El mensaje político y reivindicativo que ha acompañado gran parte de la trayectoria de Bruce Springsteen, sobre todo, en su primera etapa, ha resurgido en los últimos años con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y la doble cita en Donostia no será ajena a ello. “Siempre he pensado que su posicionamiento, más que por partidos, ha sido hacia los derechos humanos”, afirma Asier Leoz, profesor de Comunicación en la Universidad de Deusto y gran conocedor de la trayectoria del Boss.

“No me gusta el concepto de fanático, porque creo que implica ir todavía más allá de la música, pero siempre ha sido alguien muy importante para mí”, puntualiza este donostiarra que, como muchos otros, se quedó prendado del disco Born in the USA cuando era un adolescente. Desde entonces, ha seguido al músico de Nueva Jersey toda la vida y ha tenido la oportunidad de verlo en directo en siete ocasiones. La octava será en la segunda cita que ofrezca en Anoeta. “Creo que está en un estado vocal increíble y sigue siendo capaz de transmitir esa pulsión de adolescente que siempre ha tenido, pero lo más importante es que es capaz de no tirar de nostalgia, algo que ocurre mucho con casi todas las estrellas del rock”, observa.

El zumarragarra José Luis Hinojo le ha visto varias más veces y ya suma 27 conciertos de Springteen, el último hace menos de un mes en Lille, dentro de la misma gira que traerá al artista a la capital guipuzcoana. “Se le ve bien, pero también es verdad que cada vez sus movimientos son más torpes y se va notando la edad. Aún así, lo compensa con su intensidad”, asegura este gran aficionado de Bruce, que acudirá a los dos conciertos en Donostia y que, en los últimos años, ha llegado a planificar las vacaciones familiares según la gira del músico.

Sobre la actual, apunta, el músico apenas varía dos o tres canciones con respecto al tour del último año, por lo que no faltarán “entre diez y quince canciones imprescindibles” que todo el mundo conoce. A partir de ahí, Hinojo destaca el peso que tienen en el espectáculo sus últimos temas, muy ligados a la situación política de su país. “En el concierto de Lille dio varios discursos, que creo que incluso leía y que iban acompañados de mensajes en francés en las pantallas que seguramente se repitan aquí en castellano o euskera, sobre temas que él siempre ha defendido, como la integración, la igualdad, el respeto...”, comenta.

“Sigue siendo capaz de transmitir esa pulsión adolescente y no tirar de nostalgia”

Asier Leoz - Profesor de Deusto y seguidor de Bruce Springsteen

“Desde sus comienzos, siempre ha sido un artista muy comprometido con la clase obrera, con los problemas de su país, con la falta de empleo, con la guerra...”, añade Leoz, poniendo como ejemplo su tema más conocido, Born in the USA, “la canción más malinterpretada del mundo”. “Reagan la quiso para uno de sus mítines pensando que era un himno patriótico cuando en realidad está hablando de las cosas que están mal en EEUU”, apunta.

El final de una era

Con la llegada de Trump al poder por segunda vez, los conciertos de Bruce, por lo tanto, están “muy en línea con la situación actual” en América, pero también con la realidad del rock. “Es raro encontrarte en los conciertos con gente menor de 30 años porque los jóvenes van en otra dirección. No sé qué pasará con el rock y si morirá o no, pero, por una parte, es algo normal. Mis padres en su momento tampoco comprendían que a mí me gustara Bruce Springsteen”, indica Hinojo que, aunque llevó a sus hijos al concierto de 2016 en Donostia e incluso el músico les llegó a entregar una púa, han rechazado volver a verle este año. “No he conseguido engancharlos”, bromea.

“En conciertos como el de Bruce, los Rolling o grupos así, hay una carga emocional muy grande porque son artistas que te han acompañado toda tu vida, pero son conciertos que están abocados a su fin. La gente joven pide algo distinto y ocurren cosas como que Coldplay, que a mí me genera la nada absoluta, llene cinco veces el Camp Nou”, señala, por su parte, Leoz, que no esconde que también hay cierto público en espectáculos de este tipo que acude únicamente por el postureo. “Para mucha gente lo importante es decir que ha ido. Yo tengo claro que no voy a sacar mi móvil en ningún momento. Para mí, ir a un concierto de Bruce es algo íntimo a pesar de estar rodeado de miles de personas”, agrega, reivindicando otros espacios de la ciudad como la sala Dabadaba, fundamentales para generar una cultura de la música en directo.

"En el concierto de Lille dio varios discursos sobre temas que él siempre ha defendido"

José Luis Hinojo - Fan de Bruce Springsteen al que ha visto 27 veces en directo

Aunque parece que el final de los grandes conciertos de rock parece estar cerca, tanto Leoz como Hinojo, no obstante, coinciden en decir que, al menos, a Bruce le queda todavía cuerda para rato. “Antes, cada vez que salía de un concierto suyo pensaba que igual era el último que veía, pero ahora, que hace una gira por año, lo veo tan activo que estoy seguro de que habrá más”, comenta el segundo, que cumplirá años el domingo, coincidiendo con el final del espectáculo. 

“Primero perdimos a Prince, luego a Bowie... Al igual que no quieres perder a tus seres queridos, no quieres que tus ídolos lo hagan porque son seres queridos para ti, así que lo mejor, probablemente, sea disfrutar del momento”, finaliza Leoz.