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73º Zinemaldia
José Luis RebordinosDirector del Zinemaldia

“¿Que un actor prosionista decida no venir al Zinemaldia por nuestro rechazo al genocidio de Gaza? Pues qué pena”

A punto de iniciarse el Zinemaldia, en su penúltima edición como director, José Luis Rebordinos hace balance de un año con mucha película política.

“¿Que un actor prosionista decida no venir al Zinemaldia por nuestro rechazo al genocidio de Gaza? Pues qué pena”Ruben Plaza

Como lugar del cine y de debate, el Zinemaldia no se ha puesto de perfil con la cuestión del genocidio palestino en Gaza cometido por el Gobierno de Israel. Hace una semanas, la organización se posicionó al respecto y, aunque nunca programarán una película que “ensalce el genocidio”, José Luis Rebordinos se muestra, como siempre en estos casos, tajante: no van a negar la entrada a ningún actor, ni vetar “ninguna película israelí, rusa, china, venezolana o estadounidense”. El director del Zinemaldia comenta, además, la gran cantidad de cine político que se está haciendo, desgrana la propuesta de la Sección Oficial, comenta los Premios Donostia a Esther García y Jennifer Lawrence y habla del buen momento del cine vasco.

¿Teme que el comunicado en apoyo de Palestina tenga consecuencias para el Zinemaldia? Hollywood siempre se ha solido posicionar a favor del Gobierno de Israel y ha solido vetar posiciones contrarias...

¿Puede tener consecuencias? Sí, pero cuando ves las imágenes de Gaza, esas consecuencias... ¿Que un actor prosionista decida no venir? Pues qué pena. Nosotros no le vamos a negar la entrada. No vamos a vetar ninguna película israelí, rusa, china, venezolana o estadounidense. Si empezamos con un boicot cultural, entramos en un terreno peligroso. Si alguien que viene a este Festival lo usa de altavoz para defender un genocidio, contestaremos, pero nosotros juzgamos películas, que es lo único que debemos juzgar. Obviamente, no vamos a programar una película que ensalce el genocidio de Gaza, la ocupación de Ucrania... pero tampoco vamos a poner una película que avale las barbaridades que se hacían en Ucrania contra los homosexuales o el pueblo gitano. Aquí limpio no hay nadie.

¿No les surgen dudas a la hora de posicionarse?

Claro, muchas. Lo que ocurre es que el tema de Gaza es increíble, algo tenemos que hacer. Y también tiene que tener consecuencias para la gente que ha asesinado y ha ordenado asesinar a miles de personas inocentes. Me hace gracia, por contra, los que reivindican que Hamás representa la lucha armada contra la ocupación. Vamos a ver, Hamás ha atentado contra civiles, tiene implantado un sistema de terror en la propia Franja para que nadie se salga del guion, tal y como nos cuentan testimonios que vienen de gente que está en contra del Gobierno de Israel. No seamos ingenuos. Pero hay una cosa que es inadmisible, aunque también haya otras, y es que estamos viendo cómo matan a niños de hambre, mientras el resto de países miran para otro lado. No tengo nada contra el pueblo israelí, del que hay cosas que admiro, como su cine. Pero sí tengo algo en contra de ese gran porcentaje de su población que apoya el genocidio. De hecho, conozco gente en Tel Aviv que lucha, a través del cine, por intentar acabar con la segregación, que se oponen a Netanyahu y tenemos a amigos que detienen cada tres semanas por manifestarse contra el genocidio.

"El tema de Gaza es increíble, algo tenemos que hacer. Y también tiene que tener consecuencias para la gente que ha asesinado y ha ordenado asesinar a miles de personas inocentes"

Está siendo televisado.

Esta siendo televisado y están matando a los periodistas para que no se pueda televisar. ¡Pero es que hay declaraciones de los ministros de un Gobierno diciendo que hay que matar a todos los niños! 

‘La voz de Hind’, de Kaouther Ben Hania, que cuenta el asesinato real de una niña palestina de cinco años, por lo que cuentan y plantea la película, debe ser muy dura...

