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Ganar fuera, un bien preciado

El GBC buscará el domingo en el Nou Congost su segunda victoria a domicilio de la temporada; en su trayectoria en la ACB únicamente ha ganado diez partidos como visitante.

Hasta ahora el Lagun Aro GBC se ha mostrado imbatible en casa, donde ha logrado cuatro triunfos en otros tantos encuentros. El domingo afronta otro reto: trasladar esa fortaleza a los desplazamientos, donde por el momento ha cosechado una victoria, en Menorca, y dos tropiezos, ante el Fuenlabrada y el Real Madrid. Pese al mal momento del próximo rival, el Assignia Manresa -colista con un único triunfo en su casillero-, el objetivo no se presenta sencillo. Por un lado, el Nou Congost es una cancha habitualmente hostil para el visitante y ganar fuera en la ACB nunca resulta fácil. De hecho, el Lagun Aro cumple su cuarta campaña en la elite y sólo ha sumado diez triunfos en sus desplazamientos.

En las tres temporadas anteriores, el conjunto guipuzcoano ha logrado tres victorias en cada una de ellas. En la primera, la 2006-07, ganó curiosamente en dos canchas que parecían a priori inaccesibles, el Martín Carpena y el Palau, además de en el Pisuerga ante un Valladolid que entonces era un rival directo por evitar el descenso.

Dos años después, el equipo de Laso ganó a domicilio al Cajasol, al Estudiantes y al CAI Zaragoza, y la pasada campaña repitió ante el conjunto sevillano y se estrenó en Murcia y Alicante. El último éxito del Lagun Aro a domicilio se produjo en la tercera jornada de la temporada actual, con el triunfo en Menorca.

Por tanto, el GBC ha ganado en ocho de las 17 canchas de sus actuales rivales en la ACB (el Murcia está actualmente en la LEB) y sólo ha repetido triunfo en San Pablo. El Nou Congost es uno de los pabellones en los que siempre ha salido derrotado. Al igual que el Fernando Martín de Fuenlabrada o el CID de Gran Canaria, es de esas canchas en las que el público está muy encima de los jugadores y de los árbitros.

Los dos precedentes del equipo de Laso en Manresa son desastrosos: hace dos años perdió 80-62 tras encajar un parcial inicial de 17-0 que dinamitó el partido, mientras que la pasada campaña cayó por 69-57 en plena racha de siete derrotas consecutivas. El motivo para la esperanza en esta ocasión es el buen momento del Lagun Aro y la mala racha del Manresa, que ha perdido en casa ante el Bilbao Basket, el Valladolid y el Unicaja.