Que Bruce Springsteen levanta pasiones queda más que claro en cada uno de sus conciertos, pero que esa pasión alcance cotas tan altas como las que surgen en el matrimonio irundarra formado por Josu Tolosa y Elena Compadre se da muy pocas veces. Ambos forman parte del club de mayores fans del mundo de Boss, tal y como atestiguan los 90 conciertos del músico de Nueva Jersey a los que ha acudido él en su vida y los 35 que lleva ella en poco más de dos años. Por supuesto, ninguno faltará a la doble cita en Donostia. “¿Qué cómo es posible que vayamos tantas veces a verle? Esa pregunta solo se puede hacer si nunca le has visto en directo”, afirman.

Josu fue el primero en “engancharse” a Springsteen. Lo hizo con 16 años, tras una infancia “difícil” al ser huérfano, y después de que un amigo le pusiera el disco de la gira de Born in the USA. “Por aquel entonces no tenía casi ni idea de inglés, solo había estudiado francés, pero sentí algo al escucharle que no se puede describir”, asegura.

No fue hasta siete años después, en 1992, cuando por fin pudo verle en directo por primera vez. Fue en Barcelona, en la plaza de toros La Monumental, dentro de la gira mundial Human Touch, y gracias a un amigo que le prestó un sitio donde alojarse. “Yo necesitaba música para dormirme y me ponía a Bruce a la noche, lo que llevó a que mi amigo le cogiera tal manía que a día de hoy sigue odiándole”, cuenta entre risas sobre un rencor que llega hasta estos días. “En 2008 le compré a él y a su mujer entradas para Donostia, pero no quisieron venir. La única pena que tengo después de tantos años yendo a conciertos de Bruce es no haber podido ir a uno juntos”, confiesa.

“Si me puedo sacar una fotografía con él y charlar, genial, pero lo que me engancha es su directo”

Josu Tolosa - Fan de Bruce Springsteen que ha acudido a 90 conciertos

La conexión de Elena con el Boss, por su parte, es más reciente. Aunque era admiradora del músico, antes de conocer a Josu no había acudido a ningún concierto suyo, por lo que, en febrero de 2023, cuando este le planteó la posibilidad de ir juntos a Dallas a verle, no dudó. Desde entonces, han pillado carrerilla y llevan, nada más y nada menos, que 35 conciertos en poco más de dos años. 

El volumen grande de conciertos comenzó en 2008, cuando empecé a poder trabajar desde casa y obviamente me lo podía permitir económicamente”, explica Josu, bromeando con que la mitad del rancho de Springsteen debe ser ya suyo. “Un concierto de Bruce es como un año de vida para mí”, asegura este irundarra que ha tenido la oportunidad de conocer personalmente al músico en más de una ocasión.

“Si me puedo sacar una fotografía con él y charlar, genial, pero lo que en realidad me engancha es su directo. De hecho, aunque tengo todos sus discos, escucho, sobre todo, sus grabaciones en directo. Verle es impresionante”, indica este fanático que ha seguido decenas de sus conciertos desde la primera fila.

Disco firmado por el músico. Iker Azurmendi

Su mujer corrobora estas palabras y pone como ejemplo una actuación del año pasado, a la que invitó a una pareja de amigos no muy seguidores de Bruce y que temía que pudieran hacérseles largas las tres horas de concierto a las que tiene acostumbrado el músico a sus fans. “Salieron encantados. No se creían lo que habían vivido”, comenta.

Hasta Canadá por Bruce

En estos años de andadura han seguido a Bruce por numerosos países de Europa, desde Francia hasta Suecia, pasando por Irlanda, Inglaterra, Italia, Países Bajos..., y por prácticamente todo Estados Unidos, desde una costa hasta la otra. El año pasado incluso pasaron un mes en Canadá siguiendo al Boss por ciudades como Montreal, Toronto, Winnipeg, Calgary y Vancouver, y llegaron a ser entrevistados en la televisión canadiense por ello.

“Creo que éramos los únicos europeos allí, a menos diez grados, y les hicimos gracia. Por la tarde, en el concierto, Bruce se nos quedó mirando un momento y se descojonó. No entendíamos por qué hasta que caímos en la cuenta de que seguramente habría visto el vídeo y habría pensado qué hacen estos aquí”, cuenta la pareja entre risas.