Lo es. Cinco o seis miembros del Comité de Selección la vimos en París y la pedimos para la Sección Oficial a concurso. Tras verla necesitamos un rato antes de volver a ver ninguna otra película. Es muy difícil de soportar. Es la crónica de la muerte anunciada de una niña de cinco años de una manera muy cruel porque nadie puede ir a salvarla. Fue asesinada por el ejército israelí. Por otro lado, discutimos mucho el hecho ético de la película, porque la voz de la niña es la voz real. Claro, se te hace insoportable. A medida que ves la película se te pone un nudo en la garganta pero es que, además, sabes cómo termina. Sabemos que la directora tuvo el permiso de la madre para hacerlo y pensamos que es una película que va a hacer mucho bien. Creo que el que no lo tenga tan claro, porque el Gobierno de Israel tiene mucho poder para la propaganda, y vea esta historia y cómo los israelís están masacrando una población civil, lo tendrá más claro. Pero además de ser una película de combate, que está hecha para eso, es una buena película.

Este año parece que la sección Perlak es muy política.

Probablemente hemos visto cine más político que nunca, pero es que el mundo está como está. En la película de El mago del Kremlin se ve quién es Putin, que Rusia es una dictadura con un señor que se cree Dios. La tarta del presidente es una preciosidad. En apariencia no parece política pero en el fondo habla del régimen de Saddam. Hay otra película muy poderosa en estos términos.

¿Cuál?

La película de Lucrecia Martel, Nuestra tierra, es una película de no ficción sobre Chocobar, que fue un líder indígena que peleaba por las tierras frente a los terratenientes y que fue asesinado. 

Este año se retrasó la presentación del cartel. ¿Inicialmente era otro?

Nos hubiese gustado ir anunciando todo una manera más sosegada. Teníamos un Premio Donostia confirmado desde octubre y se cayó en mayo. Podía haber sido un cartel. Había también otra especie de compromiso para un cartel que, al final, levantamos cuando alguien del equipo se le ocurrió un poco tarde la idea de Marisa Paredes. Tuvimos que parar lo que estaba en marcha y encontrar una foto, que fue difícil porque ninguna nos acaba de convencer para un cartel, hasta que dimos con la de Manuel Outumuro, que resulta que también era amigo de Marisa.

Jennifer Lawrence es una de las premiadas de este año. Hay quien opina que es demasiado joven para recibir el Donostia.

Para nosotros es una maravilla y se dirige también al público joven. Además, está haciendo declaraciones diciendo que hacía tiempo que quería venir al Zinemaldia. Sé que hay gente que discute la edad de Jennifer Lawrence, pero hace mucho que cambiamos las reglas del Premio Donostia. A mí no me gustan las puertas cerradas, me gusta abrirlas. El año que viene será mi último año y quien venga dará los Premios Donostia que quiera. Pero se lo acabamos de dar a una productora, Esther García, y es maravilloso. Ya dijimos que no queríamos viejas glorias de Hollywood. Fundamentalmente porque las que quedan, normalmente, cobran por ir a cualquier lado y nosotros no pagamos nada. Tuvimos la oportunidad de entrar en la operación de traer a Schwarzenegger, que estará en Sevilla. Nos pedía una cantidad de dinero que los ojos nos hacían chiribitas.. El que quiera venir, vendrá, porque tiene una película o porque quiere venir, pero ni un euro vamos a pagar. Entiendo que pidan ese dinero, pero no vamos a pagar.

"Sé que hay gente que discute la edad de Jennifer Lawrence, pero hace mucho que cambiamos las reglas del Premio Donostia"

Ya vino en 2017.

Pero vino a promocionar un documental que producía, Wonders of the sea. El que quiera venir, vendrá, porque tiene una película o porque quiere venir, pero ni un euro vamos a pagar. Entiendo que pidan ese dinero, pero no vamos a pagar.

De cualquier modo, en cuanto a estrellas pueden estar contentos.

Tenemos un buen número de estrellas este año e igual hay todavía alguna sorpresa más, aunque es complicada.

¿Pertenece al equipo de la película sorpresa?

