Escrita a cuatro manos por los donostiarras Alberto Gastesi y Álex Merino, Singular es un drama humanista de ciencia ficción que el dúo creativo comenzó a desarrollar hace más de una década. Patricia López Arnaiz interpreta a Diana, una investigadora del campo de la inteligencia artificial, que accede a reunirse con su expareja, Martin (Javier Rey), para recordar a su hijo fallecido doce años atrás. El proyecto que surgió hace más de una década, tuvo su espaldarazo definitivo en 2019 cuando se impuso en el concurso de Pitching del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges. Este domingo, y con todas las entradas vendidas, volverán a la ciudad catalana para cerrar un círculo y competir con su película terminada en la Sección Oficial.
‘Singular’ se estrenará este domingo en Sitges, en la Sección Oficial a competición. Fue en aquel festival donde recibió el principal espaldarazo. ¿Es esto cerrar un círculo?
Fue un espaldarazo definitivo, no solo cuando nos seleccionaron en el concurso de proyectos en desarrollo, sino cuando lo ganamos. Recuerdo que cuando nos hicimos con el premio vimos que la película se hacía física. Que no había vuelta atrás, que la íbamos a hacer. Desde entonces aquello se ha ido quedando en la memoria como un segundo hogar. Ir a Sitges es como volver a casa y cerrar un círculo necesario para echar a andar al mundo
Estrenan en uno de los festivales de género más importantes del mundo.
Estamos en un punto inmejorable para enseñar Singular al mundo. Además se proyectará en el Auditori, una sala con 1.300 butacas. Me parece que es muy importante la programación de cada festival, a quién va dirigido, su prestigio... pero sobre todo me importa es poder enseñar algo al mundo por primera vez delante de 1.300 personas y no de 200. Me parece un sueño, muy bonito. Hay muchos nervios con el corte a negro final y ver cómo reacciona el patio de butacas. Desde el principio Singular estuvo pensada para la gran pantalla, planteando una experiencia social en comunión y que luego siguiera con una conversación.
La competencia se antoja dura. Hay, incluso, otras tres propuestas vascas en la Sección Oficial: ‘Gaua’, ‘Balearic’ y ‘Decorado’.
Sí, hay películas increíbles a competición, cuatro de ellas vascas. También es fantástico estar en un año en el que el cine vasco se reivindica en un festival de género, algo que ha ampliado mucho su definición. Se ha hibridado y se verá con otras películas y también con la nuestra.
Sitges también es una buena ventana internacional para la película.
Singular parte de Donostia. Patricia López Arnaiz interpreta a una profesora-investigadora de la EHU. Desde el principio quería que fuese una universidad pública y, en concreto, la EHU. Es un lugar al que he ido tantas veces a estudiar... Partimos de algo local, que tuviese una identidad muy nuestra, que fuese un cine europeo, no un manierismo de ciencia ficción americanizante pero siempre contando que el público de esta historia debía ser local. Esta película tiene que verse en todos los países y en todas las lenguas y Sitges es el lugar perfecto para que eso ocurra.
Lo que cuenta la historia, en puridad y más allá del contexto sobre la inteligencia artificial, es algo muy universal, es una historia sobre padres e hijos.
La película plantea preguntas muy existenciales abordadas desde la pareja –repitiendo algo que ya pasaba en Gelditasuna ekaitzean–, desde un proyecto vital compartido que se rompió, un fracaso compartido, el regreso a un hogar, aquello que pudo haber sido y no es... Es cierto que todavía más troncal que la inteligencia artificial, es el rencuentro familiar de los personajes, entre una pareja que no se vía desde hace doce años, los ecos de lo que pudo haber sido y de personas que nunca debían haber estado ahí.
Los primeros tratamientos de guion de ‘Singular’ se remontan a hace más de una década. ¿El Alberto Gastesi de entonces se imaginaba que la película sería como finalmente ha sido?
