Donostia. Alfonso Sánchez es la décima y penúltima pieza del Lagun Aro GBC 2010-11. El club anunció ayer el fichaje por una temporada del escolta nacido hace 23 años en Jaén, formado en la cantera del Unicaja y que la pasada campaña militó en el Xacobeo que perdió la categoría. Con el jugador andaluz, al GBC sólo le falta por concretar el fichaje de un ala-pívot con buena mano en el lanzamiento de tres para tener el equipo completo, es decir, los deberes están casi hechos cuando falta poco más de una semana para que empiece la pretemporada.
Alfonso Sánchez será el comodín exterior de Pablo Laso. Con Salgado y Uriz como bases; Jimmy Baron, Lorbek y Lasa como escoltas, y Panko como único alero puro, el técnico vitoriano quiere que el ex del Xacobeo pueda ocupar cualquiera de las tres posiciones. En la de escolta es donde se siente más cómodo, pero ha actuado como base en alguna ocasión en el club gallego y puede dar algún minuto de relevo a Panko en el tres gracias a sus 195 centímetros de altura.
Sánchez era, hace unos años, una de las grandes promesas del basket español. Se formó en las categorías inferiores del Unicaja y debutó en la ACB y en la Euroliga en 2005. Además, en ese verano de 2005 y en el siguiente jugó los Europeos junior y sub"20 con España. En 2007, sin embargo, su progresión se detuvo en seco cuando se rompió el ligamento cruzado y el menisco de la rodilla derecha en un partido con el Unicaja entonces entrenado por Scariolo. Su mala suerte no acabó ahí, porque a principios de 2008 se rompió el escafoides de su muñeca derecha, una lesión de la que no se recuperó bien y que le tuvo de baja hasta principios de 2009. Fichó por el Breogán de LEB Oro, pero apenas tuvo minutos y el verano pasado el Xacobeo apostó por él. A las órdenes de Curro Segura completó una buena temporada, jugando 20 minutos por encuentro y promediando 5,1 puntos, 2 rebotes y 1 asistencia. Curiosamente, sólo se perdió cuatro encuentros en una plantilla asolada por las lesiones. Ahora, en el Lagun Aro GBC tendrá la oportunidad de seguir olvidando su mal fario.