Donostia. Al menos hasta el próximo 24 de marzo, cuando expira el plazo para que la Unión Ciclista Internacional pueda reclamar su absolución ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, Alberto Contador no sabrá si su triunfo de ayer en Sierra Espuña, el primero desde el pasado Tour de Francia, que llegó tras una exhibición marca de la casa, termina contabilizando en su palmarés. Quizá por ello, el madrileño no simuló su característico disparo. Tampoco está para ello, sabedor de que su futuro aún está en el centro de una diana que aún amenazan la UCI y la Agencia Mundial Antidopaje. Eso sí, bajo la pancarta señaló a los patrocinadores de su maillot: "El triunfo es para el equipo, por todo su apoyo".

Contador, además, se vistió de líder de la Vuelta a Murcia y hoy defenderá su maillot amarillo ante Jérôme Coppel y Denis Menchov en una contrarreloj de 12,4 kilómetros en Murcia. "Será un día difícil, porque Coppel -bronce en el Mundial sub"23 de contrarreloj en 2006- y Menchov son muy fuertes contra el reloj", opinó el pinteño, que en la Volta al Algarve se atascó en la crono. "Mi estado de forma es perfecto para el mes en el que estamos, estoy pasado de peso, voy mejorando poco a poco, pero aún me queda mucho".

Contador basó su victoria en las rampas del Collado Bermejo, donde el Geox de Menchov, Carlos Sastre y Fabio Duarte trabajó mucho. Antes lo había hecho, durante gran parte de la etapa, Euskaltel-Euskadi, a fin de neutralizar la fuga del día, formada por José Luis Roldán (Andalucía) y Johannes Fröhlinger (Skil).

Collado Bermejo dejó un quinteto en cabeza: Contador, Menchov, Duarte, Coppel y Wouter Poels (Vacansoleil). El madrileño se movió a falta de un kilómetro para la cima, pero no abrió hueco. Lo volvió a hacer 500 metros después, coronó con cuatro segundos, se tiró para abajo, estuvo a punto de salirse en una curva, pero guió su sed de triunfos hasta el oasis de Sierra Espuña, donde la afición se le entregó rendida.

Plaza Y lANDA, "ROTOS" El peligroso descenso de Collado Bermejo se cobró varias caídas. Los peor parados fueron Rubén Plaza (Movistar) con fractura de tibia y peroné derechos, y Mikel Landa (Euskaltel), que se rompió la clavícula. El alavés rodaba entre los veinte mejores cuando cayó a falta de 5 kilómetros.