Laso puede con Porfi

donostia. Resulta complicado no ser optimistas viendo los rostros exultantes con los que entraban al túnel de vestuarios jugadores como Baron, Salgado o Uriz al término del encuentro ante el Blancos de Rueda Valladolid. Laso se había encargado de repetir que se trataba, probablemente, del partido más difícil hasta la fecha y no le faltaba razón. Una vez más, el acierto y el buen juego mostrado en el último cuarto sirvió para vencer un partido disputadísimo. Parece que el equipo se va encontrando más cómodo a medida que pasa el partido y acaba rompiéndolo en el último parcial.

En las variantes defensivas encontramos otra razón para la alegría. Hasta el día de ayer, las zonas planteadas por Laso eran inmediatamente destrozadas por los tiradores rivales. Ayer, sin embargo, y pese a que en el segundo cuarto no funcionase, la defensa zonal dio sus primeros frutos cuando el encuentro se encontraba en su desenlace.

El inicio de partido no fue malo para los donostiarras. Las imprecisiones de los pucelanos permitían recuperar bolas a un Lagun Aro que, con Uriz como base, imponía un ritmo altísimo. Un triple de Jimmy Baron desde ocho metros ponía el 14-7 en el marcador.

A partir de este momento el sino del partido cambió. El GBC fue el que comenzó a perder balones en pases fáciles y Dumas superaba constantemente a un Salgado flojo en defensa. Finalmente, los vallisoletanos conseguían tres puntos de ventaja al finalizar el primer acto (16-19).

El segundo cuarto comenzó con susto para todos. Marcus Slaughter se daba un tremendo costalazo al ir a machacar un rebote y salía de la pista entre aplausos. Los problemas se le acumulaban a un Valladolid que aún no había puesto en cancha al tocado Eulis Báez. Por lo que su rotación interior se limitaba a Lamont Barnes, Nacho Martín y Edu Ruiz.

Sin embargo, los pucelanos se crecieron ante los adversidades con un acertado Van Lacke, que penetraba y contraatacaba con acierto para dejar a su equipo por delante al descanso (31-35).

Tras el descanso, y viendo lo que se le podía venir encima, Porfi Fisac decidió echar mano del tocado Eulis Báez. El buen hacer del dominicano, unido al acierto de un hasta entonces desaparecido Robinson, aumentaba la renta de los visitantes hasta los diez puntos (35-45).

Fue en este momento cuando emergió la figura de Uriz, que, con dos triples consecutivos, mantenía al Lagun Aro con vida. El intercambio de canastas durante estos minutos, con el propio Uriz y Panko como protagonistas, dejaba todo por decidir a falta del último parcial (52-53).

Si en el tercer cuarto el protagonista por parte donostiarra fue Uriz, en el último le pasó el testigo al otro capitán, a David Doblas. El pívot cántabro mantuvo una lucha titánica con los interiores pucelanos y, tras sendos 2+1, colocaba el marcador en 65-61 a falta de tres minutos.

En ese momento emergió el hasta el momento discreto Baron para sellar la victoria definitivamente. Sus dos últimos triples dejaban el marcador en un 75-64 que no refleja la realidad de lo visto en el Donostia Arena 2016.

El equipo demostró capacidad de sufrimiento y quizá convendría pedir, ahora sí, un poco de respeto arbitral para los nuestros.