Arantzazu (Oñati). "Lo recuerdo casi mejor que Miguel (Madariaga), y eso que yo no estuve", confiesa Gorka Gerrikagoitia, uno de los directores de Euskaltel-Euskadi. El vizcaino, aquel mes de diciembre de 1993, militaba en el equipo amateur Café Fortaleza, filial de aquella Fundación Euskadi que se había concentrado en Arantzazu para preparar el inicio de su primera temporada profesional, allá por 1994. "Aunque no estuve -añade el gernikarra-, era tal la ilusión que teníamos por poder dar el salto a aquel equipo, que te fijabas en todo. Recuerdo hasta que la ropa de calle era de la marca Le Coq Sportif". La de competición era Etxe Ondo, y bajo ella, Álvaro e Igor González de Galdeano, ahora técnicos naranjas, posaron junto a resto de la plantilla: "Aún recuerdo el frío que pasamos al hacer las fotos en culote corto", recordó ayer Álvaro, superviviente de aquella histórica escuadra junto a Igor, Miguel Madariaga y los auxiliares Xabier Carbayeda y Jose Cruz Mujika.

"Por eso hemos vuelto a Arantzazu a realizar una ofrenda floral -apunta Madariaga-: porque cumplimos 18 años y porque todo comenzó aquí. Y cuidado que nos costó arrancar". "Los grandes proyectos siempre cuesta hacerlos", apostilló el franciscano Pello Zabala, que ejerció de anfitrión para la comitiva naranja, asombrada porque el fraile calzara sus pies desnudos en unas simples sandalias pese al pírrico grado de temperatura que marcaba el termómetro de Arantzazu bajo el manto de lluvia y niebla. "Desde que comenzaron las obras del santuario, hasta que finalizaron ya con las esculturas de Jorge Oteiza, pasaron 19 años", agregó el fraile en su bienvenida. "Nosotros también tenemos asegurados los 19 años, porque tenemos garantizado el equipo para un año más, que esperemos sea un año tranquilo, pero pondremos todo de nuestra parte para que lleguen otros 18 años", suspiró Madariaga, presidente de la Fundación Euskadi, a quien "mi manera de ser me impide jubilarme", pese a que traspasó sus poderes como manager a Igor González de Galdeano.

Ese "todo de nuestra parte" abarca la ayuda divina. "Si estamos en Arantzazu, aparte de su simbolismo por tratarse de la virgen de Gipuzkoa, es porque Miguel es un creyente total y lo hace de corazón para pedir que todos nuestros deseos se cumplan", indica el gasteiztarra, al que no le tiembla la voz al subir su listón de objetivos hasta alturas nunca franqueadas: "Intentar ganar la Vuelta a España o hacer podio en el Tour", dos metas que hace un año, "antes de decirlas, me lo pensaría dos veces. Pero ahora veo al equipo preparado para afrontarlo, para salir así bajo el cartel de salida. Luego ya se verá si lo logramos. Al menos, solo pido que nos acompañe la salud y, pese a las 17 victorias, no tengamos la mala suerte del año pasado", magnificada, sobre todo, en un hombre y una carrera: Igor Antón y la Vuelta a España, cuando el de Galdakao debió abandonar la prueba con el brazo en cabestrillo y el maillot rojo, como su sueño, destrozado.

Compromiso de Gipuzkoa "De aquí os lleváis la mejor bendición", aunque proceda de una imagen de solo 35 centímetros tallada "en el siglo XI o XII sobre una piedra holandesa", explicó Pello Zabala, y hallada "hace 541 años por un pastor" junto a un espino en la zona del túnel de San Adrián, de camino hacia Santiago.

Antes de emprender ese viaje en el tiempo hasta sus raíces, el equipo naranja fue recibido en Kiroletxea por la Diputación Foral de Gipuzkoa, una de las tres patas que aportan los tres millones de euros de ayuda institucional -las otras dos son Gobierno Vasco y Diputación de Bizkaia, mientras Álava aporta la cuarta parte del resto de instituciones-. La firma Euskaltel concede tres millones, y el medio que falta hasta los 6,5 millones de presupuesto, lo ponen los demás patrocinadores.

El diputado de Deportes y Acción Exterior, Iñaki Galdos, que estuvo arropado por el director de Deportes, Iñaki Ugarteburu, agradeció que la formación vasca "celebre este 18 aniversario en Gipuzkoa", donde "siempre hemos tenido un gran apoyo", subrayó Madariaga, y de donde proceden tres de los 23 ciclistas de la plantilla: Iván Velasco y los hermanos Gorka y Ion Izagirre.

Por su parte, González de Galdeano destacó el respaldo de la Diputación de Gipuzkoa, ente que "demuestra que hay un compromiso, algo que es lo que define a los patrocinadores: su compromiso con este equipo y con un proyecto de país".

Pese a contar con "el menor presupuesto del ProTour", Galdeano se congratuló por tener "dos de los pocos ciclistas a nivel nacional que pueden hacer podio en una gran vuelta -en alusión a Samuel Sánchez e Igor Antón-".

Asimismo, "contamos con jóvenes que posiblemente tengan la proyección más importante, como pueden ser Sicard, Castroviejo o Izagirre", en el marco de "un proyecto único en la mejor liga del mundo. A veces nos acostumbramos y eso hace infravalorar lo que tenemos", concluyó González de Galdeano, en referencia a un equipo que nació con un presupuesto de 127 millones de las antiguas pesetas, aportado por 3.450 socios y 720 empresas. Aquella quimera que Agustín Sagasti hizo real en la Vuelta al País Vasco se ha transformado en factibles sueños de grandeza en la Vuelta y el Tour. Y han pasado 18 años. Y es que, como decía Pello Zabala, "los grandes proyectos, siempre cuesta hacerlos".