Fichar sin parar
el Real Madrid ha firmado a 17 jugadores desde que Ettore Messina, que ya no está, llegó en el verano de 2009
Sefue hace hoy una semana por sorpresa. Dimitió, harto de los jugadores, los directivos y la prensa, y dejó el Real Madrid al cargo del que era su segundo, Emanuele Molin. Ettore Messina ya es historia del Real Madrid y su balance en cifras no deja lugar a la duda: no ha triunfado. Desde que firmó hasta que se fue pasaron 623 días, en los que no logró ningún título, aunque llegó a sendas finales de Copa del Rey. En su intento por acercarse al Barcelona, el italiano acudió al mercado de forma casi impulsiva y en menos de dos temporadas fichó un total de 17 jugadores, una barbaridad, mucho más que ningún otro equipo de ACB en este tiempo.
Cuando llegó en 2009, el Real Madrid tenía prisa por ganar y la apuesta de Messina fue clara: fichar a jugadores veteranos que le dieran rendimiento inmediato. De la época de Joan Plaza, anterior inquilino del banquillo, solo le valían Felipe Reyes, Tomas van den Spiegel, Sergio Llull y Louis Bullock, aunque parece que el club le obligó a quedarse con Sweet Lou, que no era muy del gusto del técnico como se pudo comprobar después. Messina fichó a un base, Pablo Prigioni; cuatro exteriores; Travis Hansen, Rimantas Kaukenas, Sergi Vidal y Vladimir Dasic; un 3-4 como Novica Velickovic, y dos interiores, Jorge Garbajosa y Darjus Lavrinovic. Todos rondando o superando los 30 años excepto Velickovic y Dasic.
A mitad de temporada se dio cuenta de que a pesar de haber fichado a ocho jugadores la plantilla no era lo suficientemente competitiva y para tratar de solventarlo acudió, cómo no, al mercado para reforzar todas las posiciones. Primero llegó Marko Jaric, que pasó de ser indispensable a tener un papel residual; luego Ante Tomic, un prometedor pívot que está siendo una de las mejores noticias de los últimos meses para el Madrid, y por último, Morris Almond, cuya llegada aún nadie entiende porque apenas jugó. En total, once fichajes en una temporada para nada, ya que el conjunto blanco no logró su gran objetivo, alcanzar la Final Four de la Euroliga, y además se quedó fuera de la final de la ACB.
cambio de rumbo
De veteranos a jóvenes
El fracaso del primer proyecto Messina provocó un cambio en la política de fichajes y el club pasó de fichar a jugadores consolidados a fijarse en jóvenes españoles con margen de crecimiento para construir un equipo a corto-medio plazo. La duda es si este cambio de rumbo lo planeó el propio Messina o si fue decisión de los encargados de la sección, Juan Carlos Sánchez Lázaro y el mítico Alberto Herreros. En cualquier caso llegaron Carlos Suárez, fichado a golpe de talonario al Estudiantes, y Sergio Rodríguez, recuperado de la NBA, que debían formar la columna vertebral del equipo junto a Llull, Tomic y Velickovic. Además, la intención era dar la alternativa a Nikola Mirotic, cuya irrupción está ilusionando al madridismo.
También hubo hueco para dos veteranos como D"Or Fisher y Clay Tucker y para un fichaje temporal, Josh Fisher, que sustituyó unas semanas al lesionado Prigioni. Pero tampoco esta plantilla satisfacía al insaciable Messina, que se empeñó en fichar a otro pívot, Mirza Begic, y en cortar a Jorge Garbajosa, al que ya quiso dar salida en verano. Lo más curioso de todo es que Begic no juega casi nada -en la Copa del Rey ni siquiera pisó la cancha en tres partidos- y que Messina dijo que no había pedido ningún refuerzo, lo cual desmintió unos días después Sánchez Lázaro.