Donostia. Los dos manista profesionales de Iparralde se verán las caras en la final del Campeonato de Parejas de la LEP.M. Por un lado, Xala, que logró la clasificación en compañía de Zubieta hace una semana. Por el otro, Gonzalez, que apuró hasta el último partido de la liguilla de semifinales. El delantero de Azkaine se la jugaba ayer en el Adarraga de Logroño, territorio hostil para los enemigos de Titín. Pero al riojano no le sirvió de nada actuar como local, ni tampoco a su compañero, Iñigo Pascual, sometido constantemente a la descomunal pegada de un Aritz Laskurain que casi con toda seguridad completó su más brillante actuación desde que debutara con Aspe en julio de 2002.

Pese a la efectividad de Gonzalez en los compases iniciales del encuentro, a la enorme ventaja de que dispuso de salida (2-14) y al espectacular partido del zaguero de Soraluze, a los últimos finalistas del Parejas les costó horrores cerrar una contienda en la que Titín y Pascual no hicieron su mejor encuentro, pero en el que se dejaron todo en su intento de, al menos, hacer sombra a Gonzalez y Laskurain.

Antes de que comenzara el último acto de la liguilla de semifinales del Parejas, el favoritismo recaía en Titín y Pascual por el hecho de jugar en Logroño y porque la cátedra se había posicionado de su parte de manera descarada (se cantaron posturas de doble a sencillo a su favor). Sin embargo, en apenas diez minutos, Gonzalez y Laskurain variaron el panorama con un parcial de 0-6.

El delantero de Azkaine y el zaguero de Soraluze se entendieron a la perfección, muy al contrario de lo que les había ocurrido al inicio del campeonato, algo que tantas veces se les había recriminado y de lo que se habían hartado de realizar autocrítica. Pero ayer demostraron haber aprendido de sus propios errores. Gonzalez sólo entraba al remate en acciones claramente favorables y fueron unas cuantas por el dominio que ejerció Laskurain sobre un Pascual que falló demasiado en el inicio.

A Titín le costó entrar en juego. Sólo dos errores de Gonzalez (uno) y Laskurain (otro) dieron un poco de aire al caracolero y su compañero (2-6). Sin embargo, Gonzalez había ajustado su punto de mira y rematando desde el segundo cuadro (esa fue la zona más lejana desde la que atacó a Titín) encontró los espacios que su zaguero abría cada vez que conectaba con la pelota. Laskurain gozaba en cada acción y Gonzalez vivía en un permanente estado de gracia que agigantó la distancia en el marcador hasta un 2-14 que les ponía con pie y medio en la final. Sólo sus propios errores podían comprometer su victoria... y también la fe de Titín.

El delantero de Tricio protagonizó un par de tímidos amagos de reacción (4-14,7-15 y 10-16). Fueron los mejores momentos del riojano y los únicos en los que Pascual tuvo un respiro para disfrutar mínimamente. Gonzalez y Laskurain comenzaban a cometer algunos errores y su ventaja se comprimía. Y más que se redujo cuando Titín encadenó tres tantos consecutivos (un gancho, otro de saque-remate y el último con el disparo inicial). A sus rivales se les complicaba el asunto después de haber firmado hasta ese instante una actuación inmaculada (13-17), pero en ésas apareció Laskurain para poner orden. Un derechazo que murió en el rebote, un error de un Pascual excesivamente castigado por el bombardeo al que le sometió el zaguero rival y otro buen pelotazo del guipuzcoano al ancho devolvieron un colchón más que amplio a Gonzalez y Laskurain (13-20). Apretó Titín de nuevo con otra terna de buenos remates (16-20), pero Laskurain volvió a exhibir su descomunal pegada con otro derechazo al rebote. Después, Pascual, desfondado, erró con la zurda y otorgó el pase a la final al otro profesional de Iparralde que luchará por el título, un Gonzalez que en la recta final se encomendó al poderío de Laskurain.