabla clasificatoria con tan solo tres victorias tras las 20 jornadas disputadas. Un bagaje que históricamente ha conducido al descenso de categoría. Desde la temporada 1995-96 -la primera en la que existen clasificaciones parciales de la Liga ACB- solo dos equipos, el Cantabria Lobos en la 2001-02 y el CB Murcia en la 1996-97, tenían peor balance a estas alturas de la temporada. Esto quiere decir que el GBC es el tercer peor colista en la jornada 20 de las últimas 18 campañas, igualado con el CB Granada en la 2010-11 y el Murcia en la 1998-99. Y lo peor de todo es que estos cuatro equipos acabaron descendiendo con claridad.

Hasta aquí los datos negativos. Pero también existe un caso positivo al que debe agarrarse el equipo donostiarra. El Cajasol de la temporada 2008-09 también sumaba solo tres triunfos a estas alturas, aunque con un partido disputado menos porque en aquel ejercicio la ACB contó con 17 equipos y no 18 como en la actualidad. Su balance era, por tanto, de 3-16.

Y este equipo es el espejo al que debe mirarse el Lagun Aro, ya que terminó salvándose con 10 derrotas y 22 victorias, al protagonizar en las últimas 13 jornadas del campeonato un balance de 7-6. Algo parecido tendría que realizar el GBC ahora para lograr permanecer un año más en la máxima categoría del basket estatal.

Eso sí, cabe reseñar que el Cajasol entonces fichó a mitad de temporada a dos jugadores de gran nivel: el escolta estadounidense Clay Tucker y el ala-pívot de la misma nacionalidad Caner-Medley. El primero jugó once partidos en los que promedió 17,5 puntos, mientras que el segundo disputó 20 encuentros en los que promedió 10,7 puntos y 8 rebotes.

En el Lagun Aro este papel, sin duda, lo deben adquirir las últimas incorporaciones, el escolta Morris Finley -MVP de la última jornada- y el alero Ivan Paunic, junto al mejorado Qyntel Woods. Hay ingredientes para confiar en la remontada.