En absoluto... pero tampoco el Alberto de seis meses antes de rodar. Para mí es importante que la película sea la búsqueda de un algo que está ahí y a lo que apuntamos. Ir construyendo un camino hacia una montaña mágica que no se acaba de ver de forma nítida. A mí eso de que te enseñen todo de forma explícita en la pantalla no me parece muy interesante. La dirección a la que apuntamos hace años con el coguionista Álex Merino sigue estando ahí, se mantiene.
¿Dónde surgió el germen de esta historia?
Hace doce o trece años tenía dos cortometrajes en la cabeza que, juntos, hacían esta historia. El recorrido ha sido fascinante porque en paralelo a la escritura de la película, que ha pasado varios hitos, el mundo del que nosotros queríamos hablar ha evolucionado notablemente. ChatGPT y los modelos de lenguajes (LLM) surgieron, de manera acelerada, mientras escribíamos la película. Y nos llegamos a plantear si eso a lo que aludimos en la película, a la singularidad en la inteligencia artificial tan soñada en la ciencia ficción en las últimas décadas, llegase antes de acabar la película. Ha sido una conversación recurrente. Han acabado confluyendo Singular y el desarrollo de estas tecnologías en un momento en el que dialogan muy bien.
¿No temen que envejezca pronto?
Hemos trabajado mucho para que no lo haga. Hemos jugado con la ambigüedad a la hora de especular con el futuro. El equilibrio más complicado es contar lo concreto y no elucubrar en ciertos aspectos que puedan hacer que te quedes anticuado. Luego ha ocurrido otra cosa, que hemos ido aprendiendo cómo funcionaban los modelos de lenguaje que han salido y resulta que la estructura de nuestra película, que era algo que ya venía de antes, casi proféticamente estaba anunciando cómo iba a ser ese funcionamiento.
‘Singular’ presenta un mundo tecnológico cotidiano. Al hablar de la inteligencia artificial, ¿no tuvieron tentación de visitar otros ambientes de la ciencia ficción como ‘Westworld’?
La idea originaria siempre fue hacer una ciencia ficción que estuviese oculta bajo la superficie, contada a través de historia de tres personajes en una casa, rodeada de un bosque y un lago, hoy en día. Todo ello se va desarrollando en una dirección especulativa, filosófica, futurista y de ciencia ficción. Hasta qué punto esa dirección pudiese acabar en algo más explícito que fuese a emerger ha sido un debate largo y ha cambiado la escritura. En ocasiones hubo más elementos clásicos de la ciencia ficción o tipo Westworld, otras veces no... Al final hay cosas pero, en su mayor parte, es una película donde la ciencia ficción se evoca.
La película gira en torno a tres personajes. ¿Es más fácil o más difícil dirigir solo a tres actores?
Vengo de rodar Argi gorriak con cincuenta personajes y cada trabajo tiene sus particularidades. Creo que es más fácil hacerte al lenguaje y encontrar los puntos de encuentro si el elenco es más reducido. Digo que es más fácil pero es igualmente complicado el trabajo con los actores, que para mí es lo nuclear de la película y lo que más disfruto. Siempre dije que era una película de actores y creo que en el resultado se ve. Me parece que brillan.
¿Qué recorrido tendrá la película después del Festival de Sitges?
Iremos a otros festivales, pero aún no se ha anunciado nuestra presencia. Sí se ha anunciado que estaremos en el festival de cine independiente Abycine, donde también competirán Balearic, de Ion de Sosa y Aro Berria, de Irati Gorostidi. Posteriormente, esperemos que siga su recorrido en más festivales y también internacionales. Ahora mismo estamos en conversaciones para el estreno comercial.
¿Siendo una película donostiarra no tenía sentido competir en la Semana de Cine Fantástico y de Terror?
El recorrido por festivales es una estrategia consensuada entre la productora White Leaf, Vidania Films y el agente de prensa. Cuál y por qué motivo nos convienen unos festivales y no otros no es algo que me corresponda responder solo a mí.
Han terminado el rodaje de ‘Argi gorriak’. ¿Se encuentran en fase de montaje?
Sí, estamos con el montaje y la posproducción. La estrenaremos el año que viene en Primeran y estamos muy contentos. Antes del estreno, competiremos con los tres primeros episodios en Serializados de Barcelona, que es un festival muy importante de series.