Después de pasar por Bilbao, Iruñea, Donibane Garazi y Gasteiz, el espectáculo EzBerdin Berdinak de Eusko Ikaskuntza llegará al Patio de Tabakalera el 19 y 20 de diciembre. Decimos espectáculo, porque tiene mucho de artes escénicas, pero es también un proceso de reflexión sobre el euskera y la sociedad que culminará en un informe que elaborará la Academia de Estudios Vascos.
La presidenta de Eusko Ikaskuntza, Ana Urkiza, el director de Estrategia de la Diputación, Yosu Arraiz, y la concejal de Cultura de Donostia, Ana López, han presentado este martes en la sede que la institución tiene en la capital guipuzcoana las dos sesiones con las que EzBerdin Berdinak cerrará su gira. El grupo de danza errenteriarra Kukai, la coral de Herriarte Eskola del mismo municipio, Xabier Solano, Leire Vargas y Mixel Etxekopar, entre otros.
En total, son unos 70 los artistas que han participado en cada una de las funciones y diez de ellos cambian de territorio en territorio para impregnar de aire local cada sesión.
Urkiza ha explicado que durante el XIX Congreso de Eusko Ikaskuntza, celebrado en octubre de 2024, surgió una “preocupación” colectiva sobre “el papel que la cultura vasca y el euskera tienen en el presente y en el futuro de la sociedad”. “Hemos querido sacar esa preocupación de los foros de los expertos y llevarla a la experiencia y al encuentro con los ciudadanos”, ha comentado la presidenta.
De esta manera surgió EzBerdin Berdinak, a partir de tres preguntas que siguen en vigor durante esta gira: “¿Qué significa ser euskaldun hoy y en el futuro? ¿Cómo vivimos la diversidad? y ¿Qué rol cumple el euskera en el ámbito de la creación y de la cohesión?”.
Estas cuestiones tienen respuesta a en un formato “ligero” y “atractivo”, ha asegurado Urkiza. Los movimientos, los sentimientos transmitidos y las conversaciones compartidas, “de forma natural”, guiarán al público, que estará invitado a ser no solo un espectador –lo vivirá de pie y podrá moverse entre los distintos focos de la pieza– , sino también parte activa de la función, especialmente, en su tramo final. “Podrán bailar, reflexionar y conversar” y de esas interacciones “singulares”, ha añadido la responsable de Eusko Ikaskuntza, surgirán “nuevas preguntas”. Tras la representación artística se abrirá un espacio de intercambio de pareceres, en torno a un bocado. “Estamos convencidos que el arte es un agente de transformación social, porque permite que se entienda todo aquello que no se entiende con la razón”, ha concluido.