“Tenerlo cerca es una pasada. Es muy cómplice con el público y eso se agradece un montón”

Elena Compadre - Fan de Bruce Springsteen que ha acudido a 35 conciertos

Ésta, no obstante, no es la única anécdota que tienen con él. En otro concierto se situaron en primera fila con una pancarta en el que le pedían en inglés que volviera a Donostia a tocar. “Se acercó a nosotros y se puso a hablar de la ciudad y de lo que le gustaría volver”, aseveran sobre una conversación que han mantenido con el músico en más de una ocasión.

“El año pasado no teníamos pensado salir en verano, pero a última hora Josu me propuso ir a los dos conciertos que daba en Filadelfia y nos fuimos. A la vuelta, antes de irnos, se me ocurrió que había que ir a Nueva Jersey, al pueblo de Bruce, porque Josu ya había estado, pero yo no. Nos presentamos en la cafetería a la que suele ir a desayunar y nos lo encontramos. Acabamos dándole la chapa sobre sus conciertos en Donostia”, cuenta Elena con una sonrisa. La anécdota, además, no quedó ahí, ya que, antes de marchar, decidieron pasarse por su casa para verla desde lejos y llegaron a meter una tarjeta en el buzón de la casa rural que regentan en Irun. “Imagino que ni habrá llegado a verla, pero nos hace muchísima ilusión pensar que hemos dejado una tarjeta nuestra allí”, agrega.

"¿Cansarse de él?"

Echando la vista atrás, ambos tienen claro qué conciertos son los que más han marcado su vida. Por un lado, Josu recuerda, obviamente, esa primera vez en Barcelona, así como los dos en Donostia, sobre todo el segundo, en el que Bruce llegó a estar 3 horas y 50 minutos sobre el escenario. “La gente siempre me pregunta si no me canso de escucharle, pero, aunque es verdad que hasta 2008, cuando empezó con sus giras mundiales casi cada año, apenas cambiaba el setlist, y desde entonces modifica el 40% del concierto por tour”, explica, apuntando que, a buen seguro, habrá ligeras diferencias entre los dos conciertos que ofrezca en la capital guipuzcoana.

Una de las pancartas que llevaron a uno de sus conciertos. Iker Azurmendi

Elena, en cambio, se queda con esos primeros conciertos a los que acudió en Estados Unidos, como los de Tulsa o San Francisco, en los que pudo estrecharle la mano varias veces. “Tenerlo tan cerca es una pasada. Es muy cómplice con el público y eso se agradece un montón. Cada concierto puede ser completamente diferente”, observa. 

Ambos, además, coinciden en destacar los conciertos en suelo estadounidense, no por el público, sino por ser en pabellones cerrados y pequeños, con menos aforo y en los que es posible estar en las primeras filas mucho más fácil. A pesar de ello, aseguran que no hay nada como las actuaciones en Europa, sobre todo en el sur del continente, donde Bruce parece dar su mejor versión impulsando por unos fans mucho más entregados. “Recuerdo un concierto en Viena en el que se nos ocurrió levantarnos para bailar porque estábamos sentados y los de alrededor nos miraron con unas caras que daban miedo”, comenta.

Hasta los 105 conciertos

Recién llegados de los conciertos de Berlín y Praga, este matrimonio continuará girando con el artista tras Donostia hasta el final del tour en Milán, cuando alcanzarán los 94 y 39 conciertos, respectivamente. “En 2023 fuimos a 16, en 2024 también y este a siete, así que estamos de bajón. No es lo mismo”, comentan bromeando.

“En 2023 fuimos a 16, en 2024 también y este a siete, así que estamos de bajón. No es lo mismo”

Josu Tolosa - Fan de Bruce Springsteen que ha acudido a 90 conciertos

 Como objetivo, Josu se pone alcanzar los 105 conciertos, la cifra que, asegura, espera vivir y poder, así, decir que ha vivido una actuación de Springsteen por cada uno de sus años. Para ello, eso sí, será necesario que el músico desvele nuevas fechas, algo que, por el momento, no ha hecho.

Ha anunciado siete discos para final de mes, unido al mensaje que está dando en cada concierto en contra de Trump y sus políticas, sería raro que no fuera a girar también por Estados Unidos”, apuntan, aún con el temor de que el final de poder verle en directo esté cerca. “Da miedo que se acabe. ¿Que qué vamos a hacer cuándo ya no haya más conciertos suyos? Ir a otros. Al final, somos fans de Bruce, pero, sobre todo, somos amantes de la música”, sentencian.