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Argumentos insuficientes

El Lagun Aro, víctima otra vez de su manifiesta debilidad interior y de la escasa aportación de dos hombres clave como Baron y Salgado, cae con claridad en el derbi y vuelve a zona de descenso

Argumentos insuficientesEFE

donostia. El Lagun Aro GBC encajó en el derbi ante el Caja Laboral otra derrota, una más, y está de nuevo en puestos de descenso, algo por otra parte normal cuando llevas un balance de 2-8. Ocupar uno de los dos últimos puestos puede parecer anecdótico en la jornada diez, pero no lo es, ni mucho menos. Este Lagun Aro ya venía anunciando que iba a tener problemas desde la jornada uno y el paso de las semanas no ha hecho sino confirmar que la temporada va a ser muy dura. Las últimas citas antes de acabar el año -Joventut fuera, Fuenlabrada en casa y Gran Canaria fuera- serán decisivos para ver si este equipo puede reaccionar o si, en cambio, se hunde más en el pozo.

El Lagun Aro tiene un problema muy, muy serio en su juego interior, y el que no lo quiera ver está ciego. Se veía venir desde finales de verano, y por desgracia se están cumpliendo las previsiones. Ayer, el Caja Laboral cogió 20 rebotes más (38, 13 de ellos en ataque, frente a 18), una diferencia abismal e inadmisible. Panko solo cogió un rebote y entre Doblas, Adeleke y Betts, siete. Así es casi imposible ganar un partido. El equipo de Sito no tiene un referente interior. No lo es Betts, blando hasta la desesperación ayer, ni Adeleke, que solo jugó cuatro minutos. El único que puede ocupar ese rol es Doblas, pero su irregularidad, su problema con las faltas y su debilidad reboteadora son un lastre de difícil solución. Lo que está claro es que entre los tres no consiguen dar fiabilidad a un puesto que es clave.

Sito lleva dos semanas asegurando que no piensa en fichajes porque sus jugadores trabajan "a gran nivel" durante la semana. También Germán Cea dijo ayer en los micrófonos de ETB que no piensan en refuerzos sino en recuperar a los lesionados, Lorant y Korolev. Pero eso no será hasta enero o incluso febrero. Además, fiar una reacción al pívot ruso, que para entonces llevará un año sin jugar, es utópico. Como siempre, aquí parece que no pasa nada. Todavía habrá quien hable de mala suerte o malos arbitrajes. Al menos Sito no lo hace.

¿De verdad que el club no va a fichar un buen pívot? Solo cabe esperar que en realidad estén rastreando el mercado día y noche para que así sea. Poner a jugar a Olaizola no es una solución, sino un parche. Trabajar la cantera está bien, pero cada cosa a su tiempo. Si los evidentes problemas en el juego interior no se arreglan pronto, el destino del Lagun Aro será sufrir lo indecible para mantener la categoría, cuando hace dos meses y medio se vendía ilusión por cotas más altas. Aunque quien lo dijo no debía haber analizado bien la plantilla, descompensada a poco que hicieras el análisis con un filtro crítico. Pero entonces parecía pecado decirlo.

Por si esta debilidad en la zona no fuera suficiente, Jimmy Baron continúa en su particular crisis anotadora, lo que está haciendo muchísimo daño al equipo, aunque argumentar las derrotas como una consecuencia de su falta de acierto sería demasiado simple. Ojalá el único problema fuera ese, pero es evidente que, sin los puntos del escolta, el Lagun Aro es menos Lagun Aro, y ayer Baron solo metió cinco puntos. Pau Ribas y Oleson hicieron muy bien su trabajo -en general todo el Caja Laboral defendió a gran nivel- y el de Rhode Island solo tiró cuatro veces a canasta, lo cual es incluso más preocupante que el hecho de que no acierte. Si a eso se añade que Salgado otra vez no tuvo el día (5 puntos, 1 asistencia y 4 pérdidas) al ser superado de cabo a rabo por Prigioni, pues es imposible asaltar la cancha del Caja Laboral, uno de los grandes de la ACB.

teletovic y ribas, fácil Pese a todo, hasta el descanso, el equipo de Sito dio la cara, en un partido sin dueño, que se jugaba a tirones, quizás porque el Caja Laboral aún no había apretado el acelerador. En el primer cuarto fue Panko el que llevó el ritmo anotador y en el segundo, Vidal. El alero cuajó un gran partido en el regreso a la que ha sido su casa durante una década y fue con diferencia el mejor jugador visitante, pero no pudo llevarse el premio de la victoria. Al descanso, el partido estaba abierto (41-36).

La derrota empezó a fraguarse con el parcial 10-3 que encajó el Lagun Aro en los cinco primeros minutos de la reanudación. El atasco ofensivo era tremendo y en el bando contrario empezaba a entonarse Pau Ribas, decisivo a la postre con su gran actuación. El empuje de Vidal y dos triples de Papamakarios -que por fin empezó ayer a acreditar su fama de buen tirador aunque no tanto la de buen defensor- dieron nuevos bríos al equipo de Sito al término del tercer cuarto (61-54), pero los argumentos del conjunto guipuzcoano eran muy insuficientes para la empresa de ganar en Vitoria. Por si fuera poco, el espíritu competitivo demostrado en anteriores jornadas no fue tanto ayer y en unos pocos minutos Ribas y Teletovic rompieron con gran facilidad una defensa demasiado blanda y dejaron decantado el choque en el minuto 35, cuando el marcador señalaba 70-56. Como encima empiece a faltar el carácter...

De ahí al final, el Lagun Aro intentó tímidamente adornar la derrota, cosa que no consiguió. El 86-74 es una derrota asumible ante el Caja Laboral. Lo que es increíble es que alguien se asuste por perder ayer y caer al descenso. El primer aviso de que la cosa no iba bien llegó contra el Obradoiro, el segundo contra el Estudiantes y el tercero hace ocho días, ante el Alicante. Esas han sido las derrotas que nunca debieron llegar, lo de ayer es normal. Eso sí, el margen de error empieza a ser muy pequeño y ahora toca sumar un par de victorias antes de que acabe el año, a poder ser la primera el domingo que viene en Badalona. Si no, saltarán las alarmas definitivamente.