Alessandro Meli (Milán, 1976) es uno de los cofundadores de la productora audiovisual Donostimag. En junio de este año publicaron el documental sobre el Orfeón Donostiarra El Maestro, dirigido por Iker Tello, que ya ha ganado varios galardones en festivales de cine como el de Valencia o el de Montecatino (Italia). Hoy tendrán su siguiente cita en Hondarribia, donde ven posible lograr otro premio.

A pesar de ser muy reciente, el documental ‘El Maestro’ sobre el Orfeón Donostiarra ya ha ganado varios premios. ¿Cómo ha sido la recepción del público?

–Al público le está gustando mucho. Ha sido una gran sorpresa para nosotros. El Orfeón Donostiarra es un patrimonio del País Vasco, ¿acaso a alguien no le gusta? A raíz de eso, hemos querido crear este proyecto, y la verdad que ha sido un auténtico placer. Grabar al Orfeón desde dentro ha sido una experiencia muy bonita. Estar en mitad de un concierto de música clásica, rodeado de todos los instrumentos... Hemos disfrutado muchísimo haciendo este documental. 

¿Cómo ha sido la experiencia de grabar con el director del Orfeón, JoséAntonio Sainz Alfaro?

–Fantástica. Desde el inicio ha estado muy abierto ante cualquier idea, muy agradable. A pesar de que en un concierto pueda parecer algo serio porque está realizando su trabajo, fuera de él es todo lo contrario. Siempre ha estado muy amable, tiene una chispa especial. Ha sido un auténtico placer trabajar con él. Hemos aprendido muchísimo junto a él. Nosotros, como productora, queremos hacer proyectos diferentes y creativos y este documental sobre el Orfeón nos ha brindado la oportunidad perfecta. 

En el documental han apostado por un estilo innovador, poniendo una cámara GoPro en el pecho de Sainz Alfaro. ¿Qué han querido buscar con ello?

–La idea se me ocurrió en la cocina de casa. Nosotros seguimos mucho al Orfeón, por lo que un día le pregunté a mi equipo: ¿Por qué en lugar de hacer las mismas tomas no probamos algo diferente? Entonces se me ocurrió poner una cámara GoPro, para que el espectador pudiera tener la sensación de estar dentro de la orquesta. Es algo que no se había hecho, la verdad que nos ha abierto muchas puertas. Siento que por eso hemos ganado el premio de Valencia a la mejor dirección, ya que hemos usado un montón de planos diferentes, empleando seis cámaras y una GoPro. 

Desde hoy hasta este sábado se celebra el Festival Amua de Hondarribia, donde son candidatos para ganar algún premio. ¿Qué expectativas tienen?

–Así es. Hoy es el primer día del bloque de las producciones, mañana será el segundo, y el sábado se hará la entrega de premios. Vamos con toda la energía e ilusión de poder conseguir otro premio. Al principio había 1.000 trabajos aproximadamente, ahora solo quedan diez, entre ellos el nuestro. El trabajo es autóctono, un regalo para la gente de Donostia y Gipuzkoa, así que esperamos que les guste y nos apoyen. Todo lo que hacemos lo hacemos desde el corazón y con muchas ganas. 

Este trabajo es un documental corto, pero crean todo tipo de producciones. Desde entrevistas, hasta flashmobs, sketches, cortos etc. ¿Qué tipo de contenidos producen?

–Nuestra productora Donostimag es una marca creativa vasca que se ocupa de producciones audiovisuales y artes escénicas. Somos amantes del teatro, la prensa... llevamos tres años acudiendo al Zinemaldia haciendo periodismo a nuestra manera, lo cual nos encanta. Nos gusta poner un toque creativo y diferente en nuestros trabajos. Además, ahora el equipo está creciendo, podemos hacer más trabajos. Recientemente hemos estado en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia, que nos encanta porque es una locura. Nos gusta el arte en general, todo lo que son sus facetas, desde la música hasta la moda, la prensa, el cine...

¿No les interesa una faceta más que otra?

–Nuestro gran amor es el cine. Ahora mismo estamos haciendo un documental nuevo, de Iker Espinoza Tello, director de El maestro. También estamos preparando un corto de terror y un video sobre la navidad que lo hacemos cada año... Nosotros (Alex Alonso y yo) nos dedicábamos a hacer magia antes de empezar con Donostimag en 2021. La pandemia nos dificultó hacer nuestros shows y fue entonces cuando empezamos a grabar cortos. Desde entonces hemos mejorado mucho, y hemos aumentado el equipo. Nuestra ilusión es hacer una película para 2032, pero es algo que hay que hacerlo poco a poco.

Ha mencionado su origen en 2021. Llevan poco tiempo aún, pero ya han ganado varios premios. ¿Cómo fueron los inicios de Donostimag ?

–La verdad es que soy un culo inquieto, por eso surgió Donostimag de alguna manera (se ríe). Soy una persona a la que le gusta innovar, crear, hacer cosas diferentes. Gracias a Alex y a todo el equipo hemos ido mejorando con el tiempo. Solemos quedar todos los jueves para hacer un tipo de brain-storming, donde lanzamos cualquier tipo de idea. Alguna es medio buena, otra es medio mala, y alguna es muy buena. Somos ocho en el equipo y entre todos siempre salen ideas muy buenas. Así empezamos y así seguimos, creando nuevo contenido siempre. 

¿Y sus inicios en particular?

–Yo trabajaba en una productora en Italia, pero aquello era muy distinto. Tenía 18 años y era el típico chavalín que andaba todo el rato entre cables. Me cansé de esa vida y quise hacer un cambio, por lo que me fui a Barcelona, donde conocí a mi mujer. Como ella es donostiarra y su familia vive aquí, nos mudamos a Donostia en 2007. Desde siempre me ha gustado la magia, el arte, la figuración... Siempre quiero crear algo y si no se puede crear, se hará otra cosa. Lo importante es no parar, tener la mente siempre en alguna cosa.

¿Y cuáles son los planes de futuro Donostimag?

–El futuro de Donostimag se va creando día tras día. No veo dónde podemos parar, porque estamos abiertos a todo. Este es un mundo en el que todo puede cambiar de un día para otro. Por esta razón, disfrutamos del presente, sin dejar de pensar en el futuro. Paso a paso estamos consiguiendo cosas, por lo que estamos muy contentos y muy ilusionados. La verdad que todo lo rodeado al documental ha sido un bombazo. Sabíamos que era un trabajo bonito, pero de ninguna manera me esperaba que nos llamaran para darnos un premio desde Valencia o Italia, mi casa. Ir a Montecatino a recibir un premio fue todo un orgullo para mi, no podía estar más emocionado.