No, la película sorpresa vendrá sin nadie.

¿La película sorpresa va a pasar también por Sitges?

Solo voy a decir que es una película muy grande (ríe).

Es siempre una pregunta difícil porque son ustedes quien la programan pero, ¿cómo ve la Sección Oficial de este año?

Siempre te voy a decir que es maravilloso, porque porque si no estaríamos mal (ríe). De lo que estoy seguro es de que es muy variada. A nadie le van a a gustar todas, pero el que vea todas va a encontrar cosas que le van a gustar mucho. Siempre intentamos que haya algo de cine potente que llame. Este año, por ejemplo, tenemos la de Eduard Berger, Ballad of a Small Prayer. Tenemos también Nuremberg, que en Toronto ha pasado muy bien. Tiene algo muy interesante y es que interpela al presente, al auge del fascismo.

Hay películas también menos comerciales.

Siempre intentamos que haya una serie de directores artistas. Tenemos a Claire Denis, que ya empieza a ser una buena compañera de viaje. Para mí es una de las directoras que más me gusta de la historia del cine reciente, y en Le Cri des Gardes vuelve a los temas que siempre ha tratado, como el colonialismo. También intentamos que haya alguna sorpresa y la película china –Jianyu laide mama– y japonesa –DAI– lo van a ser.

2026 será su último año como director. ¿Cómo lo lleva?

Bien, normal. Este año ha sido y es un año absolutamente normal. Lo anuncié y lo presenté en el Consejo de Administración con dos años de antelación porque me parece importante que mi último año, que será el que viene, quien sea designado por del Consejo, director o directora, sea mi sombra, como yo lo fui de Mikel Olaciregi en su último año. Eso ayuda en el proceso de transmitir los contactos que pueda tener. Tengo la esperanza que para enero tengamos nuevo director o directora.

"Lo que tenía que decir al Consejo se lo he dicho: dentro del Festival hay personas preparadas para asumir la dirección"

¿Ha presentado en el Consejo quién cree que debe sustituirle?

Lo que tenía que decir al Consejo se lo he dicho: dentro del Festival hay personas preparadas para asumir la dirección. Eso sí, es perfectamente legítimo que el Consejo pueda pensar en otra persona. La designación de mi sucesor es un tema que a mí no me compete y además quiero estar lejos. Una vez que estén las cartas sobre la mesa, el Consejo tendrá que ver cuáles son los criterios: si quiere hacer un concurso abierto con unas características, si quiere un concurso por invitación entre varias personas o si quiere una asignación directa. Cuando fui elegido yo, iba a ser una designación directa porque me propuso Odón Elorza, pero finalmente fue un concurso por invitación porque el Ministerio de Cultura presentó a otra. Cada uno presentó un proyecto y eligieron.

Siempre ha defendido que le gustaría que le sucediese alguien de su equipo que, preferiblemente, fuese mujer.

Creo que sería bonito que fuera mujer, si hay una mujer preparada al nivel de los más preparados. En los grandes festivales ahora empiezan a ser dirigidos por mujeres, como Berlín, pero ha costado mucho. Hay mujeres igual de preparadas que los hombres. Y sí, me gustaría que fuera de alguien de dentro. ¿Por qué? Porque una de mis obligaciones estos años ha sido preparar gente de dentro para dirigir el Zinemaldia. Imagínate que mañana me da un ataque al corazón. ¿Quién hace el Festival a partir del día 19? Hay, por lo menos, dos personas que podrían coger la dirección sin ningún problema. Yo he apoyado esa formación, he hecho que esas personas estén preparadas. Son personas de mi confianza. 

Entiendo que las subdirectoras están bien posicionadas para sucederle.

Podría ser, pero también hay alguna persona que no es subdirectora y está capacitada para hacerlo. Podría haber más. Creo que el equipo de dirección del Festival es muy poderoso, de verdad. Un buen director es el que tiene a su alrededor, a poder ser, gente mejor que él y que sabe trabajar con ellos. Siempre me he sentido muy orgulloso de los equipos que he hecho.