Síguenos en redes sociales:

“Mi deber es enseñar lo que sé de jazz y del negocio a las mujeres”

Dee Dee Bridgewater recibe el Donostiako Jazzaldia enarbolando la abolición del patriarcado.

“Mi deber es enseñar lo que sé de jazz y del negocio a las mujeres”Arnaitz Rubio

Dee Dee Bridgewater, una de las damas del jazz vocal de la actualidad, recibió ayer en la plaza de la Trinidad el segundo premio Donostiako Jazzaldia, tras el entregado el miércoles al batería Bill Bruford. Lo recogió de manos del director del festival, de Miguel Martin, quien aseguró que además de haber sido una mujer que ha tenido que “luchar” durante 50 años de carrera, es una artista con un enorme corazón.

La vocalista estadounidense presentó We exist!, un proyecto de su cuarteto con el que reivindica la presencia femenina en la música y en el género. Un activismo, el de Bridgewater, con el que ha recontextualizado un ramillete de canciones protesta estadounidenses. Su objetivo es “romper” el patriarcado y para ello lidera una fundación que busca dar visibilidad “a las mujeres negras y a las mujeres en general”. “Hago esta música porque la amo”, aseguró, y como es parte de su “alma” decidió hace tiempo “devolvérsela al público”. Así, recordó cómo en su dilatada trayectoria –tiene 75 años–, cuando ha decidido liderar ha tenido que ser acompañada por hombres, mientras que cuando ha sido invitada lo ha sido, también, a conjuntos masculinos. Para romper el bucle, se presentó en la Trini con Carmen Staaf al piano, Rosa Brunello al bajo y Shirazette Tinnin a la batería: “Lo mejor que puedo hacer es enseñar a las mujeres lo que sé sobre el jazz y sobre el negocio”.

Dee Dee Bridgewater recibió el premio Donostiako Jazzaldia de manos de Miguel Martín.

Comenzó el concierto con una obviedad que las élites olvidan: People Make the World Go Round. Se trata de un tema de los setenta, registrado por The Stylistics, que habla sobre una realidad también en cuestión, la lucha de clases. “Os pido que escuchéis atentamente las letras de las canciones”, pidió al público. Brigewater. Siguió con The danger zone, Trying times, How to it feels to be free y otros tantos clásicos.

Electrizante Ribot

Antes de la actuación de Bridgewater, Marc Ribot ofreció un terremoto de consecuencias electrificantes. Ribot, con otra fiel escudera de la seis cuerdas, Ava Mendoza (siempre atenta a las partituras pero más atenta a los fraseos del maestro), el contrabajista Sebastian Steinberg y el batería Chad Taylor, ofreció el primero de los tres conciertos que dará en el Jazzaldia. Hoy al mediodía repetirá en solitario en San Telmo y mañana en el Victoria Eugenia con Ceramic Dog, concierto en el que se le entregará el último premio Donostiako Jazzaldia de este año. La conjunción universal entre los astros en escena, con un swing tan preciso como digno de un reloj atómico, generó que cayesen punteos de punta y que se precipitasen escalas, de toda forma y manera, desde el country hasta el punk, pasando la distorsión kingcrimsoniana. Un lujo a repetir, hay oportunidad.