La Feria del Libro de Donostia celebra desde este viernes y hasta el próximo día 13 su 50ª edición en la Plaza de Gipuzkoa con visos de haber vivido épocas mejores. Únicamente cuatro casetas, en las que tan solo hay una librería de la ciudad, forman la cita de este año, que vuelve a estar marcada por el verano, la presencia de turistas y las vacaciones de muchos donostiarras.
“Las fechas elegidas no son muy buenas porque gran parte de la ciudad está fuera. No es fácil venir y cada vez estamos menos librerías”, se muestra crítica Cristina Martínez, de la librería Kaxilda, el único establecimiento donostiarra que participa en la feria de este año. Lo hace, además, compartiendo stand con dos editoriales, Pamiela y Erein. “Las condiciones no son favorables. Es complicado duplicar un punto de venta y pagar los precios que están pidiendo por los puestos”, añade.
Aunque desde Donostia Kultura señalaron durante la presentación de la feria que hasta 20 stands de librerías y editoriales participarían en la cita de este año, un rápido vistazo por la misma lo niega. Además, de la citada Kaxilda, se encuentran la bilbaina Jakiunde, sellos editoriales como Muelles de Uribitarte y Planabooks, puestos especializados en facsímiles y otro de la Diputación de Gipuzkoa.
“Las fechas elegidas no son muy buenas porque gran parte de la ciudad está fuera. No es fácil venir y cada vez estamos menos librerías”
Un resultado descafeinado que, además, carece de instalaciones para hacer presentaciones in situ, ya que estas se llevan a cabo en la sala Duque de Mandas de la Biblioteca Central, situada en la Plaza de la Constitución. “Es una feria que no tiene instalaciones para actividades, por lo que se deslocalizan. Es una feria en decadencia”, asegura Martínez.
Novedades y libros infantiles
Desde Jakiunde, no obstante, tratan de ser positivos y aseguran que el verano puede ser una buena época para las librerías, siempre y cuando estén especializadas en novedades o en ejemplares para niños. “Se buscan novelas fáciles, sencillas, para leer en la playa. Se nota mucho el cambio con las ferias de invierno. Ahora se vende mucho más en inglés y otros idiomas”, revela Iñaki, explicando que al lector guipuzcoano “le gustan mucho las novedades”. “Aunque también hay una feria de segunda mano, el público es completamente diferente”, agrega.
“Se buscan novelas fáciles, sencillas, para leer en la playa. Se nota mucho el cambio con las ferias de invierno. Ahora se vende mucho más en inglés"
“Nosotras no trabajamos con un tipo de libro que esté orientado al turismo ni trabajamos los idiomas. La gente de habla hispana o euskaldun sí puede encontrar una oferta y, aunque hay un turismo que no es extranjero, principalmente viene a comprarnos la gente de la ciudad que pasa por aquí y que ya nos conoce”, apuntan, por su parte, desde Kaxilda, donde cada año tienen el mismo dilema de qué tipo de libros llevar a esta feria.
“Somos una librería muy especializada en ensayo, por lo que traemos una selección de literatura de editoriales más pequeñas o de autores seleccionados, pero sigue siendo el ensayo lo que más trabajamos, como, por ejemplo, temas políticos, que igual no tienen tanta visibilidad en otras librerías”, indica.
Un tipo de literatura muy alejada de otro clásico en cada verano: los libros infantiles. “Pero solo para niños de cierta edad, de ocho para abajo, porque los que son más mayores leen muy poco”, apunta Iñaki, mostrando varios ejemplares a “precios muy asequibles”, de cuatro y cinco euros. Todos estos libros, al igual que el resto de los expuestos en la feria, cuentan, además, con un descuento del 10%.
Los autores buscan su hueco
Aunque las presentaciones programadas en la feria –solo tres, contando la de Dolores Redondo este pasado jueves, un día antes del inicio oficial de la edición– se llevan a cabo en la Biblioteca Central, en la Plaza de Gipuzkoa sí hay espacio para autores independientes, que se encargan de vender ellos mismos sus propios libros.
“En las librerías no se vende. El libro está quieto y si nadie habla de él, ahí se queda, a no ser que seas un gran autor. Aquí tienes la oportunidad de explicar a la gente tu novela y de venderla. Acabas cogiendo práctica y aprendemos a ser comerciales, que es muy difícil”, apunta el ordiziarra Luis Mari de Juan Irastorza, que presenta las tres primeras partes de su tetralogía de ciencia ficción en Donostia.
"Aquí tienes la oportunidad de explicar a la gente tu novela y de venderla. Acabas cogiendo práctica y aprendemos a ser comerciales, que es muy difícil"
“Es ciencia ficción clásica y realista. Me olvido de la sociedad actual y he creado una nueva a nivel político, económico, educativo, religioso... con propuestas que se podrían hacer”, señala sobre este conjunto de obras que comienza con el libro Nacimiento, que también cuenta con su versión en euskera, Bakardadea. “He hecho una apuesta grande por el euskera, pero está costando. A la gente le cuesta leer en euskera, pero les intento convencer y alguno se lo llevan”, indica este autor, que estará varios días en la feria, donde también presenta un cuento infantil pensado para los más pequeños.