Duración: 59:35 minutos de juego; 26:57 minutos de juego real.

Saques: 1 de Olaizola II.

Pelotazos: 525 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 7 de Olaizola II y 7 de Martínez de Irujo.

Errores: 4 de Olaizola II, 7 de Albisu, 7 de Martínez de Irujo y 7 de Zubieta.

Marcador: 1-0, 2-1, 3-4, 6-5, 7-6, 7-7, 8-9, 8-10, 9-12, 10-13, 11-13, 12-16, 20-17, 21-17, 21-18 y 22-18.

Incidencias: Buena entrada en el Aritzbatalde para presenciar la final del Villa de Zarautz, campeonato que este curso solamente ha tenido un festival.

donostia. Apuntaba a oro bruñido, a un encuentro shakesperiano, de espíritus libres, de creadores, de golpes espectaculares, de un Aritzbatalde en pie con toda la carne en el asador en la cancha; se esperaba en Zarautz una batalla magna, un festival para el recuerdo, a Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola enfrascándose en la conquista de un imperio estival, a Jon Ander Albisu y Aitor Zubieta limando la pared izquierda del frontón a base de arrimadas de genio, de golpes de honor, de guerras entre trincheras. Era tanto lo que podía haber sucedido ayer en la final del Villa de Zarautz que... Que acabó pintando bastos. Inmiscuidos los cuatro pelotaris en una dinámica alejada de su mejor versión, ninguno fue capaz de alcanzar las expectativas puestas en ellos. Aunque, una pizca del talento que atesoran Aimar y Juan amaneció. Pero nada más. Y las diferencias en el marcador y en el resultado final llegaron de los errores que el goizuetarra y el de Ataun no cometieron en el último tramo de duelo, en el que Olaizola II estuvo más acertado que sus rivales, diluidos al dilapidar una renta de cinco tantos cuando los colorados agonizaban (11-16). Y cayeron los de Aspe en ese tramo porque la construcción del triunfo se había cimentado en barro, en los errores cometidos por el joven pegador ataundarra y en la falta de fortuna de Aimar. No obstante, Juan, enredado en la cuerda floja de los cuadros alegres, ya había contentado su hambre de pelota con ganchos, experimentando en el aire. No pudo el de Ibero continuar con el duende encontrado tras la primera decena -que se había dilucidado entre fallos y más fallos y pocos golpes de artista- cuando los músculos de los rivales ya estaban calientes. Con el 11-16 y la brecha abierta de cara a un nuevo triunfo de Aspe en batalla estival, Albisu cerró sus heridas y afinó el punto de mira. Escrutado el de Ataun como termómetro de su pareja, su facilidad en el golpe se opone directamente a su intención eterna de gozar con la pelota. Trata tantas veces de romper el cuero, porque puede con esos brazos larguísimos y su forma de poner la palanca, que se le queda pequeño el frontón.

De este modo, en cuanto dejó Albisu de errar y Aimar se encontró consigo mismo, las cosas cambiaron. Un fogonazo que forzó errores rivales llevó a los colorados en volandas hasta el 20-16 de un tirón y a finiquitar un envite feo y con poco lustre. Porque la asiduidad de partidos y una cartelera apretada, está pasando ya factura en los pelotaris. Por ejemplo, Irujo suma con el duelo que disputó ayer ocho partidos en los últimos quince días y eso pesa en el cuerpo de los pelotaris. Así, en Zarautz, un envite que apuntaba a partido estrella del verano quedó ensombrecido por los errores de los pelotaris.

telonero espectacular Si bien los que apuntaban a reyes de Zarautz no tuvieron su día, en el previo hubo un duelo de lujo. Con 900 pelotazos y mucha brega, Idoate y Merino I, que suspende para el viernes en Donostia, tumbaron a Arretxe II-Otxandorena.