Síguenos en redes sociales:

Un tropiezo muy peligroso

El Lagun Aro GBC pierde ante el Alicante en Illumbe después de fallar sus cuatro ataques en el último minuto y medio, tras un partido en el que perdió 18 balones y concedió 17 rebotes ofensivos

Un tropiezo muy peligrosoJ. Colmenero

Donostia. Los fantasmas de la derrota inaugural ante el Obradoiro han vuelto muy pronto a Illumbe. Concretamente volvieron ayer. Justo cuando el Lagun Aro GBC empezaba a sacar la cabeza con dos victorias en cuatro partidos que compensaban ese fatídico 0-4 inicial marcado sin duda por esa derrota ante los gallegos, el equipo de Sito Alonso sufrió un grave tropiezo ante el Lucentum Alicante en su cancha (68-71) que corta de cuajo su reacción y lo deja totalmente estancado en los últimos puestos ligueros. Las caras largas del cuerpo técnico y los jugadores tras el choque, y la tremenda decepción que se llevaron los aficionados, demuestran que la derrota sufrida ayer fue especialmente dura. Los ánimos quedaron muy, muy tocados, pero conviene recuperarlos cuanto antes porque el panorama no es nada halagüeño. Tiene toda la pinta de que la temporada será dura de verdad.

Es indudable que la debilidad interior está lastrando a este equipo. Ayer, el Lagun Aro concedió hasta 17 rebotes ofensivos al Alicante. Está claro que los Ivanov, Kone y compañía son especialistas en esta faceta del juego, pero de ahí a que te cojan 17 rebotes -que suponen otras tantas opciones de tiro- va un abismo. Es imposible que Panko mantenga este nivel todo el año, Betts va a menos y ayer Adeleke no estuvo tan fino como los dos anteriores partidos. Doblas sí dio la talla, y lo hizo además en los últimos minutos, pero Ivanov volvió locos a todos. La baja de Lorant, sin ser una estrella, ahonda aún más en la herida. Su sustituto es Olaizola, una opción que Sito defendió con vehemencia el pasado viernes, pero el club debería plantearse seriamente fichar un pívot que dé una mayor consistencia al juego interior.

Pero el rebote no fue el único problema del Lagun Aro, que recayó en uno de los problemas que le lastró durante las primeras jornadas: las pérdidas de balón, 18 ayer, una barbaridad. Un dato demuestra el daño que hicieron tanto las pérdidas de balón como los rebotes concedidos: el Lucentum hizo 67 tiros de campo, por 52 del Lagun Aro. Una diferencia muy amplia que resultó decisiva en el resultado final.

El tercer gran problema del equipo de Sito fue que Jimmy Baron volvió a fallar en su especialidad, los tiros de tres. Tiró nueve triples y solo metió dos. Varios de ellos los lanzó totalmente solo. El americano parecía haber recuperado la puntería en las últimas semanas, pero ayer volvió a tener el punto de mira desviado y el equipo lo acusó muchísimo. No puede ser casualidad que los dos únicos triunfos cosechados por el Lagun Aro hayan coincidido con dos grandes actuaciones del de Rhode Island.

Pese a todo, el conjunto guipuzcoano tuvo opciones de ganar hasta el último momento. Al equipo de Sito Alonso no se le puede negar que nunca pierde la cara a los partidos, le vayan bien o mal las cosas. Pero aquí cuentan las victorias y el GBC solo lleva dos, un balance alarmante en la jornada nueve. El hecho de que todas las derrotas hayan sido por un margen muy estrecho de puntos no suaviza la sensación de preocupación, más bien al contrario.

El Lagun Aro jugó casi siempre al ritmo lento que quiso imprimir el Alicante. Ningún partido contra los equipos de Txus Vidorreta son fáciles, y ayer no fue una excepción. El técnico vizcaíno tiene la cualidad de sacar un gran rendimiento a sus jugadores y de hacer difícil la vida a los rivales. Por eso tiene al Alicante en puestos coperos. Hubo momentos en los que el Lagun Aro volteó esta situación para correr y anotar en transición, sobre todo en el inicio del segundo cuarto, cuando metió cinco triples seguidos -dos de Salgado, uno de Baron, otro de Panko y un último de Vidal- que le dieron diez puntos de ventaja (33-23). El Alicante, sin embargo, reaccionó con un 0-10 guiado por Rafa Freire e igualó las fuerzas al descanso (35-36). Todo empezaba de cero en la reanudación.

68-65 a minuto y medio del final A la vuelta de vestuarios, el Lagun Aro se vio superado casi siempre por su rival. Las pérdidas, los rebotes, los fallos en el tiro... el equipo de Sito hizo demasiadas cosas mal y a tres minutos y medio del final Llompart puso un 59-65 que parecía definitivo visto el rendimiento de ambos equipos. Entonces, en un arranque de furia de Doblas, autor de unos minutos pletóricos, el Lagun Aro logró un parcial de 9-0 que le daba la delantera (68-65).

Entonces, la presión de los últimos minutos hizo mella en los jugadores locales. Estar obligado a ganar todos los partidos de casa porque el cupo de errores ya ha sido superado demasiado pronto provoca estas cosas. La losa del 0-4 está pesando demasiado. Y al GBC se le vino encima. En el último minuto y medio, el equipo de Sito enlazó los siguientes ataques: error de Panko desde cuatro metros y triple fallado por Salgado en una posición cómoda, triple errado por Neto tras un ataque muy malo, una pérdida debido a las prisas entre Vidal y Baron, y un triple fallado por el escolta americano desde una esquina y con dos defensores encima. Es decir, cuatro ataques y cero puntos a favor. El Alicante metió seis puntos en ese periodo de tiempo y ganó. El último minuto y medio fue un desastre total y fue el remate a un partido con demasiadas cosas malas. El Lagun Aro es tercero por la cola empatado con los dos últimos -Obradoiro y Valladolid- y sus dos próximos partidos son a domicilio: Vitoria y Badalona. El primero es casi imposible y el segundo huele a final. Así están las cosas en la novena jornada de una temporada que ha empezado muy torcida.